11

239 35 16
                                    

Capítulo 11:

Si no fuera por la asociación, no se habría movido de su casa en todo el mes. A penas habían pasado cuatro días desde que Inuyasha le disparó y sus fiebres desaparecieron por completo dos días antes. En casa, Phillips le insistió en que no saliera durante unas semanas pero si se quedaba allí adentro iba a volverse loca de remate. No soportaba estar enferma, confinada en una cama. Se sentía atrapada, indefensa y sobre todo débil. Ella no era débil. Si un hombre podía levantarse antes de que transcurriera una semana de haber recibido un disparo, ella también.

No estaba especialmente animada para continuar con las actividades de la asociación desde que escuchó la opinión de Sesshomaru y se percató de que tenía razón. Ahora bien, había discutido ese asunto con Sesshomaru en su visita de esa mañana y habían llegado al acuerdo de que no podían abandonar a esas mujeres así como así. La asociación era un sitio en el que aprendían, comprendían y se ayudaban las unas a las otras, era un nexo de unión entre todas ellas y si la cerraba así como así, sólo conseguiría desanimarlas y quitarles todo ápice de esperanza que hubieran guardado en su corazón. Por lo tanto, decidieron continuar con la asociación, pero empezar a radicalizar sus acciones. Hasta el momento habían permanecido pasivas, aprendiendo las unas de las otras; ahora había llegado el momento de luchar en serio.

Los hombres se servían de ellas para su propio placer, pues ellas se ocuparían de enseñarles que no siempre podían disponer de su cuerpo como medio de diversión. Cada mujer conocía a su marido y cada prostituta a su cliente. Todas sabían cómo bajarles el "ánimo" sin tener que negárselo directamente. Unas hablaban de alegar dolores durante el acto. Otras hablaban de parlotear sobre lo que habían hecho a lo largo del día sin darle tiempo a respirar al marido. Otras preferían calentarlos y después dejarlos de lado. No le gustaba eso de la guerra de "sexo", pero podría ser eficiente teniendo en cuenta dónde se concentraba la sangre de los hombres en determinados momentos.

No estaba en absoluto enfadada con Inuyasha por haberle disparado. Él creía que ella era otra persona y estaba segura de que si hubiera sabido que era ella, se arrancaría un brazo antes de dispararle. Tal vez algo entre los dos se hubiera roto, pero nunca pondría en duda el honor de Inuyasha Taisho. Aunque una relación entre ellos no fuera posible debido a sus muchas diferencias y divergencias respecto a la división de sexos, él nunca le haría daño o por lo menos no intencionadamente. Involuntariamente, ambos le habían roto el corazón al otro en multitud de ocasiones. A ella le rompió el corazón cuando a los diez años le regaló una rosa a Kikio Tama en lugar de a ella. La siguiente ocasión y mucho más seria fue cuando se marchó. La última, durante el debate dos semanas antes.

Decidió volver a casa caminando. Phillips había insistido en que volviera en el carruaje y agradecía su preocupación, pero le apetecía estirar las piernas después de esos cuatro días en cama. Primero en la casa de los Williams y luego en la suya propia. Sesshomaru y Rin habían sabido llevar muy bien la situación y ambos le habían jurado guardar el secreto hasta la tumba. Sabía que podía confiar en ellos, pero cuanta más gente supiera lo suyo peor resultaría guardarlo. Si algún día se descubría quién era ella, poco a poco irían saliendo a la luz todos los "cómplices" y tendrían que pagar por sus crímenes. Ojala eso nunca sucediera.

Levantó la vista del camino de tierra rodeado de hermosos jardines de girasoles y se encontró con el mismísimo Inuyasha Taisho montado sobre su orgulloso semental árabe. El único caballo que podría haberla alcanzado. Ella empezó a juguetear nerviosamente con un girasol que había arrancado para darle algo de color a su dormitorio. Todavía no sabía cómo hablar con Inuyasha, no después de lo sucedido.

- Buenos días, Kagome.

Él todavía la tuteaba, a pesar de todo. Ojala para ella fuera tan fácil perdonar.

ɛʟ ƈǟɮǟʟʟɛʀօ ɖɛʟ ƈʀɛքúֆƈʊʟօ |•INUYASHA•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora