Capitulo 20

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|Capitulo 20|

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Mackenzie.

Miro varias veces mis manos libres de cadenas.

Mi piel comienza a regenerarse al momento, el cosquilleo en mis muñecas me deja desconcertada. Aún más cuando me miran desde arriba con una expresión neutra.

— ¿Qué quieres? —pregunto, sus ojos no se apartan de los míos, mi cuerpo entero exige asesinarlo, mis sentidos se nublan con la desesperación y enormes ganas que tengo de mutilarlo. — ¿Cómo esta ella?

—Bien, supongo, pero no por mucho tiempo. ¿Sabes? Planeamos grandes cosas que las incluyen a ambas. Soy demasiado creativa, cielo.

—Muérete pedazo de abominación. —digo en voz alta, sus labios se curvan hacia arriba y niega con la cabeza.

—Planeas algo. Tú y la basurita de tu hermana planean algo. Dime que es y te dejare vivir, a fin de cuentas, tú no asesinaste a mi familia. —su expresión se suaviza. —Claro está, no te entregaré a tu sombra, no voy a arriesgarme a que vuelvas.

—No te diré ni mierda. —digo, su expresión se endurece. —Hazle como quieras, pero no te diré nada.

—Ah esa lealtad entre gemelas. Bien, pero ten en claro que voy a ir por ella. Al fin y al cabo, su ilusión está a punto de terminar y si muere allá, no quedará nada de ella aquí, no será como lo planeé, pero algo es algo.

—Ella es quien sabe. Borro ese recuerdo, solo ella conoce el plan. No hay mucho que decir, Madison. —miento, buscando conseguirle más tiempo, necesita volver. Sé que lo logrará.

Maldito Kendall, seguro lo diseñamos tan perfecto que no le dan ganas de volver.

Necesitaba un descanso, necesitaba volver a encontrar su fuerza y valor, los gemelos necesitaban hacerla sufrir, ¿Qué mejor que darle un mundo perfecto para después arrastrarla de vuelta al infierno?

Y aprovechamos la oportunidad.

No recordaría nada de aquí, sin embargo, recordaría poco a poco, lentamente y al final que tuviera todo claro, volvería.

Y aún no lo hacía.

—Iré a verla. —dice de la nada. — Tiene que hablar. No veo por qué no lo hará.

—No hablara tan fácil. Debes conocerla bien.

—No, no lo hago. —dice saliendo de la habitación, recargo mi cabeza en la pared, meditando.

Lydia.

Mi hermana. Mi alma gemela. El verdadero y único amor que puedo tener.

No puedo perderla. No estoy dispuesta.

A pesar de que sé que no está aquí, intento hablar con Nisha. Extraño sentir su poder, su voz hablándome, siendo lo único que me mantenía cuerda.

Nisha me mantuvo con vida tantos años, y estoy tan agradecida con ella, no me interesa si vivir significa no tener a esa persona destinada.

Vivir sin amar.

Es mi condena.

Me quedo sin moverme un buen rato.

Pasan segundos, minutos y horas.

Todo tan monótono que ya ni me afecta.

El silencio reina como siempre, no tengo algo con que entretenerme, así que es frustrante.

ENGAÑOS Y MENTIRAS ✔Where stories live. Discover now