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Catorce: Infierno.

Me senté sobre la cama, sintiéndome sucia y demasiado dolida. No podía creer que había permitido que me haya tocado más de lo que debía. Él me había sometido al punto de que no tenía escapatoria...

Taehyung se había levantado de la cama para decir que iría a comprar una maldita pastilla para mí, pues si yo iba a la farmacia, el rumor llegaría a mi madre, porque sí, nosotros lo habíamos hecho sin condón.

Sería el colmo que saliera embarazada. Así que de lo único que podía sentirme agradecida -si es que realmente lo sentía- era de eso.

Le vi abrochando su cinturón mientras yo me cubría el cuerpo con la sábana manchada de sangre debido a mi tensión.
Siempre había leído, más nunca confirmado si eso era cierto, que supuestamente en la primera vez no se debía sangrar. El cuerpo se tenía que preparar bien para la penetración y, de hecho, ni debía doler; tal vez era cierto, tal vez un mito, pero lo que sabía con gran certeza es que perder mi virginidad no había sido tan placentera. Todo había sido dolor, absolutamente todo y nada de placer. Me había dolido desde el inicio, sangrando, apesar que Taehyung decía que él iba suave, hasta el final donde él finalmente se había levantado para irse.

Por supuesto no dije nada. ¿Qué le iba a decir si me acababa de violar, prácticamente, aunque yo hubiese sido la que se ha ofrecido para solo salvarme la vida? Absolutamente nada le iba a decir.

—Vendré pronto. No va a volver a pasar sin condón, lo juro.

Asco. Sentía asco de él.

No habrá siguiente vez, me encargaría de eso. Sin embargo asentí y volví a la cama luego de vestirme con el camisón que él había despojado. Ni siquiera tuve la molestia de cambiarme de ropa interior ni siquiera limpiarme los fluidos, nada. Solo quería cerrar los ojos y llorar ahí. Si mi madre venía y veía todo el desastre incluyendo la sangre por la acción, sería algo por la cual estaría agradecida realmente. No obstante, nada sería así. Taehyung la mataría sin dudar.

¿Y si dejaba que la mate mientras huyo?

Podía aprovechar que él se iba para tomar un par de ropa y dinero para fugarme a algún país lejos, pero sabía que al fin y al cabo, Taehyung volvería eventualmente a mi vida.  Volvería a hacerme pedazos la vida y la única forma de liberarme de él era solo asesinándolo. Podría envenenarlo si me lo proponía, pero lo sospecharía. Tendría que ser cuidadosa si realmente lo iba a matar.

La única opción que vino a mi cabeza fue levantar a mi madre en la madrugada, decirle la verdad aunque lo más probable que no lo creyera, e ir por Taehyung en la madrugada y asesinarlo con la escopeta de mi padre. Luego huiría sola para que mi madre no pague con la culpa del asesinato y yo sea la prófuga. Solo tenía que esperar a que Taehyung me entregara mis nuevos documentos falso y el pasaje de avión al destino que él iba a escoger.

Lo haría.

Tendría que hacerlo.

Y con esa idea en mente, no dejé que el hecho de que me había forzado a tener sexo me venciera. Decidí sentarme. Taehyung se había sentado a buscar algo en su móvil..

—Taehyung...—Él giró a verme ante mi llamado. —¿Puedes comprar sábanas igual a estas? SooAh se daría cuenta que las coloqué en el cesto. Vería la sangre de mi virginidad.

Mi voz sonó serena, sorprendentemente, como si no estuviera enojada, como si hubiera gozado tener sexo con él. Taehyung me observó con curiosidad y asintió. —Tienes razón. Levántate, me las llevaré yo para botarlas.

Asentí, levantándome. Me sentí algo débil al hacerlo, pero empecé a retirarlas. Taehyung se me quedó mirando extraño, así que cuestioné qué sucedía cuando le miré. Mis manos aprisionaban la sábana contra mi pecho.