Ciertos malentendidos al despertar

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Sentía sus párpados pesados, rogándole que volviera a dormir.

Apenas estaba pensando cuando miró a su alrededor, buscando una almohada o una manta para acurrucarse profundamente y caer de nuevo en su hermoso sueño. Se sobresaltó un poco cuando vio una cara, y más cuando reconoció el cabello rosado en su cama.

Pero no gritó, no. Se había vuelto costumbre tenerlo. ¿Tenerlo? ¿Acaso todo había sido un sueño?

Alborotada, miró hacia el techo, si era Earthland, si estaba en su departamento... No, no lo estaba. Este era un mármol blanco, el suyo era de madera.

Suspiró, se había hecho ilusión de algo imposible. Luego, tembló un poco por el frío matutino.

- maldición, estoy segura de que esta no es mi habitación- murmuró intentando recordar qué había ocurrido en la noche anterior hasta que Natsu gruñó a su lado.

Él irradiaba calor. Tenía los ojos cerrados y sus ronquidos sonaban más como un ronroneo. Entonces, la rubia se deslizó lentamente hacia él y acurrucó su rostro en su pecho. ¿Qué más daba? Las cosas le estaban dejando de importar.

Su idea de ahora era usar a su amigo como calefactor.

Ella lo sintió agitarse, pero no se movió ni un centímetro. Más bien, sintió un gran peso sobre sus hombros cuando él la rodeó con un brazo. A pesar de su somnolencia, se sonrojó y apretó sus ojos para volver a dormirse, esto era vergonzoso.

La muchacha juró que podía sentir los golpeteos de su corazón, y su respiración se aceleró. Sin embargo, en su estado, cualquier cosa sonaba reconfortante, especialmente por parte de él, por lo que se relajó, se hundió más en su pecho y volvió a quedarse dormida.

Natsu abrió sus ojos cuando se aseguró de que ella lograse volver al mundo de los sueños.

Se despertó cuando escuchó a Lucy arrastrarse por la cama. Siempre había tenido el sueño ligero, pero era bueno para ocultarlo.

- ¿qué te ocurrió, Luce?- quiso saber el muchacho sin esperar una respuesta de la muchacha dormida. Ayer la vio colapsar después de caer en sus brazos, literalmente hablando.

¿Por qué parecía que le conocía de antes, como un viejo conocido? Aunque no le disgustaba eso; le alegraba que a pesar de conocerse no hace mucho, se tratasen como si tuvieran una buena relación.

Era una buena señal.

Con una sonrisa perezosa en su rostro, apretó a la joven y cerró sus ojos. Lo que sea que haya pasado, le dio una oportunidad de ser más cercanos. En parte le gustaba esa sensación de dependencia que tenía.

Todo era tan pacífico en su habitación hasta que escuchó unos golpes en la puerta de su habitación.

De repente se separó de la rubia.

¡Maldición! ¡Si era Erza estaba jodido! ¡Si era Erza estaba realmente jodido!

- ¿Natsu? ¿Estás despierto? Soy Rogue, necesitas revertir tus hábitos de dormir hasta tarde ahora que comenzamos las clases- dijo la voz detrás de la puerta.

Genial, era Rogue. Pero de todas formas estaba jodido, por qué tenía que ser él?! ¡Él era capaz de llamar a Erza si veía a Lucy al lado suyo!

- ¿Natsu?- lo volvió a llamar su amigo al ver que no contestaba.

- ¡y-ya voy!- respondió esta vez con todo el nerviosismo del mundo mientras caminaba hacia la puerta.

Sus manos estaban temblando cuando giró, lentamente, la perilla de la puerta.

Reencarné como la villanaWhere stories live. Discover now