Veintidós (Brett)

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Brett

- Voltea y levanta ese culo- ordeno volviendo a subir a la cama luego de ir a conseguir el lubricante.

La pequeña zorra se voltea sin cuestionar, su culo redondo perfecto se levanta de la cama y ella queda en cuatro con las tetas y la cabeza apoyadas en el colchón. Su columna logrando ese arco y el hoyuelo justo cuando empieza su culo, que tanto me vuelven loco. No tiene idea de lo bonita y sexy que es, ella no lo nota pero todos a su alrededor están comenzando a hacerlo, veo como la miran los chicos en el instituto, veo los ojos asquerosos de los jugadores sobre su cuerpo pequeño y apretado.

Me gustaría tener una fórmula para que nadie la mire. Solo yo tengo derecho a este cuerpecito.

Estas tetas.

Y este coño.

Y este culo. Carajo. Este culo apretado. No puedo estar más desesperado por meterme hasta las pelotas en ese culo que tiene. Pero no soy un animal... al menos no con ella... bueno al menos no seré un animal en sus primeras veces. Eso incluye todas sus virginidades. Y la desfloración de su culito rosa es algo que me tomaré muy en serio.

Primero mi lengua, luego mis dedos, después este plug de miles de dólares y finalmente mi verga. No pasará hoy en definitiva, ella debe acostumbrarse antes de llevarme a mí hasta el fondo. Pero su coño va a ser bien follado esta semana.

Le doy una bofetada a su culo descarado porque no puedo resistirme. Y antes de oírla quejarse ya tengo la cara entre sus piernas, otra vez. Pero ahora me concentro en su entrada más pequeña, lamiendo alrededor, chupando y forzando mi lengua a entrar.

Maldita sea, es perfecta por donde la veas, cada parte de su cuerpo es delicioso, y me he asegurado de saborear cada centímetro.

Dedos, dedos. Juro que no quiero apresurarme en esto pero como no ponga algo dentro de su culo voy a enloquecer. Abro el lubricante y derramo un poco sobre su entrada, ella se estremece solo un poquito, está frío. Y yo no puedo evitar sonreír, si ella me viera diría que soy un pedazo de desquiciado, puedo sentir la sonrisa loca que tengo ahora.

Pero es su culpa, no puedo evitarlo, ella hace que mis instintos más básicos salgan a jugar.

Y es apenas unos segundos después que ella ya está toda abierta y apretada alrededor de tres de mis dedos, gimiendo como una puta, tendida en mi cama con el culo levantado al aire, dejando que se lo abra deceosa de que le meta la verga.

- ¿Lista para algo más, bebé?- ella gimió un quejido, y susurró un pequeño sí con timidez.

Quitando mis dedos con lentitud tomé el plug y lo acerqué a su rostro.

- Chupa bien- ella abrió su boquita rosa luego de un segundo y sacó su lengua para tocar el material frío.

Lo metí en su boca ahogando una queja de su parte, ella ahuecó sus mejillas y me miró con esos ojitos provocadores. Podía ser la niña tímida, ratón de biblioteca, y a puerta cerrada ser una bonita zorra hambrienta de polla.

Para cuando quité el plug de su boca, éste brillaba aún más ahora, y ella tenía los labios rojos e hinchados, relucientes por su saliva. Me incliné un segundo para probarlo solo un poquito. Como dije antes, deliciosa.

Rodeé su entrada con la punta del plug, antes de detenerme y hacer presión, la suficiente para permitir la entrada. Sus pequeños quejidos eran excitantes. Y antes de notarlo ya tenía el culo lleno, con la bola de oro metida hasta el fondo, dejando a la vista el diamante rosa entre sus nalgas. Eso era sexy.

- Y ahora tu follada.

- ¡Sí!- gritó cuando sin aviso, le metí toda la verga en el coño. Y joder, estaba imposiblemente más ajustada, esto del plug no fue una mala idea porque cuatro horas después seguíamos follando y ella seguía con el culo lleno. Parecía que no nos cansaríamos hasta la próxima semana.

ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora