Capítulo 24.

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—Haeundae —pronunció en un suspiro. Por alguna razón se encontraba ahí, esperaba algo que en realidad no sabía que era. Los niños jugando, la brisa del mar, la arena entre sus dedos, recuerdo empezarona llegar a su memoria. Comenzaba a sentir miedo, ¿Por qué decidió ir al lugar que indicaba la carta? ¿Y si lo matan? Muchas preguntas llegaron a su mente.

Esa mañana discutió con mamá Junghwan, le dijo que era peligroso ir si no sabía quién era la persona, pero a Jeongwoo le valio madres y ahora estaba abrazando sus piernas sentado frente al mar. Midam le dijo que fuera con cuidado y contraatacó a Junghwan diciéndole que él no era la mejor persona para decirle ello ya que cuando se conocieron Jung aceptó rápido salir con él a tomar algo. Jung solo se sintió avergonzado y le dijo que usara suéter para luego salir casi corriendo de casa en pijama.

—Disculpa la tardanza —volteo lentamente al oír esa voz—. Hortensias azules para pedir disculpas.

—¿Qué mierda? —abrió sus ojos como platos, dejo de abrazar sus piernas para pararse y retroceder un poco. No era posible lo que estaba viendo—. Tú...Tú...Tú...

—¿Yo qué? —preguntó con un tono preocupada. Jeongwoo no creía lo que estaba viendo.

—Tú no eres real. ¿Es una broma de mi mente acaso? —seguía retrocediendo mientras se acercaba la persona frente a él—. Tú —señaló con el dedo, siguió retrocediendo y cayó a la arena al tropezar con una piedra—. Tú estás muerto.

—Yo también lo creía —dijo con un tono burlón—. Tengo muchas cosas que explicarte.

—No es posible que estés vivo. ¡Yo mismo fui a tu funeral! —Jeongwoo seguía retorcediendo mientras se acercaba con lentitud a él.

—Déjame explicarte —lo tomó de la mano e inmediatamente el contrario quitó su mano.

—¡Alejate de mi! —retrocedió una vez más cayendo al agua.

—Vas a enfermar —se metió al agua—. Tú te enfermas rápido.

—No te me acerques —se estaba metiendo más al mar—. No me toques —seguia alejándose de la orilla.

—No seas necio —lo tomó de la cintura y solo recibió golpes—. No me golpees, me duele —de la forma que pudo lo sacó cargandolo en sus hombros mientras Jeongwoo golpeaba su espalda—. Estás pesadito.

—¡So Haruto, bájame! —paró en seco su caminar, hace años que no usaba su nombre coreano que casi deja caer a Jeongwoo por el impacto que causó oír eso—. ¿Qué mierda pasa por tu cabeza? ¿Has enloquecido?

—No me has dejado explicarte —se acercó y recibió un manotazo.

—No quiero que me expliques nada —a Haruto no le quedó de otra que casi arrastrarlo a su carro—. ¿Qué haces? —se estaba quejando, de alguna forma no puso resistencia.

—Andas muy agresivo —dijo poniendo el seguro para niños—. De aquí no sales hasta que te explique todo.

—¿Me estás secuestrando?

—No es secuestro si te dejaste llevar —sonrió burlescamente y Jeongwoo solo se cruzó de brazos—. Sigues igual de precioso.

—No estamos para eso, habla ahora —estaba molesto, demasiado molesto.

—¿Cómo has estado?

—¿En serio me preguntas eso? ¿Cómo crees que estuve? —lo miró de una manera tan fría que Haru sintió escalofríos—. Estuve mal, demasiado mal por tu culpa. Fue una brillante idea fingir tu muerte —dijo lo ultimo con demasiado sarcasmo.

Corazón Nuevo [HaJeongwoo]Where stories live. Discover now