Gracias, Erza

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- Natsu, mocoso, qué voy a hacer contigo?- Igneel le preguntó nervioso por la mirada penetrante de su esposa. Estaba apoyando sus codos en su escritorio mirando al muchacho frente a él.

Su hijo se encogió de hombros cuando su padre suspiró.

- Natsu, tienes que concentrarte en el instituto- resopló su madre, Grandine, frotándose la sien.

El muchacho de pelo rosa gruñó por debajo, ni siquiera tuvo su primer examen para decir eso.

- no estamos hablando de tus notas- declaró su padre percatándose de los pensamientos del otro.

- ¿no?- exclamaron tanto la mujer como el niño, sorprendidos.

Natsu se volteó para mirar a su progenitora dudando de su cariño. Y ella simplemente tosió falsamente.

- te has metido en un escándalo

- en tu primer día de clases- suspiró su madre muy molesta, aún algo nerviosa por lo que acababa de pasar.

El joven juraría que ella sólo quiso cambiar de tema.

- ....realmente intenté no hacer nada- se excusó mientras miraba incómodamente hacia otro lado.

No estaba mintiendo al decir eso. En su primer día, se tuvo que sentar al lado de Gray. Este le dijo que se alejara para que no le contagie su estupidez mientras que él le respondió que no le pasase su mal hábito de desnudarse. Juró que en ese momento había intentado de todo para controlarse.

Pero luego, en la primera clase de la anciana esa, él lo golpeó por decir que su familiar era un adorable conejo y por empezar a reírse. ¿Qué culpa tenía? Era un conejo, no comprendía qué había hecho mal y le devolvió el golpe.

- Natsu, creo que lo intentas, solo necesitas un poco de ayuda- la cabeza de la casa Dragneel le consoló enfatizando las últimas palabras.

Una de sus cejas se arqueó mientras intentaba comprender a lo que se refería el hombre mayor.

- ¿un poco de ayuda?

- además, también estaría bien si te metes un poco más sobre tus estudios- agregó su madre al lado de su esposo.

Igneel asintió en señal de que pensaba lo mismo.

- sí, como un tutor

Gruñó al pensar en algún estúpido profesor diciéndole qué hacer. Sin embargo, su madre seguramente ya había sacado unas buenas razones para convencerlo, las cuales prefirió no escuchar.

- bien, puedo elegirlo?- preguntó pensando en Jellal o Rogue, incluso su hermano estaba bien.

- en realidad- comenzó a decir su padre con una sonrisa nerviosa- alguien ya se ofreció para serlo...

Natsu se levantó de su asiento y palmeó el escritorio.

- ¡¿qué ?! ¡¿quién demonios se ofreció?!

- bueno.... ella dijo que era buena en matemáticas y que le encantaría ayudarte ya que ustedes son amigos

- ¿ella?- murmuró el muchacho de pelo rosa considerando sus opciones.

- sí, Erza se ofreció a ayudarte- dijo Grandine mientras le pasaba unas hojas de cálculos a su hijo.

- ¿puedo quemarlos?- sugirió al ver tantos números y letras juntos, qué demonios? Empezó a crear una bola de fuego con su mano desocupada.

- ¡Natsu, mocoso! ¡No, no puedes quemarlo!- gritó su padre a punto de golpearle pero no lo hizo ya que su amada esposa se había adelantado- de todas formas, ella te esperará en la biblioteca

Reencarné como la villanaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon