SILENCE | RENMIN.

extra; lotus flower.

LOTUS FLOWER.
capítulo extra.

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El viento chocó contra su rostro a causa de las suaves ráfagas que corrían de aquí para allá. Su pelo se alborotó, haciéndolo sonreír por las cosquillas que causaban las puntas de él contra sus mejillas. Lo había dejado crecer un poco más de lo normal durante aquellas semanas. Casi podía decir que se sentía un poco más cómodo y nuevo debido al cambio, aunque quizás era algo tonto de su parte. Muchas cosas no habían cambiado en él como persona, o eso creía.

Sus zapatos descansaban a un costado, y sus pies se movían con lentitud debajo del agua.

Se encontraba sentado al borde del lago, cerca de su antigua casa, o tal vez su casa nuevamente. Llevaba casi dos meses viviendo en allí. En el agua se formaban pequeñas olas que a veces cubrían hasta sus pantorrillas, mojando un poco sus pantalones cortos. Estaba observando los pequeños peces que jugueteaban alrededor de sus piernas, mandandole escalofríos cuando chocaban contra alguna parte de sus pies.

Una sensación de nostalgia y dolor cubría su pecho. A menudo, durante aquellos días, no era exactamente un buena idea sumirse en sus pensamientos. Su situación no le dejaba mejores opciones. Habían pasado años desde la ultima vez que se había sentido tan desolado consigo mismo. Ahora sabía lidiar con ello, pero a veces lo seguían atormentando aquellos pensamientos, en donde se preguntaba por qué tenía que sufrir aquella limitación para desahogarse.

Renjun había llegado a la conclusión de que siempre sería una persona complicada. Nunca podría vivir con la misma facilidad que el resto. Últimamente, saber eso lo hacía sentir tan mal como en algún momento de su juventud. En sus días más grises, no podía evitar pensar cómo sería su vida si las cosas fueran diferentes.

El cielo estaba despejado. Renjun sospechaba que llevaba un buen rato allí. No había traído su celular, así que no tenía una idea sobre la hora.

Entrelazó sus manos, observando sus uñas. Deseó tener la oportunidad de volver atrás, exactamente a aquel verano donde su vida había florecido. En aquel entonces, las responsabilidades no lo atormentaban. Deseaba encontrarse de nuevo consigo mismo, y decirle a su yo de niño que no se preocupará, que disfrutara más de los suyos.

La vida era demasiado injusta, y parecía divertirse junto a su mejor amigo el tiempo. Ambos se adueñaban de los recuerdos, te volvían incapaz de cambiar las cosas, solo dando la opción de seguir adelante con lo que se tiene o estancarse. Y a veces, volver a mirar atrás con el arrepentimiento no haber hecho las cosas mejor era todo lo que se tenía.

Los sonidos de algunas ramas rompiéndose lo desconcentraron. Cuando giró,, se encontró con la silueta de un muy conocido castaño dirigiéndose hacia él.

—Eres muy predecible, ¿Sabes? No te encontré en la casa, y supe exactamente donde estabas.

Renjun le sonrió avergonzado, saludándolo con un gesto de su mano.

Jaemin se acercó, sentadose a su lado. Aún vestía su ropa de trabajo, un traje formal que Renjun sospechaba que debía valer una fortuna. Se quedó observando a Jaemin en silencio unos segundos, viendo cono se quitaba los zapatos para hacer lo mismo que él. Sin duda, era la única persona que podía estar tan despreocupada por arruinar un traje de esa calidad.Pero, aunque le molestara, en el fondo le gustaba ver a Jaemin vestido así. Se veía bien, el tiempo había hecho un muy buen trabajo con él.

—Como es viernes, decidí terminar el trabajo un poco más temprano —Comentó, metiendo sus pies descalzos debajo del agua.—Tenía ganas de verte.