7. Mi Única Bandera

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Narra Cepeda

Llegué a casa y lo primero que hice fue darme una ducha.

-Tingui qui vilvvir i quisi quin miguil.- Rodé los ojos mientras me enjabonaba el pelo.

Me había jodido, me había jodido mucho. No pudo irse a su habitación la noche pasada, no. Me beso, se acostó conmigo, me dijo que me quería, que quería estar conmigo, se despertó, me dijo que tenía que volver a casa con su marido y se fue. Y para colmo se fue insinuándome que la persona con la que vivía la trataba mal.

Salí de la ducha, me puse un pijama aún siendo las 4 de la tarde y me tumbé en mi cama a ver Netflix. Mal por mi parte, pues no me pude resistir a ver “La Llamada” por milésima vez, rebobinando cada vez que salía Anna y pausando la película porque las lágrimas me impedían poder ver bien su cara.

Por alguna extraña razón me sentía culpable de su muerte. Me autocastigaba por no haber podido mantenerla con vida. Me disculpaba cada vez que veía a su hermana y a sus padres. Intentaba que Triana no me preguntara por ella todos los putos días haciéndome más difícil el hecho de no matarme y acabar con este martirio. Intentaba que tampoco la olvidara, no quería eso. No quería que mi hija dentro de unos cuantos años no recordaba quién fue y quién era su madre.

{-Luis, se ha acabado.- Dijo Roi a punto de volverse completamente loco. -¿En qué coño pesabas? ¡¿Joder, me lo puedes explicar?!- Cerré los puños y me mordí la lengua mientras respiraba profundo.

Estaba sentado en el sofá. Con la mirada en el suelo y los puños apoyados sobre mi sien. Con la cocaína esparcida por la mesa junto con una tarjeta de crédito vacía y un billete de 5.

-En ella, pensaba en ella.- Susurré intentando asimilar lo que acababa de hacer.

-¿Cuántas?- No contesté, sabía que si abría la boca rompería en llanto. -¡¿Que cuántas rayas te has metido joder?!- Exigió perdiendo los papeles.

-Una Roi, ¡solo una puta raya!- Grité dando un golpe a la mesa y levantándome del sofá.

Escuché como mi hija empezaba a llorar desde la cuna y miré a Roi.

-Luis, asienta la cabeza de una puta vez que tienes una hija.- Escupió para después ir a calmar a Triana.}

El aporreo de la puerta me despertó. Mire el móvil, eran las 9 de la noche. Mierda, me había quedado dormido.

-Joder.- Me desperecé y recorrí descalzo el pasillo.

Abrí la puerta y apareció Eva detrás de esta.

-¿No se te olvidaba algo?- Preguntó mirando a mi hija que iba cogida de su mano.

-Ay Triana, mi vida.- La cogí en brazos y le dí un besito en la sien. -¿Cómo te lo has pasado en casa de los avós peque?- Miré de nuevo a Eva que estaba con los brazos cruzadas y negó con la cabeza riendo.

-Eres de lo que no hay Cepeda.- Sonrió y me revolvió un poco el pelo. -Anda, la próxima vez acuérdate de recoger a tu hija del aeropuerto o estate atento al móvil.- Asentí y me dio un beso en la mejilla. -Me voy. Adiós enana.- Mi hija sonrió y su tía hizo lo mismo.

Cerré la puerta y dejé a mi niña en el suelo.

-Papi.- Dijo tirando de la maga de mi sudadera.

-Dime.- Me agaché a su altura y me abrazó. -Qué mimosa estás tú hoy, ¿no? ¿Qué quieres?-

Se separó y se miró los pies mientras jugaba con sus rizitos.

Sonreí tierno y le levanté la cabeza.

-¿Qué pasa?- Sonreí y le acaricié la mejilla.

-¿Esa chica de la tele es tu novia?- La miré extrañado y ella asintió. -La que tiene el pelo así.- Simuló un flequillo con sus dedos y yo sonreí.

-No cariño, pero, ¿qué pasaría si lo fuera?- Pregunté por curiosidad.

En realidad tenía miedo a que mi hija no quisiera que yo estuviera con otra mujer, pues tarde o temprano pasaría página, ya fuera con Aitana o con otra. La decisión o la aprobación de Triana no me haría cambiar de opinión, pero obviamente si influiría. Lo último que quería era que se sintiera incómoda.

-¿Eso es que ya no quieres a mamá?- Negué.

-Triana, quiero que sepas una cosa, escúchame bien, ¿vale?- Ella asintió y yo proseguí. -A mamá nunca la voy a dejar de querer. Si algún día me ves feliz con otra chica no significa que no quiera a mamá, significa que...- Pensé bien las palabras antes de hablar. -Significa que papá habrá vuelto a encontrar la felicidad.-

-¿Y por qué ahora estás triste?- Sin querer había derramado una lágrima. Esto me estaba doliendo.

-Pues porque puede que papá ya haya encontrado la felicidad pero ella no quiera irse con él.- Sonreí de medio lado y cerré los ojos dejando escapar las lágrimas que poco antes habían estado retenidas.

-¿No te quiere?- Negué y reí pensando lo desgraciado que era mientras me secaba las lágrimas como podía. -Pues que tonta, yo te quiero un montón.- Triana me rodeó el cuello con sus pequeños brazitos y yo la abracé fuerte mientras sonreía. Desde luego era lo mejor que me había pasado.

{-Ey ey mírame mírame.- Roi me cogió la cara con las dos manos y me hizo mirarlo a los ojos.

Estaba sentado en un banco, vestido con un traje negro que quemaría después de toda esa mierda, con el nudo en la garganta, con el lagrimal desbordado y de nuevo el anillo sobre mi dedo tambaleándose.

-Roi, la vi morir, la vi escaparse cuando la tenía envuelta en mis brazos y no hice nada. ¡NO HICE NADA JODER, LA DEJÉ IRSE!- Me levanté del banco y me agarré el pelo con fuerza, mirando a todos lados, perdido, notando como mi respiración se iba agitando cada vez más.

Me dejé caer de rodillas en el césped de aquel cementerio y grité. Grité intentando sacer toda mi ira, mi impotencia, mi soledad. Su recuerdo.
Me desgarré la voz dándole puñetazos al suelo y agachando mi cabeza. Dejando que las lágrimas cayeran sin cesar. Volviéndome loco. Sabiendo que no volvería a verla. Sabiendo que no volvería a saborear el caramelo de sus labios. Sabiendo que la había dejado marchar.

Roi se acercó a mi corriendo y me abrazó.

-Ey, ya está Luis, ya está.- Y fue ahí cuando me derrumbé. Cuando dejé caer todo el peso de mi cuerpo en los brazos de Roi. Cuando dejé de retener los sollozos suaves que me habían creado el nudo en la garganta.

-No te vayas todavía, no te vayas por favor.- Susurré suplicandole al cielo con la esperanza de volver a verla.}

мe acoѕтυмвre a qυererтe || Aiteda [FINALIZADA] Where stories live. Discover now