Un recuerdo entre laberintos y mentiras [TERMINADA]

15.

Nuevo capitulo que espero disfruten n.n

Volvió a la habitación en cuanto vio al médico pasar por el pasillo que daba al patio y por donde sabía, lo vería pasar. Fue entonces que vio a Aiden esperando fuera de la habitación.

-El médico ha dicho que ya se puede ir. Que no haga mucho esfuerzo en estos días y que en una dos semanas vuelva para un control.

-¿Un control? -preguntó sin entender.

-Si, dijo que por las dudas quiere procurarse de que todo esté bien gracias a... Bueno, la marca que le has dejado -le contestó encogiéndose de hombros, desviando la mirada de él.

Ethan no entendió lo suficiente, pero aun así, tampoco le dio mucha importancia.

-Si quieres puedes irte a tu casa -le dijo entonces a Aiden, sin quitar su mirada de la puerta por donde saldría Grayson.

-¿No quieres que los acompañe? Es verdad que Grayson me ha dicho que...

-Quiero -lo interrumpió sin llegar a verlo, pero desviando la mirada hacia su dirección -Quiero disculparme por lo que le he hecho -terminó y fue entonces que lo miró, dibujando una leve sonrisa en su rostro -¿Puede ser?

Aiden lo estudió, pero no contestó nada, limitándose a asentir con la cabeza.

-Salúdalo de mi parte entonces, aprovecharé y verá a mi doctora para un chequeo -dijo y saludándolo levemente se fue, dejándolo solo.

Fue entonces que se decidió entrar a la habitación y ver qué es lo que estaba haciendo Grayson.

***

Limpió el cuchillo con el pañuelo que llevaba con él siempre, con maestría y sabiendo lo que hacía, como también sabía lo que debía de hacer como siguiente paso, aun sin saber todo el plan.

Fue entonces que le dio una última mirada a los cuerpos de aquellos hombres que los habían estado vigilando desde hacía días y que él había notado, pero se había mantenido de forma que no supieran que sabía que estaban allí, hasta dar el golpe final.

Aun sentía la ansiedad de Max rondando sus pensamientos, como también el miedo que el menor intentaba ocultar a toda costa. Algo que producía en él cierta molestia y enojo, pues nunca había tenido aquel tipo de vínculo con nadie y la verdad era que esperaba nunca tenerlo, pero el destino le había jugado una mala pasada, como solía sucederle demasiado a menudo.

-¿Ken? -lo llamó Max desde la entrada trasera de la cabaña, viendolo claramente a varios metros de él, pero sabiendo que el omega no era capaz de verlo.

Suspiró con pesar y guardó el arma, junto con el pañuelo. Los animales salvajes que circulaban por allí podían llevar a cabo el trabajo que no podría realizar para aquellos canallas que lo habían seguido, aun habiendo sido sumamente cuidadoso.

-¡Estoy aquí! -le gritó y se dejó ver, saliendo del profuso bosque que los rodeaba.

Max dibujó una sonrisa dulce e inocente, para luego acercarse a él, pero frenando en el camino.

-¿Sucedió algo? -preguntó preocupado.

-¿Por qué lo preguntas? -cuestionó Kenji frenando a unos escasos metros de él.

Max no dijo palabra, pero señaló hacia él, hacia su pecho, fue entonces que Kenji, al bajar la vista, se percató de que la sudadera que llevaba puesta estaba manchada de sangre.