Capítulo 14

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SiZhui trato de reprimir su emoción rápidamente, pero era inevitable al tener una pequeña esperanza de ver al joven de ojos ambar y coleta castaña como tanto había esperado, la parte racional de su cerebro le decía que se calmara y no fuera tonto, sí se tratará de Jin Ling el campo lógicamente estaria lleno de sus admiradoras que nunca le dejaban sólo, lo más probable es que se tratare del capitán del club o alguno de los superiores de tercer año. Sin embargo, una vocecilla insistente en su cabeza le gritaba, <¡¡es él, tiene que ser él!!>, la misma le anima a ir lo más pronto posible a verificarlo, pero al mismo tiempo su racionalidad trataba de hacerlo detenerse y calmarse un poco, así que naturalmente se había quedado en el lugar sin avanzar en lo más mínimo.

Se encontraba por la parte tracera del salón del club, lo cual tapaba la mayor parte del campo de tiro que estaba ubicado frente a este, por lo que solo podía ver las dianas desde un cierto ángulo, debía acercarse un poco más para ver al tirador, por lo que, juntando toda su fuerza de voluntad, se obligó a sí mismo a normalizar su respiración, contar hasta diez lentamente y, solo entonces se atrevió a dar pequeños y calmados pasos hacia el lugar, entonces lo vio, realmente lo vio, su silueta era inconfundible, no había lugar a dudas, ¡¡se trataba de Jin Ling!!.

El menor parecía tan concentrado que probablemente no se había percatado de su precencia, simplemente se limitaba a tirar perfectamente cada flecha al centro de la diana, SiZhui sólo pudo maravillarse una vez más ante la técnica del castaño, lo observó en silencio por lo que se le antojo una eternidad, pero afortunadamente su cerebro pudo razonar de nuevo y se dio cuenta que era su oportunidad de hablar con el menor de una vez por todas, no había nadie más al rededor ahora mismo, no había tenido una oportunidad tan perfecta nunca y, honestamente dudaba tener otra igual en el futuro, finalmente podría disculparse con él, podrían mejorar su relación y ser buenos amigos, podría conocerle mejor e incluso podría hablarle más a su madre de él.

Ese pensamiento le hizo recordar un pequeño detalle que, si bien no había olvidado, no había podido ocuparse del el, había asegurado a su madre que conseguirá una foto de Jin Ling para él, pero todo este tiempo no había tenido la confianza de pedirle al menor una foto pues sería un poco extraño, tampoco había tenido suficiente valor como para buscar tomar una fotografía en secreto del él, el riego de ser descubierto era muy grande, pues siempre estaban rodeados de muchas personas cuando se veían, la idea de ser encontrado infragianti era verdaderamente mortificante así que había sido descartada.

Pero ahora tenía una perfecta oportunidad para tomar una fotografía del joven de ojos amabar para darla a su madre, así que después de un breve debate mental sobre lo incorrecto de tomar fotografías de otros sin su consentimiento, accedió al impulso y sacó la cámara de su teléfono móvil dispuesto a tomar una fotografía, sin embargo el ángulo no era muy bueno para ver el rostro del menor, la cerca de protección al rededor del campo también dificultaba las cosas un poco.

Aunque esto no le impidió tomar un par de fotografías por si acaso, pensaba que probablemente sería mejor si estuviere más cerca de él, así que, sin poder creer lo que estaba apuntó de hacer, decidió que realmente iría más cerca y tomaria una fotografía del menor, alistó el modo de fotografiado múltiple y se dirigió a entrar a la parte del salón del club de arqueria con el móvil estrategicamente colocado y osito para fotografiar.

Al entrar pudo ver perfectamente al joven que seguía lanzando flechas con gran concentración, ajeno al resto del mundo, SiZhui respiró profundamente y se alistó una vez más, entonces tocó ligeramente la puerta para llamar la atención del menor, quien frunció levemente el ceño ante la interrupción pero no se volvió a ver quien lo llamaba, estaba a punto de tirar su ultima flecha.

"Siento las molestias joven maestro Jin, pero me temo que es hora de cerrar el colegio". El joven de coleta castaña finalmente había tirado su última flecha y finalmente se volvió para verle directamente a los ojos con una mirada que mostraban ligeramente su molestia, una vez más SiZhui sintió ese estremecimiento interno, las punzadas que recorrían cada parte de su cuerpo, las cuales dejaban una cierta sensación de picazón en la punta de sus dedos, su respiración definitivamente se había vuelto errática, y todo gracias a los ojos ámbar del joven frente a él, quien por supuesto, una vez más, ajeno a las sensaciones provocadas en el mayor, rompió como si nada el contacto mientra se volvía con la intención de recuperar sus flechas en la dianas.

De errores y cosas no dichasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora