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Bola de pelos.

Afuera llovía intensamente, parecía que el cielo fuera a caerse; las calles estaban más que empapadas e inundadas. Pero eso no importaba para Valt Aoi que sin dudarlo fue a visitar a su mejor amigo aún con el terrible clima de afuera.

Parado frente a la puerta del apartamento trago saliva y elevo una mano para tocar el timbre. Espero unos momentos muy cortos a que abrieran la puerta. Mientras trato de mejorar su aspecto, aunque acomodar su cabello no ayudaría cuando esté está todo mojado.

Shu se había recostado hace unos momentos en la cama de su habitación. Miraba al techo pensando en algo sin saber bien en qué, su mente cambiaba dicho pensamiento de manera fugaz.

Estaba preparado para tomar una siesta, viviendo solo, nada te impide hacerlo debido al silencio frívolo del departamento. Cerro los ojos y se envolvió buscando el calor que su fría frazada no iba a otorgarle.

Estar solo no siempre era tan divertido. Había veces que si, efectivamente disfrutaba de su soledad debido a lo que podía permitirse hacer pero otras sentía que ya no había caso y se aburría muy rápido. Había cosas que ya no lo llenaban como antes, antes; cuando la soledad no se sentía tan pesada. Normalmente para olvidar dicho sentimiento salía de casa, pero estos últimos días había estado lloviendo demasiado y no da para salir a la calle; al parque o solamente a andar sin rumbo alguno hasta la orilla de la playa. Ya que siempre volvía ahí no importaba que caminos tomara había algo que lo traía ahí una y otra vez.

Empezó a dar vueltas mientras buscaba comodidad en el mullido colchón de su cama. Suave, frío y tan vacío a la vez. Optó por solamente sentarse a la orilla de la cama; no podía dormir, se levantó a pensar.

¿Pero en que?, El control que llevaba sobre sus pensamientos no cuadraba últimamente, sin sentido ni lógica; ya hasta creía que estaba enfermo. ¿Si en unos segundos su mente cambiaba como si siguiera un patrón que haría?

Una melodíca canción muy conocida para el, destruyó el silencio congelado que recorría la casa. Se levantó insatisfecho de la siesta que trataba de consolar y acudió al llamado.

Pasó la puerta de su habitación, el living y comedor incluso la cocina hasta llegar a la puerta principal. Giró la perilla sin ganas realmente, solo algo curioso por saber quién estaba detrás de la puerta a pesar de que nunca recibía visitas y del mal clima que yacía fuera. Agua se filtraba por debajo de la puerta, así que no evitó soltar un bufido al pensar en lo que tenía que secar otra vez después de que ya había limpiado.

Abrió de un jalón y se sorprendió de cierta manera al ver una cabellera azulada y empapada detrás de la puerta.

—hola, jejeje— saludo aquella persona muy nerviosamente mientras trataba de mantener en sus manos una caja de cartón algo grande para su tamaño. 

—¿Valt?, Estás mojado, ¿Que haces? entra— el se hizo a un lado dejando pasar a su invitado ahora empapando más partes del suelo, extrañamente eso ya no le importaba siquiera.

—gracias Shu.

—no importa eso, toma— le pasó una toalla pero el chico no la tomo; la cosa es que, tenía las manos ocupadas—. Pon eso en el suelo para que puedas secarte antes que te resfríes.

—pero si lo hago probablemente escape y hará más desastre que yo— declaró mientras su mano apretaba la tapa de la caja con fuerza, como reteniendo algo.

—¿Escape?, ¿Que?— se acercó curioso a su amigo. Dentro de aquella caja se escuchaban sonidos como si algo estuviera rasguñando las paredes de cartón.

—esto...— el Aoi bajo la caja sin dejar de presionar, cuando estuvo seguro la abrió y de ahí saco un animal de un tamaño muy pequeño. Un gato; de pelaje blanco y de grandes ojos rojos.

Shu puso una mueca. No era raro que Valt se compareciera de los animales callejeros, paso así una vez cuando eran niños. Un ave en el parque cayó de su nido y se lastimo un ala, así que Valt fue quien lo llevo a su casa y lo curo, al día siguiente el y su mamá regresaron al lugar donde encontró al animal y lo dejaron el su nido. Era todo un encanto.

Pero ahora...

Al ver que su amigo albino no decía nada se dispuso a explicar su propósito —lo encontré abandonado cuando volvía de entrenar con Audaz, estaba lloviendo y el estaba solo... No quise dejarlo— si siempre es la misma historia.

—me doy cuenta..

—Shu, podrías.... ¿Cuidarlo por mi?— el chico noto la duda en sus palabras, estaba nervioso ya que existía la posibilidad de que Shu dijera que no.

—pero...

Y a eso se refería.

—¡Por favor Shu!, Solo mira a esta cosita— dijo mientras acariciaba al gato y lo acercaba a la cara del albino, que por inercia no evitó retroceder unos pasos. —¡no puedo dejarlo solo!, mi mamá no me dejaría tenerlo— abrazo al animal hasta que esté tocó su pecho. En ese momento Shu sintió algo extraño recorrerle, le hervía la sangre al pensar en que esa bola de pelos había logrado entrar en el pequeño y manipulable corazón de su amigo  —por favor... Haré lo que quieras pero ayúdame...

—de acuerdo. Pero no es necesario, te ayudaré— sonrió Shu cegado por las palabras de su amigo.

A Valt se le iluminaron los ojos y no evitó saltar de alegría y bailar junto al felino que casi le suelta un rasguño en la nariz por la brusquedad de sus movimientos al supuestamente "jugar" con el.

—¡Auch! ¡Oye! Yo te salve— acuso el niño mientras acariciaba su nariz.

—a los gatos no les agrada que los molesten— comento Shu.

—ay que delicado...

—seguro... Jeje...

Y así empezó todo. Lo que Shu no sabía es que tan difícil era cuidar de esa cosa.

Y los problemas que ello conllevaba.

¡ᴍᴇᴏᴡ! [Shu/Valt]Where stories live. Discover now