capítulo 63

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Las Crónicas del Campamento Mestizo pertenecen a Rick Riordan

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―Estupendo trabajo, Harry ―dijo una sonriente Pomfrey, sonriéndole al joven, el cual no había usado la Piedra de Asclepios, sino su varita, para curar a un compañero de 4º.

Otra paciente, fue una chica a la cual hace ya mucho que no veía: Ariel Prince, ella, al igual que él, se había desentendido de casi todo. Así como él se había desentendido del Ejército de Hécate, para que Fudge siguiera confiando en él, hasta que finalmente, Umbridge salió por poder y él, pudo auxiliar a todos... Ella, se había desentendido del colegio y, hasta donde él entendía, había estado cumpliendo misiones mandadas por Horus en Alemania, así que había pasado una buena temporada lejos de Hogwarts, aunque se le veía muy calmada.

¡Ferula! ―la herida, fue vendada.

―Gracias Harry ―dijo la pelinegra ―Es bueno volver a verte.

―Gracias por volver, Ariel ―dijo él, mientras la chica salía y él suspiraba. Estaba muy tenso, sabía que la guerra se acercaba.

Tanto para los magos, como para ellos.

Y hablando de los Olímpicos, en esos momentos Percy Jackson, estaba auxiliando a su padre, junto a su hermana Gwen, sus hermanos ciclopes, junto a Anfitrite, su hijo heredero Tritón, un ejército de tritones, sirenas, ondinas e hipocampos, Todos estaban enfrentándose al Leviatán y las Cecaelias, pues estaban del lado del titán Océano.

Percy se había asustado un poco, al ver a su padre tan... desgastado físicamente, pero él, como señor del reino de los mares, manifestaba físicamente el estado de su reino y esos momentos, no se veía nada bien. Aunque ambos semidioses, le rogaron porque los dejaran ayudarle, pues los mares también eran su hogar, Poseidón les sonrió y moviendo su tridente, ocasionó que una corriente marina los llevara a sus campamentos, al tiempo que gritaba que Quirón debería de enseñarle la profecía.

Pero, para sorpresa de Percy, se encontraba ahora en otro lugar, mientras Gwen le sonreía.

―Bienvenido al Campamento Júpiter, hijo de Neptuno ―dijo la pelinegra. Sobre sus cabezas estaba un letrero que colgaba de un par de cuerdas, suspendido sobre un arco, el letrero en color violeta y pintado en letras doradas, decía

Campamento Júpiter

Vencer o Morir

―En el Campo de Marte ―dijo señalando unas estructuras lejanas, mientras ambos caminaban y olían a sal marina ―Es donde se realizan los "Juegos de Guerra". El juego "Asedio"es una contraparte más aguerrida y violeta, de"Captura la Bandera". La Carrera de Cuadrigas es la "Carrera de Carros". Tenemos "Lucha de Gladiadores" y "Bolas de la Muerte" ―Percy la miró interrogante ―Paintball, pero con ácido, veneno y bolas de fuego.

― "Ya veo" ―susurró él, antes de gruñir y llevarse una mano al costado ―Creo que... estar en presencia de papá, me ayudó un poco a no notar la herida ―Percy sacó un poco de ambrosia de su bolsillo y la comió, al tiempo que Gwen se miraba a sí misma.

―Yo no resulté herida ―comentó, mientras volvía a colocarse la camiseta.

―Suertuda ―le gruñó con algo de enfado, mientras rebuscaba y sacaba un Dracma ―Necesito avisar a mamá que estoy bien ―Gwen asintió y lo guió a un lugar solitario, encontrándose con que su madre, había contado la verdad sobre la naturaleza de Percy a Paul, quien no parecía muy afectado e incluso lo aceptó de buena gana ―Hola mamá, hola Paul.

―Hola Percy, ¿Cómo está Poseidón? ―preguntó Paul, haciendo que Percy se sorprendiera ―Sally me lo ha contado todo.

Percy suspiró ―Papá... han sido atacados por las fuerzas de Océano a pesar de que junto a un amigo, hicimos mella en el ejercito de Cronos. Estamos en Long Island, en el Campamento Júpiter.

― ¿Donde residen los Semidioses Romanos? ―preguntó Paul sorprendido y Percy asintió ―Tengan cuidado.

―... Ustedes también, aunque, conociendo a papá, ya ha pensado en algo para protegerlos ―dijo Percy, al tiempo que se cortaba el mensaje Iris.

―Bienvenido ―dijo una voz femenina, al girarse encontraron a una mujer de cabello y ojos negros, piel morena ―Aquí en el Campamento Júpiter, aceptamos incluso a los Legados, pero aquí, no nos distinguimos por nuestros padres, sino por nuestro valor ―la mujer desenfundó una espada ―Enfréntame, chico ―Percy miró a Gwen y ella asintió.

―El Campamento Mestizo es más... cómodo, más tranquilo hermano. Aquí, tenemos que demostrar lo que valemos.

―Vives y mueres por la espada ―dijo Percy, su hermana asintió y Percy empuñó su espada Kopis, una que había recibido por parte de su padre, despues de la misión del Vellocino de Oro. Una espada que era la fusión entre una Kopis y una Gladius, la fusión del Bronce Celestial y del Oro Imperial.

―Soy Reyna, hija de Belona, diosa de la guerra, la destrucción y la devastación.

Ambos fueron al Campo de Marte, donde la batalla comenzaría sin ningún ritual.

Harry y Mary: Héroes de dos mundos[Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora