03; Misteriosas.

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Debo admitirlo, en la mayoría de las ocasiones puede que sea la belleza física de una chica lo que consiga que ponga mi foco de atención sobre ella en primeros momentos. Y con la nueva estudiante del curso no fue la excepción, Cami era diferente en tantos aspectos, ese largo cabello verdoso tapando la mitad de su rostro, aquel porte elegante y silencioso al caminar. Ahí de pie despertando un aura de misterio que te deja hambriento de preguntas.

Era perfecta.

El simple hecho de que Freddy también se sintiera muy interesado por ella fue lo que terminó haciendo que mi curiosidad por la nueva fuera mucho más fuerte... ¿acaso había algo más de lo que no me había percatado que consiguió dejar a Freddy tan hechizado?

—Puedes quedarte con ese puesto. —Me atreví a decirle el segundo día de clases, cuando notaba su duda en si sentarse a mi lado o busca un lugar diferente.

En silencio giró su vista hacia mí... ¿Qué tanto escondía detrás de ese fleco? Lograba carcomerme con las ganas de ver completamente su rostro.

—Gracias. —Me dijo sin darme más o menos, sólo lo justo y necesario, yo degusto su acento alucinado, sonaba extranjera, debo confesar que aquello eran una de mis debilidades, no por nada Usagi tenía una atención extra de mi parte por cautivarme tanto con su belleza asiática... ¿de dónde es esa forma de hablar? Necesito escucharla otra vez.

— ¿Te llamas Cami, cierto? —Le pregunte, nuevamente me dedica una fugaz vista sobre su cabello, y me asiente en afirmación— Lamento todo lo del día anterior, siendo nueva me imagino que lo último que querías era llamar la atención con semejante escándalo. Ha sido un accidente muy tonto de mi parte. —Incluso yo me quedo algo consternado con lo último ¿Un accidente de mi parte? Quien me viera, asumiendo las torpezas de Freddy, esto es de fotografía.

— ¿Eres nuevo? —Ahí estaba ese acento otra vez, diablos, algo tenía, ella cruelmente te dejaba ansiado más palabras, y el hecho de no poder verle la cara por completo me tenía inquieto y cautivado a la vez, me despertaba interés en conocerla.

¿Qué clase de chica eres?

—Lo era en el curso pasado, no fueron momentos tan agradables... —Agregué, recordando como el idiota de Freddy fue tan estúpido para hacernos caer sobre Fox y terminar creando aquel patético escenario de anime barato que al sol de hoy me sigue revolviendo el estómago de sólo recordarlo.

Ella parece inclinar su rostro a un lado en duda, no tiene aires de ser muy conversadora, no por eso me parecía menos interesante, de hecho hacia que mi curiosidad por ella empeorara. Una nueva forma de torturarme.

—En fin, sí necesitas ayuda con algo puedes decirme preciosa, es bueno contar con alguien cuando comienzas en un ambiente nuevo. ¿No te parece?

Ella sólo me asiente con una pequeña sonrisa, casi imperceptible.

— Por cierto, linda. ¿De casualidad eres estudiante de intercambio? Tu acento me tiene perdido... —Me confesé, no me iba sentir bien conmigo mismo si no le dejaba claro que me flecho su forma de hablar, la honestidad siempre ha sido mi valor predilecto, así como también mi fiel maldición.

—Algo parecido. —Me respondió a medías, me lo veía venir.

— ¿Algo parecido? —Me rio, poniendo mi mano sobre mi mejilla mirándola con atención percatándome del estuche a su costado— ¿Tocas el violín? —Agrego después, con cierta emoción, sólo pensar en su voz cantando ese tipo de tonada ya me tenía fantaseando en otro planeta, aquello podría ser sublime.

—Música... —Escuché de ella con un aire pensativo, no pierdo detalle, el aura a su alrededor parecía oscurecerse— La música mueve este mundo... —Murmuró a lo último, apenas audible.

Era una peculiar afirmación, su sonrisa ya no estaba, parecía algo perdida, atrapada en sus propios enigmas.

—Intento estudiarla... —Dice después, más para ella misma— Dominarla...

— ¿No has probado en quizás sólo intentar escucharla y sentir lo que te quiere enviar? Te aseguro que la disfrutarías mucho más. —Le suelto de mi parte.

Ella vuelve en sí, me mira, su fleco se mueve, y uno de sus ojos se deja presenciar.

Era como un rubí brillante e hipnótico que logra llegar en mí, contengo las ganas de mover mis manos y apartar todo el fleco para apreciarla mejor, ella parpadea en silencio, considerando mi pequeño consejo, y el sonido de la maestra pidiendo atención hace que vuelva a cubrir su rostro entre su cabello.

Su misterio podía atraparte sin ni siquiera notarlo.Me parece otra razón para amarlas.

「Razones para Amarlas」; FHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora