Cincuenta 5

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Termina el partidazo de Lanús y cambio de canal con una sonrisa enorme porque Gato había vuelto a entrar a la cancha.

Habían ganado 4-2, entraron Toto y Gato, Pedro no pero la felicidad estaba igual.

—Bueno, se deja la pollera y sale a la cancha el putishort —Sofi me tira una prenda de ella y yo la miro confundida—. Dale loca, sábado a la noche.

—¿Sabalabel?—Tizon levanta la oreja para escuchar nuestra conversación desde la mesa del comedor.

—Off —Santi Cocimano se levanta del sillón de al lado mío—. Yo ya estoy, eh.—Da una vueltita para mostrar su outfit y los demás se ríen.

Me quedan mirando y yo suspiro, rezandole a cualquier ser de luz para que no me mandé ninguna cagada con mil litros de alcohol encima.

Apenas digo "bueno, dale", gritan todos y empiezan a avisarles a todos a dónde salíamos. Porque nunca salir de a grupitos chiquitos.

Después de bailar con mis amigas, Juli se lleva a Vero y veo la oportunidad para irme a sentar. Anto me sigue para, obviamente, tomar algo y volver.

Me siento y agarró el celular. La estaba pasando bien, estaba feliz por los efectos del alcohol pero me faltaba ese quilombito. Me faltaba Pedro.

Le había hablado a Gato pero seguramente estaba dormido así que entro a Instagram y veo que Lucas Vera, jugador de Lanús, estaba haciendo un vivo. A los segundos, en mi pantalla aparece Pedro en boxer gritando en el hotel... Y ya eran casi las tres de la mañana.

Me río ante la pantalla y cuando desaparece, salgo del vivo. Que pendejo de mierda.

—¿Así te tiene la pollera?

Levanto la cabeza para ver quién me hablaba y me encuentro con Alles, sonrió incrédula.— ¿Qué haces vos acá?

—A tu disposición.—Hace la señal militar y ahí me doy cuenta lo mal que ya estaba.

—Miralo al jugador de fútbol en el estado que está.—Me termino uno de los vasos de la mesa del vip y me levanto para abrazarlo.

—Me hice unos amigos rugbiers, están ideales para vos.

—No me hagas hacer cagadas, Agustín.

—Uno es igual a mi.—Grita sobre la música, nos reímos y yo le hago montoncito.

—Si, ¿Con cuántos músculos más?

—¡Compaa!—Julián, Luqui y Mateo Coyette vienen para, más o menos, saltar encima de mi amigo.

—Llegaste re tarde, loco.—Se queja Lucas.

—No, me quedé con unos que conocí recién—Les explica él y ellos se ríen—. Falta Pedro acá.

—Si, se fueron a Córdoba por Lanús con Gato y Toto.—Dice Mateo, pasando un brazo por mis hombros.

—Me dijo Pepo.—Contesta Alles y yo abro los ojos sorprendida.

¿Qué era todo esto?

Cambian la canción, un "Uuh" masivo de la gente retumba en las paredes y los tres se fueron de nuevo a la rondita.

—Me parece que me robaste los amigos.

—Na, qué decís.

—Primero mi hermano, ahora Julián y Mateo.—Señalo a los otros dos mientras veo como me vibraba el celular.

—Normal, salí con Pepo y los conocí.

—Acá algo no me estás contando igual.

—Ahhh celosa —Agustín me apega a su pecho y me da un beso en la frente. Miro para abajo para ver la pantalla de mi celular. Gato llamando—. Dale, pollera soltalo.

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