Cuidados.

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Jimin habia dejado a Yoongi comido y con la TV prendida, también había dejado galletas y chocolate por si le daba hambre en lo que el regresaba.

Yoongi se sentía pésimo además de la gripe que pesco, sentía que no ayudaba en nada, aunque hayan pasado sólo unos días y el aún no sanará, se sentía como un inútil.

Su inexistente orgullo estaba por el suelo, pero si podía estar con él omega y ser cuidado por el, entonces valía la pena.

A veces quería poder hacer que Jimin se acurrucara con él, pero él pollito parecía no entender sus sentimientos y aunque Yoongi no quería que se supiesen, era muy obvio.

Cuando Jimin lo despertaba, el se sonrojaba y quedaba sin habla, ¡que clase de alfa es así de penoso!

MIN YOONGI.

Jimin se habia ido con la promesa de volver en la tarde para acompañarlo a comer, pues hasta el sentía su casa solitaria, solo estaban Jimin y sus plantas pero ahora era Jimin, Yoongi y sus plantas.

Entonces con el corazón enamorado dio la primera mordida a las galletas de pequeñas tartas de piña y fresa.

- Mmmmhhh - gimió gustoso por el sabor, le encantaba todo lo que Minnie cocinaba, le encantaba que fuera repostero, le encantaba todo de él.

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En la pasteleria, Jimin, Seokjin, Kook y Tae iban y venían, uno haciendo entregas, otro siendo el mesero, Jimin llenando los aparadores y Seokjin atendiendo la caja.

- Jiminnie hyung - llegó con otro pedido Kook - un pastelito de delirio de chocolate con crema menta de relleno - le indicó dejando un papelito en la mesa.

Jimin tomó una mantita y limpio su rostro lleno de harina que comenzaba a causarle comenzó, tomó la orden y empezó a hacer la crema, el tenía preparados ya muchos cupcakes porque era lo que siempre vendía más.

Una vez terminó lo metió en una jeringa de reposteria y se la inyectó al pastelito al hacerle un huequito abajo.

- ¡Kook, ya está! - llegó el mencionado y se lo llevó, hoy había más gente de lo habitual y estaba realmente cansado, tenía pastelitos y galletas en un horno, en otro tenía panecitos y en el refrigerador otros para enfriarse y poder decorarlos

Seokjin entró  para relevar a Jimin que le sonrió quitándose los guantes.

- Toma algo Minnie, pareces agotado - le comento, MinMin asintió y se sirvió un poco de agua para beberla toda.

Y así pasó el día hasta que llegó la hora de cerrar, el cerraba a las 4pm porque a las 8 regresaban todos para abrir la cafetería nocturna que era la misma pasteleria.

En ella vendía solo cupcakes y café, a veces malteadas o rebanadas de pasteles.

Repartieron los pasteles pendientes que eran 32 y se fueron a sus casas a descansar un rato antes de volver.

- Jinnie hyung, ¡por favor déjeme ir con Tae! -  le rogaba el conejito mientras miraba a Tae para pedirle ayuda.

- ¿Quién me asegura que no te comerá? - Seokjin preguntó mientras que hacía un puchero y cerraba sus ojos para negar - no no no, nadie va con nadie.

- Prometo traerlo sano y salvo, Seokjin Hyung - Jungkook sonrió y saltó donde Tae para esconderse en su pecho.

Seokjin rodó los ojos y asintió.

- Nos vemos en la tarde - Jimin sonrió y se despidió después de cerrar todo.

Tomó un taxi y llegó a su hogar, respiró hondo, llenando sus pulmones del aroma ta  familiar, olía a Yoongi y también a él.

Soñador y cantarin tocó la puerta de la única pieza y abrió, sonrió de ver a Yoongi dormido con una galleta en su mano y un bigote de chocolate en su rostro.

Tapó un poco su boca para evitar reír y camino, se inco y admiro al delta, sin duda era guapísimo para ser un simple vago.

Era hermosamente blanco, sus pestañas rubias, su cabello blanco, sus cejas rubias igual, sus labios rosas y su nariz un poco roja por aun tener gripa.

Sus grandes manos blancas donde moradas y azules venas se notaban, era sin duda guapo.

Se recargo en las piernas de Yoongi y posó su cabeza, lo observaba respirar como si fuera la octava maravilla mundial

Suspiro entonces, ojalá no se fuera después de que haya terminado de sanar, no quería estar más solo, además de que su pollito no paraba de llamarlo alfa cada vez que este le sonreía.

Alfa, debía ser su alfa, pensó.

Quien diría que encontraría a su pareja en el callejón de atrás de su pasteleria.

HOMELESS | YM. | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora