Corazón Nuevo [HaJeongwoo]

Capítulo 7.

Haruto había despertado temprano, era raro ya que nadie se despierta temprano en sabados,  a no ser que tuvieran trabajo  escuela. En su caso, él había despertado temprano porque a alguien se le ocurrió tocar a las 7 de la mañana la puerta. Se levantó casi de mal humor porque no había tenido un buen sueño debido a que estaba pensando cosas. Al abrir casi cierra la puerta, pero recordó que no debía ser grosero y se quitó finalmente para dejar pasar a la persona.

—¡Buenos días! —habló en tono alegre. Haru solo se limito a cerrar la puerta—. ¿Te he despertado?

—Sí, son las 7 de la mañana —señaló el reloj que tenía en la pared—. ¿No se te hizo mejor venir como a las 10 o a medio día? Tuve que pararme de mi bella cama.

—Pues perdón —dejó sus maletas en la sala—. Iré a mi auto por las demás.

—Espera. ¿Piensas quedarte? —se asustó al ver como colocaba las maletas en la sala y vaya que no eran maletas pequeñas.

—Sí, soy tu madre y tengo derecho a quedarme en tu casa —soltó con tono alegre.

—Ya cuando decides venir. Lastima que solo hay dos recamaras.

—Mientes con los dientes. Hay cuatro. No olvides que esta casa era mía.

—Está bien puedes quedarte —se cruzó de brazos y se dirigió a las escaleras.

—Hey —lo llamó la mujer—. ¿A dónde vas? 

—¿A mi...cuarto? tengo un sueño que tomar.

—¡Vamos a desayunar! —su tono era alegre, en cambio Haruto quería tirarse de un pozo o algo así—. No es pregunta por si eso creías.

—Deja me baño entonces —rodó los ojos, él quería seguir durmiendo. Tomó su teléfono mientras subía y marco. 

Un timbre se escucho y nada, dos, tres y cuatro hasta que por fin respondieron.

—Espero realmente sea algo importante como para que me despiertes a las...7:10 de la mañana en sábado —se escuchaba adormilado. 

—Mi madre llegó —soltó a secas.

—¿La señora S? Necesito ver eso —se escuchaba muy animado.

—Sí, ella está aquí.

—Iré a desayunar, en 10 minutos llego.

—Está bien, provecho.

—No tonto, ire a desayunar a tu casa —colgó antes de que haru lo hiciera.

Haru escuchó como la mujer subía las escaleras. Creía que no subiría ya que el cuarto donde se quedaría sería en uno de los de abajo. Otro problema más que lidiar.

—¿A dónde vas? 

—Voy a ver mi hijo, duh —se tocó la sien. 

—Está durmiendo, no lo despiertes. Ya regreso.

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—Hey, niño —oh no, ya empezó.

—Déjame en paz, estoy durmiendo tranquilo.

—Buenos días Junghwan —escuchó una voz femenina que le pareció conocida.

—Deja de hacer eso, no quiero despertar y ver que no hay nadie. 

—Niño tonto.