09; Impulsivas.

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—Buenas tardes, señorita Lily. —Saludo coqueto como es mi costumbre, ella sube la mirada y se ajusta los lentes.

Me gustaba verla hacer eso.

—Fred. —Me dice devuelta.

— ¡Ah! ¿Fred? Así que tú eres el muchacho que la ayuda siempre con los libros. —Habló la joven a su lado con un tono lleno de energía, energía que gritaba sin pedirlo que le dedicara mi atención, era una chica de contextura gruesa, me hace pensar en pandas sin razón aparente, con unos ojos deslumbrantes de esa emoción que emanaba, con un color de pelo rojizo de puntas degradadas a naranja.

Me trasmitía la misma sencillez de Lily, pero con algo más que no sé definir, algo mucho más inquieto.

—Ella es mi amiga, Abby. —La presentan.

—Un gusto. —Dice Abby con una sonrisa— ¿También tienes hora libre?

—Algo así. —Sólo era una pequeña escapada, lo juro— ¿Qué leen? —Agregué después, no era fan de los libros, Lily seguro ya lo habrá notado, pero lo de Abby parecía tener una versión diferente de lo que conocía de la lectura.

A ella pareció gustarle mucho mi pregunta.

— ¡La nueva temporada de Yuiko Romantic! —Me dice Abby, casi con orgullo.

No tengo idea de lo que habla.

—Es su manga favorito. —Me intenta explicar Lily.

¿Y qué diablos era un manga?

Abby se ríe maliciosa.

—Tengo uno libre. —Me ofrece— Puedes echarle un ojo, te podría gustar la trama. —Anima con señas para que me sentara a su lado.

La propuesta me carcome y terminé tomando asiento, ella rebuscó en su mochila hasta sacar esos raros libros de portada colorida, dejándolo en mis manos.

—Se lee de derecha a izquierda ¿bien? —Me indica Abby, dejándome a mi suerte.

La malicia en su mirada me daba mala espina, pero la curiosidad puede conmigo y abro a ver el contenido, los dibujos estaban bien hechos, y de hecho se volvía más ameno que atreverme a leer las biblias eternas que se comía Lily, me terminé olvidando que estaba en la escuela, incluso que tenía dos chicas justo a mi lado por prestarle atención a lo reflejado en las páginas.

Hasta que caí en cuenta de algo que no tenía sentido para mí.

— ¿Son... dos... chicos?! —Bramé, casi espantado de tal locura, mirándolas por una explicación.

Los ojos de Abby brillaban casi con dos estrellas en su interior, mientras que Lily se mantenía serena de todo.

—Sí. —Me afirman ambas, por supuesto con un tono muy distinto cada una, una lo afirmaba con toda la alegría del mundo, mientras la otra lo hacía como si le estuviera preguntando por cualquier trivialidad de la vida.

—Y no sólo eso... —Dice Abby apuntando la página, para luego acercarse mucho más a mi lado— La historia con cada capítulo se pone mejor, este arco es más que nada para ayudar a Kaite a aceptar que le gusta Shisu... ¡Es un uke tsudere a morir!

— ¿Qué es un uke?

¿Por qué diablos no cierro mi boca y salgo de la locura en la que me acabo de meter? ¡Estamos hablando de dos chicos juntos!

—Oh, en el género de Yaoi el uke es quien toma el rol pasivo, por consecuencia el seme es quien toma el rol activo, en este caso el seme de Kaite es Shisu. —Me explica Abby sin dudas.

No lo entendía por primeros momentos hasta que terminé juntando piezas. No por eso me parecía menos perturbador.

—Creo que ya es suficiente información, Abby. —Interviene Lily con un suspiro.

—Si quieres puedo pasarte toda la primera temporada, Fred. —Me sugirió Abby, con toda la ilusión posible— Creo que puedes tener madera para ser un buen fudanshi.

Bien, ya basta de términos desconocidos.

—Creo que me quedaré con lo leído por hoy, preciosa. —Le digo, cerrando el manga y regresándolo a sus manos.

—Lastima... ¡las líneas de Shisu te quedarían excelentes! —No me lo dice directamente, pero puedo ver que en su mente se está montando una película.

—Me va mejor cantar. —Le comento, mientras recuesto mi mejilla en una mano, intentando entenderla... ¿Qué clase chica disfruta de semejante contenido? Digo, Freddy debe tener sus gustos extraños, pero Abby debe superarlo con ventaja.

—No puede ser... ¿También cantas?! ¡Eres el pack completo, Fred! —Salta Abby con emoción, buscando algo en su mochila a prisas— ¿Puedes interpretar esto es voz alta? Sólo las primeras páginas, por favor, por favor... —Me rogó juntando sus manos.

Le hecho una ojeada a la página, la forma en que Abby pedía por mi voz era tentador, después de todo me gusta tener atención y que se elogie mi persona, quizás por eso cedí tomando el papel y tosiendo para aclarar mi tono, no entiendo que locura estaba por hacer, más la ilusión de Abby casi se me hacía cruel de quitar, podía con esto, sólo era leer un texto. Y yo siendo Fred, hasta leyendo un texto puedo ser perfecto.

Ahí estabas debajo de mí, nervioso, quizás yo también sentía lo mismo, no podía más, te necesitaba Kaite ¿cómo podías simplemente pensar que yo podría soportarlo? Maldición, soy humano, tengo limites, limites que sobrepasas sin quererlo, pequeño, por favor, quiero tocar, besar todo ti, perderme en tu piel ¿entiendes lo mal que me tienes? ¿Lo mucho que anhelo tenerte para mí? Que me sientas, que yo te sienta a ti ¿Sabes lo tortuoso que es eso? Kaite... pequeño... ¿sientes esa necesidad también? ¿Me desearas de la misma forma? ¿Te gustaría que tocara tu cuerpo? ¿Qué lo marcara? Una señal pequeño, y me tendrás para ti, sólo para ti, porque soy tuyo Kaite, todo de mi te lo entrego, ahora y siempre, porque yo... te amo. —Terminé de decir, y joder, todo esto no deja mi masculinidad en una buena posición, veo a las chicas a mi lado y Lily con expresión tranquila se tapa los oídos, luego Abby...

— ¡NOPUEDESEEEEEEEEEER!!!

Creo que toda la escuela ha escuchado eso, yo me alejo un poco espantando.

—Gracias, gracias, gracias, gracias... —Me dice tomando mis manos, con un brillo imparable en sus ojos— Lo has hecho increíble, tan... ¡ahhhh! Perfecto y... y... ahh, gracias, gracias... —Me sonríe grande.

Algo en esa alegría me hacía sentir... bien, satisfecho, también algo asustado.

— ¿No te importa que lo haya grabado, verdad? Nadie tiene porque saber que has sido tú, es que me daría un dolor horrible borrarlo. —Me confiesa abrazando su celular.

¿Un momento? ¿Desde cuándo me estaba grabando?!

—Eh...

— ¿Puedo quedármelo? ¿Sí? ¿Sí? Le daré un buen uso y también te prometo que...

—Está bien. —Le permito, no puedo ser tan cruel en exigirle borrar eso, en parte porque así no tendría que acceder a repetir la rara experiencia.

— ¡Muchas gracias!

Bueno, también poder hacerlas felices con sus raras manías es otra razón para amarlas. 

「Razones para Amarlas」; FHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora