18.

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    Kara Danvers dubitó entre tomar o no aquella tarjeta de acceso maestro que Alex guardaba en su traje. Miró atrás un segundo, esa misma Alex que acababa de salir de su sexta cirugía, sin esperanzas de volver a caminar, mientras J'onn y los demás pasaban día y noche rastreando a las familias de los agentes para decirles, que sus maridos, padres, e hijos, no volverían a casa. Y para rematar, Lex Luthor seguía suelto, probablemente ideando la forma de recuperar a Lena de los confinamientos de la DEO, mientras las guardias se encontraban bajas.

    Las dudas se esfumaron, tomó aquella tarjeta sin remordimiento, y recorrió los desolados pasillos de la DEO en menos de un segundo, evitando toparse con alguno de los pocos agentes que aún quedaban. Respiró profundo, y se adentró en aquella celda, con el coraje en la garganta.

—No creo que tengas permiso de estar aquí—Comentó Lena con neutralidad, mientras se sentaba en la cama, sin quitarle los ojos de encima a la rubia.

    Kara se detuvo un segundo, extasiada por el aroma de aquella mujer, y embriagaba hasta la última fibra de su ser, realmente la extrañaba en magnitudes imposibles.

—Silencio—Ordenó la heroína.

—¿Disculpa?—Preguntó la pelinegra ofendida, alzando la ceja derecha.

—Cállate, y escúchame bien—La heroína se inclinó quedando a centímetros de su rostro—No sé qué es lo que está pasando contigo, no sé qué es lo que Lex te hizo o con lo que te amenazó—La miró a los ojos con firmeza—Pero mucha gente murió por eso, y nadie más morirá, porque tú—Presionó su pecho, justo encima del corazón—Tú y yo sabemos que no eres una asesina, y no permitirás que nadie más sufra—Se separó y se volteó, porque aquella cercanía amenazaba con  desmoronar el coraje que cargaba—Y me ayudarás a salvar la pierna de Alex, sé que eres capaz de hacerlo.

    Lena se encontraba con una mano en su corazon, justo donde Kara acababa de hacer contacto, observó la espalda de la heroína, experimentando una mixtura confusa de sentimientos, pero ninguno de aquellos torbellinos era miedo, nunca le temería a Kara Danvers.

—Voy a necesitar materiales de L-corp, y un laboratorio.

—Dame una lista de todo lo que necesites—Se volteó hacia ella, rezando a Rao por no dejar escapar esa sonrisa que pujaba salvajemente por salir—Pero no te sacaré de esta celda, traeré los materiales, y trabajarás en mi presencia.

—Me parece justo—Susurró Lena, pues el dolor que le causaba sentir la desconfianza de Kara por primera vez, le había usurpado el habla.

     En menos de cinco minutos, Lena ya tenía un laboratorio montado y a Kara observando cada movimiento que realizaba, acción que afectaba la cordura de la CEO, ya que su corazón quería vociferarle a la mujer de enfrente que la amaba con toda su alma, que extrañaba sentirla, que extrañaba sentir que estaban conectadas.

—Entonces, seguiste trabajando con el suero de la Harun-El—Comentó la heroína con cierto tono acusativo.

—Verás que los Luthor tenemos afinidad por la kryptonita, Lex con la verde, yo en cambio, con la Kryptonita Negra—Aclaró con falsa alegría—De haber dejado este experimento, estaríamos más lejos de salvar la pierna de tu hermana.

—Pudiste haberme dicho que seguías trabajando en ello—Reclamó la heroína.

—Pudiste haberme dicho que eras Supergirl, antes de escucharlo de labios de el bastardo más mentiroso de la tierra—Kara la observó en silencio, estupefacta—Si es verdad que cuando le disparé, me lo dijo todo, Kara.

—Yo...

—No ahora, dejame trabajar—Interrumpió la jóven Luthor con sequedad.

     La heroína bufó pero aceptó las ordenes de Lena, y se dedicó a observar cada uno de sus movimientos en silencio, preguntándose qué parte de aquella mujer era real, y que parte conformaba a la mujer despiadada que sentía placer al generarle dolor. Cuestionandose si la Lena Luthor que decía amarla, era real, si alguna vez había existido. O, en el peor de los casos, se preguntaba si había sido ella la responsable de despertar la crueldad en la mujer que amaba con tanta intensidad.

—Terminé—Anunció Lena despertando a Kara de su siesta, habían pasado varias horas desde que había comenzado a trabajar y a pesar de luchar contra ello, la rubia cedió ante el sueño.

—Bien—Agregó la heroína tratando de desperesarse totalmente—¿Y cómo sé que esto no le hará daño a mi hermana?—Cuestionó tomando el pequeño frasco en sus manos y alternando su mirada entre Lena y este.

—Tendrás que confíar en mí—Propuso la pelinegra.

     Pero la heroína dudó ante aquellas palabras, Lena bufó y le quitó el suero de las manos, tomo una aguja y levantó su camiseta hasta dejar varias cicatrices en evidencia, inyectó un poco de aquella sustancia y en menos de un minuto, las cicatrices habían desaparecido.

—Moriremos las dos si es el caso—Le devolvió el frasco y le entregó una aguja sellada.

    Antes de poder reaccionar, su laboratorio improvisado había desaparecido, en cambio, Kara había dejado el libro favorito de Lena sobre su cama.

—Gracias—Sususrró la rubia mientras salía despacio, sintiendo nuevamente, que todo estaría bien.—Sabía que seguías ahí dentro—La observó por última vez al otro lado del cristal.

Pero Lena no respondió.

Sin perder tiempo, se adentró en la habitación de su hermana, cerciorándose que estuvieran solas.

—Kara—Saludó esta con cierta alegria.

—Tengo un regalo para ti, pero necesito que cierres los ojos—Anunció a su hermana, a un paso de la eufória.

     La pelirroja siguió sus órdenes con una sonrisa divertida, pero apenas sintio la aguja en su cuerpo los abrió aterrorizada, y al ser capaz de reaccionar, el líquido ya se encontraba en su sistema.

—¿Qué mierda me inyectaste, Kara?—Preguntó sumamente nerviosa.

—Espera y verás la magia—Respondió sin borrar aquella enorme sonrisa.

—Me levanaría y te ahorcaria si pudie....

     Alex guardó silencio al captar que recuperaba la sensacion en la pierna, y sus ojos se llenaron de lagrimas cuando vio que podía mover los dedos de los pies, segundos más tarde, su pierna se movía con total libertad, estaba curada.

—Ahora si puedes—Kara levantó ambas manos en victoria.

     Alex saltó con el corazón desaforado y se aferró al cuerpo de su hermana, entre lágrimas.

—¿Cómo?—Preguntó con euforia en la garganta, en el pecho y en el alma—Gracias—Se aferró aún más a su hermana.

—Lena—Respondió con timidez.

—Maldita sea, Kara—Masculló su hermana separándose de ella—Entraste a la celda—Acusó, pero fue incapaz de disipar el gesto alegre—Dame el acceso—Ordenó lavantando su mano para que lo colocara allí.

     Kara movió sus manos con velocidad a través de su traje, pero no logró encontrarlo.

—Oh, mierda—Susurró desapareciendo—Mierda, mierda—Repitió al darse cuenta que Lena ya no estaba, y la celda estaba totalmente vacía.

—Es por tu bien—Susurró Lena ya desde el otro lado de la ciudad—Voy a resolver esto, lo haré por tí—Prometió mientras activaba el campo de protección en aquel laboratorio, luego de tantas horas de desesperación, Lena había entendido como Lex Luthor la controlaba.

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2021 ⏰

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