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Lalisa Manoban, dieciocho años recién cumplidos. Una chica alegre, y de buen corazón.

Por alguna razón aún no daba su primer beso, y es que nadie era capaz de llamar su atención.

Decidió que ese día lo disfrutaría, ya que siempre pasaba sola en casa. Sus padres viajaban cada vez que podían, y aquello le alegraba en realidad, ya que los veía realmente felices juntos.

Por su parte, se dedicaba a relajarse los fines de semana, como aquel día en que se encontraba.

Desde que tiene uso de memoria es que siempre sueña con una chica que siquiera conoce. No sabe quién es, ni como se llama, pero sí que le tiene mucha estima.

Ella no se considera atraída por ningún sexo en específico, ya que hasta el momento, jamás a tenido un acercamiento lo bastante fuerte con ninguno.

Es tolerante con las orientaciones sexuales de las demás personas, y sus padres también.

Saca buenas notas, pero su vida es bastante monótona.

Según ella misma, se siente tranquila de esa manera. Pero aunque no quiera aceptarlo, le llega a aburrir tanta rutina.

El día pasó bastante rápido, y se estaba divirtiendo en el patio de su casa.

Una casa bastante grande, pero no le gusta presumir.

En un descuido tuvo un accidente mientras subía un árbol.

Aquel solo era un reto de su amiga, Roseanne Park.

Nadie esperaba a que terminase cayendo de cabeza abajo.

La ambulancia no tardó en llegar, ya que la chica no despertaba.

Tan solo Rosé estaba con ella cuando al fin despertó en el hospital.

Su cabeza dolía, pero no tanto, gracias a los medicamentos.

Ese sueño lo tuvo nuevamente, antes de despertar, claro. Pero ésta vez fue diferente...

- ¿Estás bien?.– Preguntó la rubia, al verla abrir sus ojos.– He estado preocupada, cuando ví que no respondías a mis llamados cuando caíste. Por un momento pensé que te había matado, y menos mal que no fue así. ¿Qué hubiese hecho?. No puedo ir a la cárcel tan joven. Soy demasiado hermosa para eso, y puede que me viol--¿Me estás escuchando?.

La castaña no respondía, y tan solo mantenía sus ojos muy abiertos, y lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.

- Ruby...– Dijo, mirando a la nada. No podía creerlo, ¿Cómo había pasado eso?.

Se tocó el rostro, y miró sus manos. Ella era tan diferente...

- ¿Ruby?. ¿De qué hablas, Lisa?.– Ahora sí había preocupado a la rubia.– No conozco a ninguna "Ruby", y estoy bastante segura de que tú tampoco. ¿O sí?.– La miró alzando una ceja.– Tal vez el golpe en la cabeza te dejó más idiota de lo que ya eres. ¿Debería ir a llamar a una enfermera?.

- Ruby es mi novia. Yo...recordé todo.– Dijo, mientras sentía que todo daba vueltas.

Reencarnada.- JenlisaWhere stories live. Discover now