ONCE

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Nos sentamos junto al lago resplandeciente a media tarde, la luz del sol bailando, bronceando nuestra piel. Ji Yong estaba estirado en solo un par de boardshorts cielo, su cuerpo semidesnudo brillante con protector solar y sudor.

Había estado quieto por más de una hora, mientras yo trataba verme ocupado con un libro que apenas podía leer, y estaba bastante seguro de que debajo de sus gafas de sol negras, sus ojos estaban cerrados y dormía. Yo había untado abundantemente en su cuerpo protector solar antes, así que estaba menos preocupado por una quemadura solar, y más deseando que él se despertara y se diera cuenta de que en realidad yo estaba mirando la división entre sus piernas, deseando poder lamer sus muslos y luego lamer más arriba y arrancarle los pantalones cortos con mis dientes y probar su dulce polla omega.

Mi nudo estaba hinchado solo de pensarlo, y me ajusté sutilmente, tratando de mirar hacia atrás en mi libro. Comencé de nuevo al principio del último párrafo, pero descubrí que apenas recordaba sobre lo que estaba leyendo.

No diría que me estaba volviendo loco, pero bueno, tal vez lo estaba. Solo un poco. Bastante.

No podía sacarlo de mi cabeza, sacarlo a él de mi cabeza. Todo en mí gritaba que llevara a Ji Yong a la cama. Reclamarlo. Enlazarlo. Una y otra vez, hasta que lo llenara y lo follara lo suficiente para satisfacer el picor.

Una vez no había sido suficiente. Pensé que podría serlo, pero no podía alejarme de eso. No me gustaba cómo me hacía sentir: dependiente, vulnerable, todas las cosas que intentaba evitar sobre los omegas. Pero amé cómo se sentía estar con Ji Yong... tal vez demasiado.

Estaba sobre mi cabeza. Tuve que dejar el hábito de pensar tanto en él, o íbamos a terminar en un acuerdo a más largo plazo del que originalmente había planeado.

A decir verdad, nada sobre este fin de semana iba como estaba planeado, y no se mezclaba bien con mis problemas de control.

Estaba luchando, maldita sea. Estaba luchando tan duro como pude. Sin embargo, sentarme cerca de él mientras tomaba el sol no era luchar lo suficientemente fuerte. Tenía que poner un poco de distancia entre nosotros. Dejé mi libro y me levanté, empujando suavemente a Ji Yong.

- No estoy dormido. – Murmuró, con una sonrisa divertida en sus suaves labios rosados. Labios suaves, besables.

No. Esto tenía que parar. Esto ni siquiera se suponía que fuera sobre el sexo. Los labios de Ji Yong eran solo labios, después de todo. Era solo que era un omega; por eso mi cuerpo estaba haciendo esto, por qué mi mente no podía alejarse de él.

Así que yo tendría que hacerlo.

- Oh Dios. Bien. Voy a hacer las rondas con mi familia; ¿Estás bien aquí? Hay más cerveza en la nevera.

Ji Yong me dio una sonrisa de dientes blancos, y apenas pude distinguir sus ojos detrás de sus gafas de sol, así que solo traté de no mirarlos. Levantó su pulgar, tranquilizándome. – Estoy genial.

Entonces, me fui. Fui a donde estaba sentado mi padre, con  Tae-Hyun y su padre, y tomé una silla.

- SeungHyun. Muy bien de tu parte el unírtenos.

Mi padre me miró con suspicacia, recordándome en silencio que no jodiera esto, por el futuro de la familia. Era tan fácil para él hacerme sentir como una mierda. Incluso cuando podría haber estado haciendo exactamente lo que él quería, él era duro conmigo, tan listo para decepcionarme.

- Hey. Es un día hermoso. – Dije cortésmente, tratando de apartar mi mente de Ji Yong.

Tae-hyun se animó. – Este lago es increíble. ¿Quieres una bebida, SeungHyun? Bebes vino, ¿cierto?

『임대 오메가 』 » OmegaverseWhere stories live. Discover now