Capitulo 7

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|Capitulo 7|

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Tiempo Atrás.

Una mujer aprieta el corsé con demasiada fuerza, suelto un jadeo, esto es demasiado, pero no puedo quejarme, un gran aro rodea mis pies, los cuales están cubiertos por una tela blanca que llega hasta los pies.

Otra mujer entra con un pomposo vestido blanco, miro con odio todo, quiero quemarlo, voy a quemarlo ¿Adivinen a quien engañaron? A mí.

Pobre e ingenua Adalia.

Irina negó cualquier boda, pero no se tentó el maldito corazón al engañarme solo por los caprichos de su padre. Es alguien fácil de manipular y peor yo por caer en su estúpida mentira.

Quiero escapar por la ventana, pero tengo enterrado algo en el maldito cuello, que, si me alejó demasiado de este lugar, -sea lo que sea que me inyectaran- explotara en mi sistema llevándolo llenará de plata pura. La peor manera de morir.

No tardan mucho en ponerme el vestido, el cual es bonito y largo. Este es el día de mi condena; vampiros de todo el mundo reunidos aquí solo por un compromiso por contrato, por ver una gran mentira, en mayúsculas y negritas; Farsa.

Una farsa diseñada para darles esperanza.

Pobres ingenuos, sus parejas son cazadas, no podrán amar a nadie más. Ni por que los reyes les mientan en la cara, haciéndoles creer cosas que no son.

Una de las mujeres se acerca a mí con un cepillo, me indica sentarme y comienza a peinar mi cabello rubio. Tras más de treinta minutos se aleja con una sonrisa en el rostro, me miro detenidamente en el espejo.

Me veo como una princesa de cuento, pero no me siento como una, mi piel pálida contrasta con el rosa de mis labios, mi cabello rubio brilla como el sol y este peinado en una elaborada trenza que recoge una parte de mi cabello y lo une en un chongo elaborado y con algunas flores adornándolo.

Mi mirada azul se ve fría, me muevo de forma mecánica, como si fuera algún tipo de objeto que solo hace lo ordenado, nada más, mi rostro no muestra nada, ni una emoción, está vacío, como un lienzo en blanco, el cual necesita ser pintado.

Pero la única diferencia es que yo no necesito ser pintada, solo muestro lo que me viene en gana, nada más.

Como, por ejemplo, muestro que quiero matar a Irina de la peor manera, esa bruja me mintió en mi cara y no le importó mi felicidad, yo no le importe.

— Mejor amiga a la orden. — escucho la voz de Madison, con un ruido le indico que pase, parece que ella es la única feliz por esto, sin incluir a todo el consejo y el reino.

— Me molesta lo que hizo Irina. — Gruñó, mirando su vestido rosa, es elegante y bonito, al igual que yo debe llevar un corsé de lo más ajustado, su largo cabello negro va suelto y sus ojos azules me miran fijamente, decido cambiar de tema. — Han pasado 30 años desde que escuchamos a mis padres hablar, pero no obtuvimos respuesta de nada, solo un nombre, Evelyn Hall, pero no hay nada de ella.

— Sigues con eso. — Reclama. — Te dije que lo olvidarás, no ha de ser nada, solo tu gran imaginación, pero mira el lado bueno. ¡Ahora seremos cuñadas! — ¿En serio? Ve que estoy de un humor de perros por esa dichosa boda y ella llega vomitando brillos rosas.

Ella tampoco entiende lo que estoy sintiendo.

— Solo a ti te pone feliz eso, ¿Sabes? Si hace algunos años no me hubieras mentido en la cara, nada de esto estuviera pasando y lo sabes muy bien, ¡Planeaste todo! — Desquito mi ira con ella, sé que todo lo que digo es falso, pero me siento un poco mejor.

ENGAÑOS Y MENTIRAS ✔Where stories live. Discover now