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Narra Mica:

Ya pasaron 2 meses de desde que me internaron y 1 mes acostada en esa camilla pedorra sin hacer nada desde que desperté.

Me seguían visitando los chicos para distraerme, obvio, pero me hartaba estar acá internada. Un embole de la puta madre. Además me hacían tomar un remedio diariamente que tenía sabor a caca con caramelo.Era asqueroso.

Como si el caramelo le sacará el sabor a mierda.

Ya estaba cansada, no...cansada no, cansadísima: de las revisiones día por medio, de los inyectables, de la taradita de Agustina que seguía mirándolo a Valentin, de quedarme en la camilla desde hace dos meses como una morsa y no hacer nada, de comer comidas sin sal... Necesitaba un buen guiso loco! Y sobre todas las cosas de las provocaciones de Valentin que me tenían subiendo y bajando como en una calesita. Se que lo disfruta, verme así. Pero se las voy a devolver toditas al pendejo rico hermoso ese.

—Vas a sentir un pequeño pinchazo— me advirtió el médico antes de inyectarme el...¿Qué carajo me está inyectando?

—Es un anestesico— aclaró como si leyera mi mente.

Hoy me sacaban los puntos del torso. Una buena noticia al fin viejoooo!

—¿Duele?—pregunto Valentín mirando atentamente.

—No mucho— dijo el médico negando con la cabeza.

Tranca capo. Contesta vos si total la aguja de medio metro me la estás clavando a mi igual.

—Un poquito— desmenti mirando a Valentín que se rió al ver mi cara.

Después de unos minutos el médico me habló.

—¿Sentís eso?— preguntó.

—¿El que?— dije ¿De qué estaba hablando?

—¿Y esto?— dijo otra vez.

Negué. No sentía nada.

—Ya hizo efecto— le dijo a Julia, la enfermera que me estubo atendiendo últimamente. Era muy amable, me caía re piola.

Julia le pasó unas tijeras al médico y segundos después de escuchar el ruido de la tijera cortar algo, supongo que el hilo, sentí un dolorcito pequeño junto con un cosquilleo cuando retiro el hilo.

Hice una mueca de dolor.

—¿Estás bien?— preguntó Valentín.

Asenté con la cabeza.

—Ya está— dijo el doctor dándole el hilito a Julia para que se lo llevará dejándonos solos. Un hilito no tan chiquito porque lo saco y media como medio metro.

—Bueno, hablemos.— dijo el doc acercándoles una silla a Valentín y a mí mamá para que se sentarán junto a mi.— A partir de mañana empieza la tarea difícil.

—¿La fisioterapia?— preguntó Valentin mientras me agarraba la mano.

¿Todavía se acordaba de las fechas? Yo ni me acuerdo que me dieron de comer ayer, pero de seguro algo sin sal.

—Si— remarcó el médico.— dormí bien porque mañana va a empezar el verdadero trabajo— dijo mirandome a mi.

Yo solo sonreí, no me importaba si tenía que hacer mucho esfuerzo quería salir de esta camilla pero YA!

Nos hablo de una rutina de ejercicio que iba a ser diariamente. También hablo con mi mamá de los gastos de mis medicamentos que necesitaba tomar durante la fisioterapia. Nunca ví a mi mamá tan seria ¿Qué le pasa?

«Tu mirada» •Wos•Where stories live. Discover now