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Narra Mica:

—Hola— dijo Valentín mientras me miraba de arriba a abajo. Instantáneamente me baje la falda de la parte de atrás y el lo notó. Mi uniforme podía ser aburrido o no quedarme bien pero si hay algo que no era mi uniforme era disimulado.

 Solo sacudí mi mano en un vago intento de decir "hola" acompañada de mi terrible cara de culo. No me caía mal Valentín pero me incomodaba cómo me miraba... osea, podés ser un poquito más disimulado ¿no?

—A mi no me vas a saludar supongo— dijo Mati revoleando los ojos cuando notó que me quedé tildada viendo a Valentín y en parte sabía porque lo dijo en ese tono. Amaba cuando se ponía celoso.

 Sonreí.

 Fui y como de costumbre, me tiré encima de él abrazándolo, llenandole de besos la cara y dejándome ver esa sonrisa hermosa que tiene. Obviamente, Valentín nos miraba confundido. Nuestra relación no era una relación "típica" de mejores amigos.

—Salí boluda... ¡Dije "saludar", no gastarme la cara!— habló Mati.— ¿Cómo querés que chamuye después si vivís encima mio?— bromeó.

—Callate ¿Qué chamuyos vas a tener vos? A mi no me pediste permiso de nada.

—No te das una idea— dijo haciendo un gesto con la mano y resoplando. Encima se hace el canchero el pelotudo.

 ¿Que se hace el que tiene muchos chamuyos el pibe hermoso de mierda?

—Ojito con quién te metes vos... Ya sabes que sos mío nada mas— agarré su cara con mi mano haciendo que haga una trompita con los labios.—¿Me escuchaste?

  Asentó poniendo los ojos en blanco.

—Para que necesito tóxicas si estás vos— dijo abrazándome más fuerte.

 Cuándo me paré, me bajé la falda que se me había subido al tirarme arriba de Mati. Fui hasta la cocina para buscar algo de comer y me quedé en la cocina. Era incómodo estar en la misma habitación con Valentín. Después de un rato sola mirando las paredes fue inevitable no escuchar a los chicos hablar:

—Uh boludo, no sé que decirte. Si fuera por mí ya la mando a la mierda, re secamente la chabona.— dijo Mati.

—Si, no sé, que sé yo. Estoy viendo que carajo hago, me tiene cansado pero fue la única persona que me apoyo con todo lo que me pasó, así que no sé.— dijo Valentín en un tono triste.

 Era la primera vez que escuchaba ese tono pero algo en su voz hizo que se me revolviera el estómago de una forma no tan linda.

—Si las cosas fueran así, tendrías que casarte conmigo por todas las pelotudeces que te aguanto— dijo riéndose Mati y escuche a Valentín quejarse... creo que lo empujo.— Valen escuchame, no le debes nada a ella ¿te apoyó? piola, le aplaudo boludo, pero no estés con alguien que no querés porque la vas a pasar mal.— cada vez que Matías hablaba enserio se notaba en su tono de voz.

 Reconocí su tono. Era el que usaba cuando yo normalmente lloraba por un pelotudo que no me dió bola o un ex que me dejó y yo jure que "era el amor de mi vida". Era el tipo de tono que Mati ponía cuando me daba un consejo serio sin boludeces ni rodeos.

 Pero la que se sentía mal era yo que estaba como chismosa atrás de la puerta escuchandolo todo. Me hacía recordar cuando en la primaria me quedaba atrás de la puerta del curso a escuchar que mierda le decía la profesora a mi mamá cuando le pedía que se quedará después de la reunión de padres. Traté de volver a escuchar a ver qué decía o contestaba Valen, ni sabía porque me importaba pero era más entretenido que mirar las paredes, definitivamente. 

«Tu mirada» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora