Llegamos al hotel, y me fui a mí habitación a bañarme, así después, puedo ir a recorrer el lugar e ir a cenar en algún lugar conocido que, Gonzalo, el novio de Flor Habif, me había dicho que sí o sí, tenía que pasar por ahí. Así que, entré a la bañera lo más rápido posible, en menos de quince minutos, estaba envolviendo mí cuerpo en una toalla del hotel, abro la puerta corrediza de lo que, en este momento, reemplaza a mi placard. Me fijo en la ropa que tengo y saco un jean tobillero y una remera tipo "Paisanita" rallada y mis infaltables Converse blancas.
Me vestí con lo previamente elegido, voy al baño a buscar el cepillo para el pelo cuando escucho que tocan la puerta. Voy a abrir cepillándome el cabello, abro y veo a Julián parado, con un jean, una remera blanca y zapatillas negras, el pelo mojado y un potente perfume masculino. Se me va a caer la baba en cualquier momento. Me corro de la puerta dejándolo pasar, mientras me sigo peinando, esperando a que me diga que necesitaba, así yo me podía terminar de cambiar, y me pueda ir.
- Te vine a preguntar si querías ir a comer algo por ahí conmigo, ¿Te va?- Me pregunta y parece que sabe lo que pienso, uno de mis planes, era ir a buscarlo a su habitación a invitarlo a recorrer esta ciudad, pero, mi orgullo siempre es más grande, yo con él todavía sigo enojada, supuestamente. Le asiento con la cabeza, voy de nuevo al baño a buscar mí bolsito con maquillaje. Me aplique unas capaz considerables de rimel en mis pestañas, un poco de iluminador en mis pómulos y el gloss rosado. Lo mismo de siempre, nada fiera de lo usual.
-¿Te dijeron alguna vez lo linda que sos?- Dice y lo quedo mirando, ¿Así quiere que esté enojada? No me deja hacer mí trabajo el muy forro. Me es imposible viéndole la carita de bueno que tiene, parece un ángel que no le hace daño ni a una mosca. Pero en realidad, en el momento en el que vi a la chica esa, mi corazón se rompió en miles de pedazos y más viendo la actitud completamente indiferente que había tomado Julián. Igual, sigo sintiendo que es un tema, el cual nos debemos una charla, las cosas no pueden quedar así. Porque hay como una "espinita" que molesta todavía.
-¿Te dijeron alguna vez lo chamullero que podés ser? Traspasas los niveles normales.- Le digo y me río, pero a él mucha risa no le causa. Quedó sería y busco mi billetera y un abrigo, que es una campera Adidas y lo espero en la puerta para poder irnos. El se levanta de mí cama, y abro la puerta, paso, pasa él y me quedo esperando a que él termine de salir, así puedo cerrar la puerta tranquilamente. Una vez que me aseguro que está completamente cerrada, me doy vuelta y veo a Julián esperándome en el medio del pasillo. Una vez que llego a su lado, el toma la iniciativa de agarrar mi mano con la suya y entrelazarlas. Me tomó por sorpresa, pero no soy capaz de sacarla de ahí, porque gusta.
Nadie dijo una sola palabra, Julián apretó el botón para que el ascensor suba, mientras esperábamos, nadie hablaba, pero nuestras manos seguían conectadas. Una vez que el ascensor llegó, Julián me dejó pasar primera. Las puertas se cerraron, y como acto reflejo, Julián me agarró de la cintura y me besó y yo, ¿Cómo negarme a semejante acto? Se lo seguí obviamente. En medio del beso, el pelotudo apretó el botón de "stop" del elevador, y el beso se empezó a intensificar cada vez más, hasta que yo le tuve que poner un freno a esto porque si no, nos íbamos a la mierda.
- Esto no va a quedar así, te lo prometo.- Le digo mientras aprieto de nuevo el botón de "stop" para que vuelva a andar y me prendo a su boca otra vez, pero esta vez, un rato menos. Unos segundos antes de que el ascensor baje completamente, nos acomodamos la ropa e hice un ejercicio rapido para estabilizar mi respiración. Salimos como si nada del aparato ese y caminamos, agarrados de la mano, nuevamente, hasta la entrada del edificio.
Salimos de nuestro hospedaje temporario y comenzamos a caminar por una de las calles principales de ahí. Mientras hablábamos de trivialidades, como por ejemplo "¿Qué significó para él haber entrado en un partido tan importante como contra nuestro ex clásico en España y estar a literalmente nada de hacerle un gol, y participar en el gol de Quintero?" Cada vez que tenga la oportunidad, se lo voy a preguntar. O por ejemplo "¿Que se siente defender la albiceleste en el hockey?" y muchas preguntas boludas para pasar el rato.
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