Capitulo 16

79 11 0
                                    

|Capitulo 16|

≻───── ≻───── ⋆✩⋆ ─────≺─────≺

¿Adalia?

—Vete, no estoy de ánimos para si quiera mirarte, Kendall. —le digo apartando la mirada al verlo entrar a mi habitación.

—Seré franco, Adalia. No sé cómo y porque olvidaste todo lo que olvidaste. —comienza a decirme. —Pero cualquier cosa que recuerdes, necesito que me la digas, tengo que ayudarte a recordar.

—El problema Kendall, es que lo que recuerdo, hasta donde sé, no es lo que en verdad ocurrió. —respondo de mala gana, girando mi cuerpo de forma teatral, dejando mi rostro entre las almohadas.

Lo escucho moverse por la habitación, hasta dejarse caer sobre el colchón, sentándose a mi lado.

—Lo siento, ¿Está bien? No debí de habértelo dicho de una forma tan brusca, pero no supe de qué otra manera hacerlo. —suelta un suspiro resignado. —También es difícil para mí, saber que no puedo amar, a pesar de que todos lo hacen.

—Entonces dime, compénsalo y dime.

— ¿Que?

—Recuérdame lo que olvide. —pido, niega con la cabeza, haciendo que la decepción me golpee con fuerza.

—Lo siento. —declina, me incorporo, parándome, a los pocos segundos el me imita, mirándome a los ojos.

—No lo haces, tú no lo haces, Kendall. No lo sientes, no lo haces, ¡Maldita sea! —exclamo, su mirada no se aparta de la mía en ningún momento.

—No estoy listo para dejarte ir, no estoy listo para pasar a ser uno de tus difusos recuerdos, porque si tú puedes sentir miedo, podrías comprender lo que digo. No quiero que me olvides, no quiero caer en el olvido. —admite. —Así que, cuando sea el momento, te cederé todos tus recuerdos. Mientras, debes descubrir la manera por la cual los debes tomar.

—Asegúrame que no son más promesas falsas, jura que no es palabrería barata. Dilo, Kendall, porque necesito escucharlo. —condiciono.

—No son promesas falsas, son promesas desgarradoras y reales. Son tan reales como lo eres tú. Como lo es ella. —asegura.

— ¿Ella? ¿Quién es ella? —pregunto, sus cejas se elevan con incredulidad, como si a pesar de todo lo que hemos vivido juntos, dudara de mí, de mi palabra.

—La olvidaste...

—Lo hice. —le aseguro. —Recuérdame quien es, recuérdame a esa Lydia que olvide, porque sé que es importante para mí, pero no sé por qué.

—Ella no es Lydia, esta tan lejos de serlo. Su nombre es Mackenzie, es la única persona que vale la pena en tu vida. —responde.

— ¿Por qué?

—Porque no dudo en sacrificarse por ti esa primera vez, ni la segunda, mucho menos la quinta. —explica. —Siempre ha estado para ti, incondicionalmente y jamás te dejo sola, nunca, sin importar las cosas que se atravesaran en sus caminos.

—Cuéntame más de ella. —pido.

—Al igual que tú, tiene el cabello negro, negro como la misma oscuridad, con los ojos claros, tan azules como el agua. —cede. —Es fuerte, pero no invencible. Alguna vez lidero uno de los ejércitos de la muerte en el primer apocalipsis.

— ¿Dónde está ahora? —indago.

—Está en su propio infierno, pagando el precio de su sacrificio. Está muriendo poco a poco, agotando su energía y existencia por la tuya, para que tú pudieras vivir todo lo que has vivido hasta ahora.

ENGAÑOS Y MENTIRAS ✔Where stories live. Discover now