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- ¿Vos me estás jodiendo Julián?- Le pregunto alterada a mí pareja- ¿Qué harías si yo vengo mañana y te digo que me voy a ir a ver con GianLuca?- Le pregunto.

FlashBack:

Los y las pongo un poco en contexto; hoy, Julián no apareció en toda la tarde. Teóricamente salía a las dos de la tarde del entrenamiento, y, no me había dicho nada de que se iba a algún lugar. Se hicieron las tres y media de la tarde y yo ya estaba preocupada, ya que lo llamaba a él y no me contestaba, le escribí a Nahuel y no me contestó, a Exe, tampoco, hasta que apareció mi salvación y el amor de mí vida, Nacho Scocco. Le escribí y él, como siempre, tan amoroso mí bebé, me dijo que él lo vió yéndose para otro lugar, distinto al recorrido que hace siempre.

Obviamente no me calmó en lo absoluto, lo seguí llamando y nada. Iba a salir a buscarlo, pero me di cuenta, de que, pequeño detalle, Amira está en casa y está resfriada y no la puedo sacar.

Julián sabía que, yo, a las cinco y media, me tenía que ir a entrenar, él se tenía que quedar con la bebé, pero, se hacían las cinco de la tarde, él no aparecía, las cinco y cuarto, seguía sin aparecer y sin contestar, las cinco y veinte y yo ya estaba mandando el mensaje al entrenador de que me había surgido un percance con Amira y Julián que, hoy, no iba a poder ir. Por suerte, cuento con un cuerpo técnico, unas compañeras, entrenadores y TODOS y TODAS las que trabajan para Las Leonas me entienden y saben que bueno, hay veces que, a Amira no la puedo dejar sola.

Nos pasamos, toda la tarde, con Amira jugando en la alfombra de la sala de estar y, quiero decir que mí técnica de jugar todo el día con ella, para distraerme, funcionó.

Me aprendí todas las canciones de la granja, las canciones de Piñón, de Topa, de Maria Elena Walsh y todas las que sean para nenas como ella, me las aprendí de memoria. Por suerte a ella le encantaron y, por ejemplo, con Piñón, seguía la coreo con sus manitos.

Miro la hora, ocho y media de la noche y Julián, todavía, no llegaba. Los WhatsApp's le llegaban, pero no los veía, y, las llamadas, a veces parecía que las cortaba, o me daba la contestadora.

- ¿¡Vamos a hacer la comida para las dos!?- Le pregunto a mí gordita y ella estira sus manitos hacia mí. La levanto del piso y la llevo hasta la cocina. La siento en la mesita que ella tiene para que se quede ahí conmigo y me "ayude".

Le doy un pequeño recipiente de plástico y una cuchara y ella empieza a simular que cocina, yo me río al verla.

Una vez que pelé y corté las papas y el zapallo, las puse en el agua hirviendo con un poco de sal. Y, en el horno, pongo una asadera con unas hamburguesas veggies.

Media hora más tarde, la comida estaba lista y Julián, seguía sin venir.

Una vez que terminamos de comer, Ami cabeceaba desde su sillita, estaba muerta de sueño, pero la tenía que bañar.

La levanté y medio que hice que se despierte, no sin antes, haber llenado su bañerita, haber llevado su toalla, su shampoo, jabón y acondicionador.

Suspiro cansada cuando termino de ordenar todo lo que acababa de usar. Bajo a la cocina y tengo que levantar la mesa, lavar los platos. El estrés que manejo al mirar mí teléfono y ver que Julián seguía sin ver mis mensajes era de otro mundo.

Lavo los platos, los seco y los guardo y cuando estoy por agarrar un pote de helado y una cuchara para pasar el mal trago que me está haciendo pasar el otro pajero. Escucho la puerta abrirse, las llaves hacer ruido al chocarse una con la otra.

- ¡Hola!- Dice el pajero desaparecido. Con toda la normalidad del mundo, queriendo venir a darme un beso.

- ¿Qué hacés boludo?- Lo empujo enojada al ver que se me acerca para besarme.

River ; Julian AlvarezWhere stories live. Discover now