Capítulo 17

569 68 9
                                    

       || Capítulos finales ||

—¿Y ahora qué harás? —Apreto los labios.
—¿La verdad? No tengo la más mínima idea. —Me hago más pequeña para apoyarme en el pecho de mi madre y ella acaricia mi espalda.
Pero nuestro momento es interrumpido por el timbre.
—Ya voy yo. —Anuncio y me pongo en marcha.
Abro la puerta esperando que se trate de mi padre.

Pero mi sorpresa es mucho mayor.

—¿Valerie? —La rubia sujeta con fuerza su bolso y da un paso hacia mi.
—No estoy aquí porque me caigas bien, ni siquiera porque me des igual. Estoy aquí por Barry, me gustaría dejarlo claro desde el principio. —Ruedo los ojos y me cruzo de brazos, alzando la cabeza en un intento de parecer segura.

—Al punto, Valerie. —Le exijo.
Ella humedece sus labios antes de hablar.
—Intenté salir con él varias veces, tuvimos algunas citas.
Pero no funcionó. Él se sentía fatal por seguir pensando en una mujer que le dejó años atrás y con una maldita nota pegada en el espejo del baño. 

«Pero lo peor no es que te fueras.
Es que ahora tienes la desfachatez de regresar y montarme una patética escena de celos.
Me gustaría que Barry te pegara una patada en el trasero y te mandara de vuelta a Nueva York.
Pero para mi mala suerte, él sigue estando igual de enamorado de ti.»

Mi cerebro desconecta entonces del resto de mi cuerpo y dejo de pensar con claridad.
Sigue hablando pero todo lo que yo puedo oír es un murmullo que se hace más y más lejano.
Me esfuerzo por regresar a mi misma, por escuchar lo que tiene para decir.

—¿Me harías un favor, Caitlin?
¿Harías algo por mi? —Asiento.
O creo que lo hago.
—...Te vió partir una vez.
No dejes que vuelva a hacerlo.
—Y con esas palabras se retira de mi puerta y probablemente, también de mi vida.

Cierro despacio, casi a cámara lenta.
Como si mi cerebro estuviera tan ocupado analizando que fuera incapaz de realizar otras acciones.
—¿Hija? ¿Has oído lo que ha dicho esa mujer? —Por supuesto, mi madre si lo ha hecho.
Como era de esperar, estaba escuchándolo todo.

—Yo creo que dice la verdad ¿Para qué te mentiría? Pero ahora eso no es lo importante si no saber qué vas a hacer.
¡George también está aquí!
Estás metida en un buen lío. —Ella habla y habla pero yo no le respondo. No puedo hacerlo.

—¿Caitlin? Aterriza hija mía.
¡No es momento de estar en las nubes! Te necesito en tierra firme. ¿Caitlin? ¡Caitlin!

¿Así que Barry aún me quiere?
¿Y entonces por qué firmó los papeles? ¿Por qué está dejando que me vaya otra vez?
¿Acaso ya no quiere estar conmigo aunque me quiera?
¿Cuál es el sentido de todo eso?

Y las cosas no hacen más que empeorar cuando mi teléfono vibra en mi bolso.

“He tenido una gran idea que creo que te gustará. Llámame en cuanto leas esto o responde a mis llamadas.
George”

Y seguidamente, su imagen ilumina la pantalla del aparato.
Es entonces cuando soy consciente de lo que necesito.
Así que decido tomar las riendas de mi propia vida y presiono la tecla que rechaza la llamada.

Me agacho para quitarme los zapatos y sin decir una sola palabra, salgo de mi casa.
Mis pasos son largos, estoy a punto de echar a correr.
Mi respiración se entrecorta y me arden los pulmones.
El camino parece hacerse más eterno de lo que alguna vez ha sido.
Y este pueblo nunca me pareció tan inmenso.

Visualizo mi otra casa y sin mirar, saco las llaves del bolso.
Intento introducirlas en la cerradura pero los nervios me fallan y las llaves se me resbalan.
Las recojo del suelo y lo intento otra vez.
Del otro lado, la puerta se abre a pesar de que aún las tengo en la mano.

Barry me mira con el ceño fruncido y una expresión confusa.
Entonces abre la boca para decir algo pero yo soy más rápida.
Mucho más.

Mis manos se cierran sobre su nuca al tiempo que doy un paso al frente. Le beso.
Y es cuando nuestros labios vuelven a juntarse tras años que lo sé.
Más que mi mente, todo mi cuerpo me lo dice.
Mis piernas temblando, mi corazón volcándose, mis manos sudando y mi cabeza dando vueltas.
Igual que estar en un túnel y por fin ver la luz, la verdad se abre paso a través mi.
Me ilumina, lo sé.

Que le quiero a él.
Y a nadie más que a él.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH

¿Y BIEN? ¿Y DÓNDE ESTÁ MI GENTEEE EEEH? ¿VIVOS TODOS? 💃💃💃💃💃

Sweet Home. Snowbarry Where stories live. Discover now