19: "La tragedia" (Parte 2)

2K 166 24
                                    


Lo único que esperaba después de morir el mismo día que mis hijos nacieron eran poder descansar en el infierno tranquilamente pero había un frio ridículo en el fondo de mi alma que me hizo despertar en algún tipo de limbo espiritual que parecía muy inestable. Estaba tirada en el piso de un bosque, el mismo que había visto en mis pesadillas, donde corría un viento frio y se escuchaban truenos a los lejos, era de noche. Fruncí el ceño al ponerme de pie y ver alrededor, de verdad no quería lidiar con absolutamente nada, siempre esperé la muerte para no hacer nada.

Que estafa.

-Lamento las condiciones, Sarah... –habló alguien a lo lejos, volteé en la dirección de la voz y vi a Finn Mikaelson caminando hacia mí. –Pero estoy seguro de que no esperabas irte al cielo.

-Finn. –no pude evitar sonreír, él me agradaba. –Creí que estabas muerto-muerto.

-Nah, ya me hice a la idea de que en verdad voy a sufrir el resto de la eternidad. –dijo al llegar a unos metros de mí y detenerse a verme. -¿Cómo te sientes?

-Algo normal. –respondí. –Aunque hace mucho frío aquí... ¿qué es este lugar? ¿Un puente al infierno?

-Es un lugar de protección. –explicó. –Muy exclusivo así que es tu día de suerte.

-No entiendo. –dije y escuchamos unas pisadas, ambos volteamos y vimos a una mujer de cabello rubio y ojos oscuros, la había visto antes pero mi cerebro fue muy lento para conectar. Como siempre.

-Esta es mi madre, Esther Mikaelson. –la presentó Finn mientras ella caminaba hacia nosotros. No jodas. –Quiere hablar contigo.

-¿Ella hizo esto? –pregunté un poco a la defensiva.

-Salvaguarde tu espíritu en este plano para poder charlar. –dijo ella, tenía un tono de voz suave y una presencia autoritaria, la había visto en pinturas y me daba miedo pero tenerla de frente era un sentimiento muy diferente. –Lo que te pasó fue obra de los ancestros.

No dije nada porque no confiaba mucho en ella, Klaus me había contado miles de historias que concluían en que no era de fiar, había lastimado a mucha gente, incluyendo a sus hijos.

- Por favor, sígueme. –pidió amablemente y se dio la vuelta para empezar a caminar. –Hay algo que tienes que ver.

No tenía la opción de no escucharla así que la seguí en silencio, mientras caminamos por el bosque noté que todos estábamos vistiendo de negro y que el bosque era una réplica al de Nueva Orleans, solo que en una versión más oscura y triste. No había ni una sola alma en las calles, solo estábamos nosotros caminando por la ciudad, conforme más íbamos acercándonos a la casa de los originales el aire se volvía más pesado, había mucho dolor y tristeza en la atmosfera.

Al entrar a la casa, que estaba vacía, vi que había un gran ataúd conmigo dentro, tenía la piel gris y un vestido negro puesto. Como si fuera mi funeral.

Lo más perturbador y cruel de la situación era que había dos pequeños cofres al lado de mi ataúd, estaban cerrados pero desprendían una energía que me helo la sangre. La imagen no dejaba mucho a la imaginación, esos cofres representaban la muerte de mis hijos.

Miré a Esther y a Finn mal, no podía creerme aquella broma de mal gusto pero me sentí atraída a los cofres, tuve que acercarme y posar una de mis manos sobre uno de ellos. Podía abrirlos y ver si era real pero no sabía si quería hacerlo.

Y aun así, tenía que.

Abrí el primero y no había ningún cuerpo, lo único que había era un collar con un dije de plata que ya había visto antes. Los había pedido por internet unas semanas antes al nacimiento y le había dicho a Klaus que quería que ellos tuvieran algo en común al nacer, era cliché pero había pasado mucho tiempo viendo películas con ese patrón. Abrí el segundo y había lo mismo.

New Chance [Klaus] [The Originals]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora