4. ¿Qué Nos Está Pasando?

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Negué y me tape la cara con mis dos manos.

No, no estaba bien, claro que no estaba bien. Joder, todo estaba yendo bien y tuve que saltar yo. Reprochandole algo que había sido cosa de dos. No sabía lo que ella pensaba, supongo que pensaría que era un puto gilipollas, y razón no le faltaba, pero tenía miedo, miedo de volver a perderla ahora que nuestra relación era más o menos normal. No podía, no podía volver a perderla.

Ana me abrazó por los hombros y me frotó el brazo para darme ánimos.
Estornudé y me rasqué la nariz, eso no era buena señal.

-Vamos a dentro antes de que te pongas más malo.- Se levantó y negó dando a entender que era una caso a parte.

* * *

Volví a tachar una estrofa en mi libreta. No me cuadraba nada, sentía mucho y sin embargo estaba espeso. Los sentimientos que tenía a flor de piel no salían ni se entintaban en la libreta en forma de acordes y letras.

Alguien tocó la puerta de mi habitación, supuse que era Ana que venía a darme el antibiótico así que le hice una señal para que pasara mientras miraba frustrado los renglones vacíos.

-Hola.- Levanté la cabeza al darme cuenta de quién era realmente la voz y cerré la libreta rápido. -Ana me ha dicho que te trajera esto.- Asentí y me dejo la medicación en la mesilla. -¿Puedo?- Preguntó señalando el lado de la cama.

Volví a asentir sonriendo de medio lado.

-Lo siento.- Susurramos los dos a la vez.

Cruzamos miradas y ella escondió una sonrisa tímida mirando a otro lado.

-Aitana.- Elevó la cabeza y me miró.

Me mordí el labio. Tenía miedo a cómo pudiera reaccionar, a que no me perdonará, a que pasara lo mismo que hace seis años. Respiré ondo y crucé los dedos escondiéndomelos detrás de la espalda.

-¿Crees que me podrás perdonar?- Ella negó y sonrió se medio lado.

-Luis, si es que yo entiendo que dijeras eso, no dijiste nada que no fuera verdad, ya está, no te preocupes más, ¿vale?- Sonreí también y la abracé fuerte.

* * *

Estaba sentado en un taburete con la guitarra entre mis brazos. Las luces del Palau Sant Jordi brillaban como nunca. Todas las 81000 personas que se encontraban allí tenían la mirada fija en mi.

Empecé a tocar una melodía conforme me venían los acordes a la cabeza.

-Bueno, ahora creo que llega el momento más especial de la noche.- Me aclaré la garganta y me repasé mentalmente el texto que había escrito tan solo unas horas antes. -Ella llegó a mi vida con su luz, su risa y sus niñerias. Nos enamoramos, disfrutando de cada pecado.- Sonreí de medio lado. -Después, aquel 7 de septiembre dijo de echar a volar y me quedé sin alas. Se fue lo nuestro.- Me fije en una chica que había comenzado a llorar y el corazón me dio un vuelco. Empecé a notar como me temblaban las piernas. -Y aún así, si-siete años después la sigo queriendo, si-sigo necesitando su forma de abrazarme.- Se me cristalizaron los ojos y tragué saliva mientras dejaba asomar una leve sonrisa. -Porque ya no es sólo una canción, porque con los años me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ti.- La gente empezó a gritar y a aplaudir como loca y Aitana salió corriendo de las bambalinas hacia mi y me abrazó fuerte.

-Yo también te quiero Luis.- Me susurró al oído mientras se aferraba más a mi y me acariciaba la nuca.

Y de nuevo esas ganas locas por besarla, por decirle lo que sentía, por hundir las yemas de mis dedos recorriendo cada milímetro de su piel desnuda, esas ganas de demostrarle mi sed, esas ganas de ponerle la luna y el mundo entero si hacía falta en las manos. Esas ganas de darle lo que no le pude dar por culpa del tiempo, de los errores, del rencor, sobretodo del rencor, porque eso era lo que debíamos eliminar para volver a intentarlo, porque yo quería volver a intentarlo.

No sabía si ella también, no sabía si quería olvidar el pasado o comenzar esa segunda parte que le faltaba a nuestra historia.

-No puedo vivir sin ti, no hay manera.- Me había desconcertado totalmente tocando la guitarra y perdiendome en su mirada.

-Me dijiste que te irías pero llevas en mi casa toda la vida.- Arrugó la barbilla hacia arriba, levantó las cejas y asintió dándome la razón, lo que me provocó una pequeña risilla. -Sé que no te irás, tu no te irás.- Esbozó una sonrisa de felicidad máxima y eso me llenó por dentro.

Terminamos la canción con la respiración agitada por la emoción del momento y ella me abrazó de nuevo mientras yo le besaba la mejilla.

-No me iré, nunca.- Me susurró al oído provocandome un pequeño escalofrío. Se me erizo la piel, los poros de esta se estremecieron y el vello se me puso de punta.

¿A qué se refería? ¿No se iría en que sentido?

Ante mi cara de confusión ella sonrió y abandonó el escenario despidiéndose del público.

A veces Aitana era un enigma sin resolver. Venía, reinventaba el rumbo de las cosas y se iba. Nunca daba explicaciones a no ser que rato después se las pidieses y eso me encantaba. Era una de las muchas cosas por las que me enamoré de ella, nunca sabías que te ibas a encontrar, cada día era diferente con ella.

* * *

-A ver, Amaia y yo os tenemos que decir algo.- Anunció Alfred tocando con un tenedor el vaso.

Amaia y Alfred después de su ruptura habían vuelto. Ahora estaban casados y vivían en Barcelona. No tenían hijos, tampoco nos habían comentado que lo tuvieran previsto.

-¿Tenemos que decirles algo?- Miró extrañada a su pareja y de pronto se le iluminaron los ojos. -Ay si si si, es verdad, perdón, que desastre.- Todos reímos ante las habituales frases de nuestra amiga. -Bua, estoy súper nerviosa, no sé cómo empezar... Bueno, da igual. Pues que estoy embarazada.- Soltó cerrando los ojos con fuerza.

Sonreí ampliamente y todos corrimos a abrazarlos y a besarlos.

-Enhorabuena campeón.- Dije abrazando a Alfred y dándole palmaditas en la espalda.

-Tendrás que enseñarme a cambiar pañales y eso.- Ambos reímos.

-¡Un brindis!- Grité alzando mi copa de vino.

Todos chocamos nuestras copas y mi mirada y la de Aitana se cruzaron.
Nos sonreímos, pero pude notar un poco de picardia en su sonrisa. Le seguí el gesto y me guiñó un ojo para después desviar a la mirada.

мe acoѕтυмвre a qυererтe || Aiteda [FINALIZADA] Where stories live. Discover now