Semilla.

14.8K 1.8K 308
                                    

Ambos dormían después de una delicada sesión de besos y de hacer bebés, el pollito rebosaba de felicidad, roncando en pipipipio pipipio...

Por otro lado el Tigre también dormido, un par de horas antes cuando hubo depositado su semilla se sorprendió... Y espero con todo su corazón que esta fuera viable, es decir que fuera fértil y pudiera darle al pollito el bebé que tanto quería, aunque no pudo marcarlo, su mandíbula no dejó de picarle.

Pensó que quizá era una señal, pero aún así quería ir a Daegu, sabía de lo que le habían contado que necesitaba hacer cosas específicas para regresar completamente a su estatus de alfa líder, sin preocuparse porque ya había avisado a Jimin que iría tarde o temprano es que pudo dormir.

Ambos abrazados desnudos con sus piernas entrelazadas, quizá del culo del castaño aún resvalaban algunas gotas del líquido blanco y claro que ambos esperaban que funcionará.

Porque como había dicho Yoongi antes, en su especie y/o manada cuando un alfa se convertía en delta era muy difícil si quiera que volvieran y si volvían, muy difícil que fueran fértiles.

Pero Yoongi y Suga (su animal) no eran cualquier cambiaformas, hasta ahora habían demostrado ambos ser algo más simple que aquello pero aún a ambos les quedaba un camino por descubrir que era aquello que los hacía especiales.

Por qué Yoongi en la oscuridad brillaba, porque de pronto su ahora delta animal parecía estar tan fuerte y animado.

¿Acaso lo había provocado el pollito?

El sólo conocer a su alma gemela ¿Habia hecho aquello? ¿O era algo más allá que simplemente eso?

No lo sabían, no lo sabemos pero lo descubriremos.

Diana arriba, contenta, el pollito lo había logrado, ya quedaba casi nada, todo estaba saliendo a la perfección, claro que ella no conocía el futuro como su hermana RyuJin.

Le había pedido muchas veces que le contará el futuro de aquella bonita pareja que ahora ocupaba su atención pero tempo, como RyuJin la llamaba así como ella le llamaban luna se había negado muchas veces, diciendole y advirtiéndole.

- Diana, no debes jugar con el tiempo - pero ella solo decía.

- ¡es un pequeño empujoncito! - desviando la mirada - ¡no pasará nada!

- Lo que tiempo decide que suceda, sucederá y lo que no, no lo hará, no porque indirectamente metas tu cuchara, no pasará.

- ¿Qué me estas queriendo decir RyuJin?

- Qué dejes de tentar a la suerte.

- Bahh, no pasará nada...

- Cada vez que tu o yo o alguien hace algo, su futuro no cambia, solo la manera en llegar a él y como será en él, pero no cambiará la situación.

- No lo puedo dejar vivir así, el no lo merecía, y si puedo darle tranquilidad lo haré y ni tu, ni la mariposa ni la mismísima Chae podrán impedirme hacerlo.

- No deberías tener esa preferencia.

- Cállate, tu no puedes opinar y me sorprende que seas así con alguien que también lleva tu sangre.

Entonces RyuJin desapareció dejando una estela de polvo.

- Tonta hermana - la maldijo Diana mientras jalaba sus blancos cabellos.

Diana enfadada deshizo su la nube que formaba la roca donde veía su mundo y salió en busca de uno de sus amores.

La luna y el Sol desde el inicio de los tiempos habían sido una preciosa pareja, amandose en ocasiones especiales y dejando ver al universo entero el esplendor de su amor.

Claro que el Sol siempre estaba ocupado, siempre en orbita en el centro del universo para mantener a cada sol de cada galaxia vivo, por eso el Sol le permitía tener amoríos claro sin nunca amarlos más que a él.

Por eso Diana eligió a cupido, el dios Eros o conocido comúnmente como Jeon Jungkook, ¿a que te suena similar?

Pues claro, Diana no era muy creativa al momento de crear y nombrar las almas al separarlas.

- ¡Eros! - gritó en la fuente lunar, su frente dolia, sus ojos comenzaban a tornarse azules en su totalidad, estaba saliendo de control su enfado.

Cupido, el dios del amor que amaba a Diana por encima de cualquier cosa, escuchó aquello y dejo de tejer sus hilos rojos para ir en busca de ella.

Cuando llegó vio como en su frente la marca de la luna sabía que si permitía que esta llegase a evolucionar a menguante ocurriría algo muy feo.

- Hey, hey - la tomó de las mejillas - tranquila preciosa luna ¿Qué te ha hecho enojar? - preguntó sonriendo al ver cómo poco a poco en su frente la luna regresaba a ser un círculo.

- RyuJin - contestó - ha venido a decirme que hacer.

- Oh calma preciosa blancura, ella lo dice porque no quiere que hagas algo de lo que te puedas arrepentir.

- ¿por qué la apoyas a ella? ¿Acaso no soy yo tu amor?

- ¡Lo eres! - besó su frente - pero por lo mismo trato de hacerte entender, pero yo no te puedo obligar a hacer algo o no hacerlo.

- Cállate y abrázame mejor - lo interrumpió sonriendo.

Feliz Eros la abrazó y robó un beso, claro que cupido se puede enamorar y lo hacia un poquito más cada vez que veía a la albina luna, cada vez que la veía enojada, sonriendo o llorar, y por supuesto cada vez que esta le permitía robarle un beso.

Del poco amor que Diana le daba, porque el estaba consciente que el hilo que diana tenía en su dedo no conectaba con él, pero de ese poco amor que el recibía su energía vital se mantenía.

Cupido necesitaba ser amado para crear amor, la gente tenía que creer y amar para que él pudiera seguir funcionando.

El amor de la Luna y el Sol era surrealista, pero el amor entre ella y Eros era diferente.

¡Pues ella era amada por el mismo amor!

¿Qué más podía pedir?


HOMELESS | YM. | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora