«Capítulo 16»

831 122 36
                                    


El cielo en aquellas primeras horas del atardecer era un prisma de colores mientras Jeonghan guiaba a Seungcheol a través del pequeño comedor hacia la cocina.

—No sé tú, pero a mí no me vendría nada mal una copa de vino.

—Buena idea —habló el mayor—. No sabía qué íbamos a cenar, así que he traído estos dos vinos. ¿Alguna preferencia?

—Elige tú, Seungcheol —lo invitó el menor con una sonrisa suave en los labios.

Ya en la cocina, Jeonghan se apoyó en la encimera y cruzó una pierna por encima de la otra mientras Seungcheol descorchaba la botella. Por una vez, el mayor parecía más nervioso que el de cabellos más largos. Con una serie de movimientos rápidos, abrió la botella de vino de arroz, el 'Baekhwasubok', y Jeonghan puso dos copas sobre la encimera junto a él, consciente de lo cerca que se hallaban el uno del otro.

—Sé que debería habértelo dicho al llegar, pero te ves excelente.

—Gracias.

Seungcheol sirvió el vino, luego dejó la botella a un lado y le pasó una de las copas al menor. Mientras la aceptaba, pudo oler la loción corporal con fragancia a coco que se había aplicado previamente.

—Creo que este vino te gustará. Bueno, espero que te guste.

—Seguro que sí —comentó, alzando la copa—. Salud —brindó, acercando su copa a la de Seungcheol.

Chocaron.

Jeonghan tomó un sorbo, sintiéndose extrañamente satisfecho con todo. Su propio aspecto y su estado de ánimo, el gusto del vino, el embriagador aroma de la salsa del bulgogi, la forma en que Seungcheol seguía mirándolo mientras intentaba no ser tan descarado.

—¿Te apetece que nos sentemos en el porche?

El mayor asintió.

Fuera, cada uno se sentó en una de las mecedoras. Bajo el agradable aire fresco del atardecer, los grillos empezaron su coro, dando la bienvenida a la noche que se acercaba. Jeonghan paladeó el vino, disfrutando del sabor que dejaba en la boca.

—¿Cómo están Samuel y Chan?

—Muy bien —volteó a mirarlo—. Hoy los he llevado al cine.

—Pero si hacía un día espléndido.

—Lo sé. Pero dado que el lunes es fiesta, he pensado que todavía nos quedan un par de días para disfrutar del aire libre.

—¿Abrirás la tienda el lunes?

—Sí, claro. Es uno de los días con más trabajo del año, ya que todo el mundo quiere pasar ese día festivo en el río. Probablemente tendré que trabajar hasta la una del mediodía, más o menos.

—Te diría que lo siento, pero a mí también me toca trabajar.

—Quizá pasemos a verte un rato, para molestarte otra vez.

—No me molestaron en absoluto —lo observó por encima del borde de la copa—. Bueno, por lo menos los niños no. Sin embargo, tú te quejaste de la calidad del servicio.

—Es lo que solemos hacer los de la 'vieja escuela' —replicó él en un tono burlón.

Jeonghan rió antes de empezar a mecerse hacia delante y hacia atrás.

—Tengo la misma edad que tú —habló, pero luego cambió el tema—. Cuando no estoy trabajando, me gusta sentarme aquí a leer. Hay tanto silencio que a veces me siento como si fuera la única persona en varios kilómetros a la redonda.

My Haven ➳ JeongcheolWhere stories live. Discover now