Capítulo 7: Reencuentro

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Aislados del mundo exterior, los jóvenes maestros Lan comenzaban a sentir que la eternidad se extendía. Era como un pequeño paraíso donde ninguna influencia externa les perturbaba, excepto sus propios pensamientos. Esa era la meta, después de todo, lograr que la tranquilidad les permitiese analizarse y decidir qué caminos tomarían a partir de aquel momento.

Sizhui cumplía una rigurosa rutina desde que el sol salía a las cinco de la madrugada. Solo que cocinaba para él y Jingyi. Este le ayudaba con la limpieza de su propia casa, si podía llamársele así, a cambio. Pues, en teoría, cada quien debía de cocinarse y atenderse así mismo. Solo que, gracias a la última visita del sanador, se enteraron que ya les era permitido ayudarse mutuamente como usualmente lo hacían.

Luego de la confesión en la Primavera Fría hubo muchos silencios entre ambos. Yuan no sabía cómo lidiar con esa incomodidad. No deseaba que su amigo sufriera por su culpa, aunque, realmente no lo era, pues nadie planea quien será su persona destinada. Sin embargo, poco a poco, en medio de la rutina, comenzaron a intercambiar palabras: Jingyi volvió a hacer sus usuales bromas y ambos, sin premeditarlo, comenzaron a reír juntos de nuevo. Era como una herida que finalmente cerraba. Y ambos deseaban mantenerla así, cicatrizando y curando. La amistad y hermandad que los unía era demasiado importante para los jóvenes maestros. Luego de algunas semanas, su amistad y hermandad volvió a brillar destellante y sólida. En aquel mundo silencioso y apartado podían llamarse hermanos de nuevo.

Ambos fueron ajenos a los problemas que enfrentaba la secta y sus cercanos, a la reconciliación de Wei Ying y Jiang Cheng, al ultimátum de los ancianos hacia Xichen, a las amenazas del consejo Jin hacia JinLing, al acoso de Jin Chan sobre su primo y a la festividad del primer año del pequeño maestro Lan, A-Yu. El aislamiento cumplía su objetivo, tal cual lo habían predicho la sabiduría de quienes lo ordenaron: Ambos imperturbables pudieron sopesar que era lo más importante para cada uno, cuanto significado tenían sus padres, el nombre de su secta y de sus maestros, así como la amistad que los unía y cuanto podían hacer para luchar por ser correspondidos por JinLing, si valía más la amistad que alguna vez tuvieron los tres o arriesgarla. Y la gran pregunta ¿qué valía más su amistad o ser correspondidos por JinLing?

Mientras ambos cumplían su rutina diaria pacíficamente, en la secta Lan había mucho movimiento por el advenimiento de tal festividad. Desde la oficina del líder salieron las invitaciones para los distinguidos invitados, los líderes de las sectas más grandes y de las más pequeñas. Ciertamente fue toda una sorpresa recibir aquella invitación, a todos despertó curiosidad que la secta Lan organizase una festividad de cumpleaños.

Como un objeto del cielo, una hermosa invitación llegó toda de blanco con un lazo celeste y las nubes dibujadas. Era la invitación para el primer año de Lan Yu, el hijo de Wanji y Wei Ying. JinLing sintió su corazón acelerarse. Por fin tenía una excusa perfecta para ir a ver su tío, saber de sus amigos y por supuesto ver a su primito. Era dentro de poco menos de dos meses, por lo cual le quedaba corto el tiempo para preparar el regalo perfecto y su ropa festiva. Quería deslumbrar en aquel evento donde seguramente muchos cultivadores serían invitados. Especialmente, deseaba que todos vieran que había dejado de ser un niño y que podía dirigir a su propia secta sin problema. Era un buen momento, también, para demostrar a los miembros de su secta que podía dirigirlos y que tenía una buena relación con las otras sectas, siendo que tenía tíos en las tres principales.

Escribió un mensaje a su tío para confirmar si estaría presente. Pronto la respuesta le fue devuelta: Jiang Cheng le afirmó que asistiría a la secta Lan para el cumpleaños de Lan Yu. Aquello le agradó, debía significar que sus tíos se habían reconciliado. Los necesitaba a ambos y estaba seguro que ninguno dudaría en ayudarlo. Era reconfortante saber que los tenía de su lado.

Jóvenes maestros de cultivo (Hiatus Indefinido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora