2.

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—Señorita Luthor, ¿cómo se siente?, ¿necesita algo?—Preguntó la heroína, y al notar la confusión en el rostro de Lena se cuestionó si su Super-velocidad le había jugado una mala pasada—Lo siento, creo que he ido muy rápido.

—¿Dónde está Kara?—Insistió Lena mientras hacía un intento por bajar de la camilla—Ella está en peligro, necesito saber dónde está, necesito ponerla a salvo, nece...

—Ella está bien, y usted también lo está, necesito que guarde la calma y vuelva a recostarse en la camilla, está fuera de peligro pero aún debe recuperarse— La empujó con suavidad, pero Lena forcejeó para evitarlo.

—Tú no sabes si ella está bien, ella está sola y puede que en estos momentos esté en peligro, puede que haya sido secuestrada, puede que esté...

    Kara respiró profundo, en un intento de que el oxígeno que ingresaba en sus pulmones le otorgara la valentía que necesitaba para lo que estaba a punto de hacer, sin permitir que el tiempo se le fuera de las manos nuevamente, disparó.

—Lena, mírame, respira profundo y mírame un maldito segundo—Sorpresivamente el corazón de la morena comenzó a normalizarse y su respiración se estabilizó—Esta no era la forma en la que esperaba hacerlo, ni es el momento, pero te aseguro que Kara está bien—Se deshizo del traje en un fugaz movimiento y tomó el par de gafas soltando una avergonzada ricilla al notar que aún estban rotas—Estoy bien, Lena—Se las colocó.

    Describiría aquel momento, como una bomba sentimental, donde el C-4 se hacia llamar incertidumbre, el detonador se describía como el miedo sofocante de perder a la que tal vez un día podría identificar como el amor de su vida, y, finalmente, la magnitud de los daños colaterales de aquel explosivo inestable, dependían en su totalidad de la respuesta de la joven Luthor. Una respuesta que dio la sensación de hacerse esperar un siglo, un milenio, o más bien una eternidad, en el interior de Kara Danvers. La heroína se dio cuenta que la cabeza de Lena había llegado a un veredicto cuando su mirada color esmeralda, que había estado perdida todo ese tiempo se dirigió a los ojos de la rubia, pero, a decir verdad, Kara no fue capaz de sostenerla por más de dos segundo, decidiendo que el suelo era el mejor panorama en aquellas circunstancias.

—Kara, mírame—Demandó Lena.

    La mencionada trató de esconder la fina lámina de agua salada acumulada en su ojos y obligó a su mirada tomar dirección hacia la pelinegra.

    Lena se acercó lentamente, parecía que su rostro debatía entre soltar una sonrisa o mantener el desconcierto debajo del que escondí la rabia, aún así no dejaba de aproximarse,  levantó su mano, y por un momento la mente inocente de Kara fue inundada por la idea de que iba a acariciar su rostro, que iba a sonreír, que la había perdonado. Pero no, le propinó una bofetada que a pesar de haber lastimado más a la empresaria que a ella, logró robarle ese poco coraje que tanto le había costado conseguir. La bomba explotó, arrasó con todo, y durnte un instante, Kara Danvers, sintió que ya no quedaba nada.

—Supergirl—interrumpió Alex liberando a su hermana de aquel trance—Alguien irrumpió en los laboratorios de L-corp, han robado algunos artefactos.

—¿Qué han tomado?, ¿En cuál de los pisos se infiltraron?—Preguntó Lena mientras se levantaba con dificultad de la camilla.

—Entraron en el laboratorio de la planta subterránea, al parecer se han llevado parte del traje de Lex y lo que parece un reloj de arena—Confirmó la directora Danvers mientras le mostraba las grabaciones en una tableta—De igual forma, vamos a necesitar que tu vayas al laboratorio y corrobores lo que falta, para asegurarnos de que no nos exponemos a un peligro mayor al existente.

Kryptonita Negra - SupercorpWhere stories live. Discover now