Perdón, raza. Xdxd no puedo estar sin que se me ocurra otra historia, y pues, aquí estamos. Espero que les guste, porque o si no, no la sigo >:c
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- ¿Qué tal la caza?.– Le preguntó la más alta.
- Han habido mejores.– Respondió mientras jugaba a dibujar con una vara, en la tierra.
Ruby solo se quedó en silencio, mientras miraba la fogata frente a ellas.
Tal vez ya era hora de decirle la verdad a su novia.
- Pampriya, yo...– No podía decirlo. No con esa mirada tan directa, desde esos hechizantes ojos marrones.– No, no es nada...– Volvió la mirada al fuego.
- Ruby, creo que debemos terminar.– Pampriya fue rápida, clara.
- ¿Qué?.– Y los ojos de Ruby se cristalizaron.
- ¿No es eso lo que quieres?. Te he notado muy distante desde hace muchos días, y hasta semanas.– No porque fuera fría al decirlo, significa que no le doliera, porque lo hacía, y mucho.
- No es eso...Yo...Yo voy a morir.– No pudo evitar que su voz se rompiera ante esas palabras.
- ¿Morir?...– Pampriya no lo podía creer.
- El sanador de la tribu lo ha dicho. Estoy maldita, Pampriya. No quiero hacerte daño cuando muera...
- Me harás daño aún si no estuvieras conmigo. Yo no quiero que mueras...– La miró entristecida.
- Hey, Pampriya...¿Crees en la reencarnación?.– Miró a las estrellas de esa triste noche.
- Pues...No, la verdad no. Recuerda que nos sacrificarían si no creemos en los dioses.
- Bueno, yo siempre he creído en la reencarnación, y creo que si ahora voy a morir, en mi otra vida te seguiré amando.– Le sonrió.– ¿Y tú, Pampriya?.
- Yo te amaría en todas mis vidas.– Lo dijo sin pensarlo.– Si existiera la reencarnación, por supuesto.
- Con eso me quedo tranquila.– Le besó la mano.
- ¿Y si te olvidas de mí?.
- Tú harás que te recuerde. Así como yo lo haré si tú te olvidas de mí.– Le sonrió, acariciando sus mejillas, y secando algunas lágrimas.
- ¿Cómo sabré si eres tú?.
- Simplemente lo sentirás aquí.– Tocó su pecho.– Tu corazón latirá tan fuerte como lo hace ahora, y ahí sabrás que soy yo.
Y la besó, sintiendo como todas sus cargas se iban.
Al día siguiente, Ruby amaneció muerta en su casa.
La gente de la tribu esparcía rumores de que era una bruja, o que era una asquerosa chica, a quien le gustaban las chicas.
En aquel tiempo estaba completamente prohibido, y si supieran que era Pampriya quien fue su pareja, la quemarían.
Claro que no pudo ocultarlo por mucho tiempo. Todos se daban cuenta de lo mucho que había cambiado Pampriya después de la muerte de Ruby, y sacaron sus propias conclusiones, tomando la decisión de quemarla por ser una vil pecadora.
Aquello hasta llegó a alegrar en cierto modo a Pampriya. Sus últimas palabras fueron: "Te veo en mi otra vida, mi amor".
