Capitulo 26

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La fiesta.

Raymond Reddington sin lugar a dudas estaba feliz de que fuera Percy Jackson el esposo de su hija, él había sido el primero en saber las intenciones de Percy, cuando este compro el anillo, Raymond Reddington estuvo ahí para decirle que es lo que l...

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Raymond Reddington sin lugar a dudas estaba feliz de que fuera Percy Jackson el esposo de su hija, él había sido el primero en saber las intenciones de Percy, cuando este compro el anillo, Raymond Reddington estuvo ahí para decirle que es lo que le gustaría a su hija.

Pero el criminal que encabezaba la Lista negra, no dejaba de sorprenderse por Percy, ¿El discurso? No estaba en los planes. En ninguno.

Pero Percy le había dado a su hija las palabras mas emotivas; que él estaba seguro; ella recordaría con amor.

-Ella creció Red...-escucho la voz de Dembe a su lado, y el hombre lo miro.

-Lo sé Dembe, y estoy feliz, pero, mi parte paternal sigue viendo a una dulce niña de 6 años corriendo por la casa mientras me llama papá feliz de que yo estuviera ahí...-dijo el mayor con un pequeño suspiro. -Es difícil verla crecer, pero es gratificante saber que es de lado de alguien como Percy Jackson - dijo el hombre. Dembe sonrió mientras miraba a Raymond Reddington.

- Al menos es mucho mejor que con el que Elizabeth se casó...

-No me lo recuerdes - dijo Red con fastidio.

Ambos estaban en el lugar donde estaba toda la fiesta. Los novios apenas venían entrando. Y su pequeña hija se veía hermosa.

Era tremendamente parecida a su madre.

[***]

-¿Sabes algo Señora Jackson? - pregunto Percy, mirando a su ahora esposa con una sonrisa.

-¿Qué pasa Señor Jackson? - pregunto la chica algo burlona, mientras tomaban asiento en su mesa.

-Te queda espectacular mi apellido...-le dijo Percy con una sonrisita burlona.

-Lo se...-sonrió ella con sorna - a mí, todo me queda bien Jackson - sentencio la chica, a su derecha estaba la mesa donde estaban Nico Di Angelo, Will Solace, Hazel Levesque, Dalilah, Raymond Reddington, Dembe y Port.

- Y yo puedo afirmar eso, pero, ya sabes que yo siempre soy un chico sincero. Y por ello puedo decir que lo que mejor te queda es no tener nada puesto, estar justo debajo o encima de mí, jadeante y sudada... gimiendo, exactamente eso es lo que mejor te queda...- dijo el chico en un susurro.

[***]

Los recién casados bailaban lentamente en el centro de la pista, las sonrisas deslumbrantes hacían a los invitados hacer notar cuánto se amaban, todos los observaban y aunque había ruido, ambos estaban en una burbuja rosa de amor.

Como si ninguno de ellos fuera un asesino buscado...

- Esto es mucho más hermoso de lo que...- se vio interrumpida.

Un fuerte estruendo cruzo el lugar acompañado de un chillido. Y después, se pudo apreciar con terror como es que uno de los invitados caía con una mancha roja expandiéndose en su ropa.

- ¡Dembe! - sentencio Raymond Reddington y el hombre junto con Port se pusieron de pie.

La mayoría saco su arma, Little Red, miro a su prometido.

- La acción a comenzado amor mío...- dijo con burla.

- Que empiece, yo estoy listo...- dijo el con una sonrisa de suficiencia.

Después de eso. Muchos disparos, gritos, y muertos. Pero, como a Percy le había aparecido desde que había entrado a la mafia la muerte parecía estar del lado de ellos.

Escuchó un chillido y pudo ver demasiado cercano a el, como su pelirroja amiga tenía un raspón de bala en el hombro, también pudo observar como sus ojos se llenaban de ira, y como se transformó, esa misma pelirroja que hasta hace unos minutos había sido una dulce chica con Hazel, se volvía una gran asesina.

- ¡Debemos irnos Little Red! - espetó Nico Di Angelo, mientras volvía a cargar su arma y comenzaba a disparar de nueva cuenta.

- Pues vámonos. - siseo y pronto se vieron matando a todo aquel "bueno" que se interpusiera entre ellos y la salida.

Cuando salieron, el grupo sonrío, Dalikah, Hazel y Will caminaron a una camioneta, subieron a esta y seguramente Will comenzó a curar aquella herida.

- Bien, aquí nos separamos...aunque sería mucho mejor que se quedarán para poder cuidarlos, se que podrán con ello. - dijo Nico y sonrío - Disfruten de Italia, Holanda y Noruega - dijo el chico y abrazo a Little Red. - Nosotros iremos al campamento mestizo, cualquier cosa, saben a dónde volar para llegar a un lugar seguro.

- Claro, cualquier cosa que pase con Dalilah, no dudes en llamarnos, y cuando ella mejore también habla - dijo la hija de Raymond Reddington.

- Adiós Nico, se un grano en el culo en el campamento por favor - dijo divertido.

- Lo seré Percy, ahora largo. Alguien podría venir.

Los recién esposos se despidieron del chico y caminaron a otra camioneta, al entrar a esta, suspiraron al ver a Port.

- Tu padre está en la otra Little Red, ira a dejar a Dalilah a un lugar seguro y también hablara con Nico, Hazel y Will de si lugar seguro por si algo llegará a pasar...

- Ellos...- Percy se vio interrumpido, mientras Port ponía en marcha la camioneta.

- Es obvio Percy, ustedes son jóvenes y tienen casi el mismo o más poder que muchos de los hombres y mujeres que están aquí, así que era obvio que en algún momento buscarían terminar con ustedes y supongo que les parecía una buena idea que fuera el día de su Boda un momento en el que supuestamente ustedes estarían con una guardia baja... - dijo el hombre mientras conducía con tranquilidad.

La hija del criminal más buscado del mundo sabía que eso era verdad, después de todo, muchas veces había tenido líos por ello. Por ser un exponente muy joven con demasiado poder.

- Entonces regresando tendremos muchas charlas que hacer...- dijo Percy. Su esposa le sonrió asintiendo.

- Exactamente. No dejaremos que crean que somos bobos, tontos o que simplemente tenemos poder por ser yo hija de Raymond Reddington. - siseo la chica. - el pasado varios años intentando obtener el poder que en estos momentos tengo, como para que viejos buenos para nada, que piensan que la mafia Siempre será lo mismo, intenten quitármelo - dijo con algo de rabia.

- Bueno, tienen una luna de miel completa para planearlo. Disfruten...

- Lo haré Port, pronto nos veremos...

- No hagan hijos tan rápido, por favor - dijo el hombre riendo, y ambos salieron también riendo divertidos.

Nota de la autora.

Bueno como pudieron ver mi inspiración en estos momentos no es la mejor y lamento decir que cuando tengo inspiración, no puedo estar escribiendo.

Así que espero que esto no haya quedado tan mal.

Creo que ya tienen una idea de que pasará en los próximos capítulos Sisi...

Debo irme bai

¡Oh! dulce venganzaWhere stories live. Discover now