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SI TAN SÓLO ELLA LO
HUBIERA QUERIDO


—

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—...Al menos podrías decirme por qué intentaste pelear con Mérida.

La rubia frente a él le fulminó con la mirada. Ella tenía la ceja partida, dos ojos morados y algún que otro rasguño en los brazos.

—No es como si importase demasiado. —masculló Astrid evadiendo la mirada de su enojado novio.

Hiccup bufó, harto de la situación y que ninguna de las féminas le hubiese dicho por qué hicieron una pelea cuerpo a cuerpo.

¿Acaso era tan obvio, y él tan tonto?

—Sabes, deberías decírmelo —espetó el joven Haddock—, yo lo único que sé es quién ganó la pelea, y evidentemente no fuiste tú.

El ego de la rubia ya estaba herido, e Hiccup lo sabía, pero estaba enojado con Astrid y de alguna manera quiso hacerle ver su frustración, porque ni Mérida o ella se dignaban a decirle el problema que aparentemente tenían.

Se levantó y salió de la casa de los Hofferson sin despedirse de Astrid, que había quedado sola para limpiar sus heridas.

Hiccup no pudo dormir esa noche y la culpa era de nada más y nada menos que de Mérida DunBroch, y la confesión del causante de la muerte de su padre. Sabía que Chimuelo no era el culpable, era imposible que en esa época el dragón hubiese sido. Tampoco creía que un dragón matase a sangre fría a un humano, debía haber una razón para todo lo que ocurrió, y aunque tenía curiosidad por saber cuál era, prefería concentrarse primero en la pelirroja. Aun no sabía qué podía hacer, pero algo se le iba a ocurrir.

A la mañana siguiente Chimuelo se encargó de despertar a su jinete bien temprano, deseando poder salir a volar lo antes posible. Hiccup se levantó medio a regañadientes y aun algo dormido obedeció a las peticiones de su dragón, así que pronto ambos disfrutaron de un vuelo matutino, sintiendo la fría brisa de invierno chocar contra sus rostros. El invierno se acercaba más rápido de lo que le gustaría. Disfrutaba mucho más el verano, que lamentablemente duraba muy poco en Berk. 

Cuando aterrizaron en la isla nuevamente, Chimuelo fue por algo de comer e Hiccup se apresuró al poso de agua que había en la aldea para tomar un balde y lavarse la cara, pues en verdad sentía que podría caer desmayado del sueño. Tomó un poco de agua entre sus manos e hizo el intento de despertar, más no funcionó como él esperaba.

—Así nunca podrás quitarte el sueño de encima —dijo una voz a sus espaldas, logrando sobresaltar al vikingo.

—¡Mérida! —exclamó Hiccup—. Tú definitivamente quieres matarme.

INDOMABLE ━━ mericcupNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ