capitulo 3

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Maraton 1/3

     Bueno y llegué a mi casa, menos mal no había nadie no tenía ánimos de nada solo me encerré en mi cuarto a llorar y llorar, me sentía sola destrozada.... de repente escuche la puerta y ya había llegado mi hermanita menor así que me seque las lágrimas, lave mi rostro y salí con mi mejor sonrisa ella era mi princesa no me podía ver mal.

- Ana: hola manita – dijo ella saltando para abrazarme.

- Samanta: hola princesa ¿cómo te fue hoy?

- Ana: genial mira lo que te hice- era un dibujo de la familia feliz que fuimos, aunque eso fue antes de ella nacer, sé que eso es lo que más quiere y yo también de hecho extrañaba esa familia que fuimos en algún momento, en el dibujo ella y yo estábamos tomadas de la mano.

- Samanta: que bello, te quiero, lo guardare, ve a quitarte el uniforme peque -dije y subí a ponerlo en mi habitación cuando veo mi móvil había una llamada perdida de Michael y decidí llamarlo para ver que quería.

*Llamada*

- Michael: hola chiquilla ¿puedo ir a tu casa?

- Samanta: si, supongo ahora no hay nadie, pero ¿para qué?

- Michael: sé que no estás bien y no me mientas porque te conozco -en eso escuche la puerta y era mi mama y el señor que se supone que era mi padre y venían discutiendo.

- Samanta: Michael mejor hablamos después ¿sí? Chao.

- Michael: pero ¿qué paso? No me cuelgues -y colgué, aunque lo último que pude escuchar fue mi nombre.

*fin de llamada*

Baje corriendo para buscar a mi hermanita no quería que viera eso, no ella, así que me fui con ella a su cuarto y le puse una peli para que no escuchara nada, cuando baje mi mama estaba llorando y mi papa golpeo la puerta y se fue.

- Samanta: mama ¿qué paso?

- Mi mama: ya muérete hija tú y tu hermana nunca debieron haber nacido, y así yo no estaría viviendo este infierno.

- Samanta: ma...mamá ¿porque dices eso? - dije llorando.

Mi mama: es la verdad -dijo eso y se fue a su habitación.

Yo llorando, y con el corazón hecho pedazos me fui a mi habitación y me tire en el piso a llorar y no sé porque me vinieron a la mente las imágenes de Abraham y Vanessa besándose y me sentí peor tenía ganas de morirme, en serio esta no iba a ser mi semana y por un momento mi mente se nublo y no vi más que mis lágrimas, me miraba en el espejo y me repetía una y otra vez la basura que yo era, lo patética que era, quería despertar de esta pesadilla y pues sentí el deseo de cortarme pero por mi hermanita no lo hice y pensé "pero para que matarme si por dentro estaba muriendo poco a poco". Más tarde le hice de cenar a mi hermana, ya que mi mama no salió de su habitación, y después de darle de cenar, me puse el pijama y me acosté en mi cama y lo único que hice fue llorar y recordar este día para nada bueno, hasta que me dormí.

Amaneció, y luego de arreglarme para ir al colegio, le hice de desayunar a mi hermana antes que viniera por ella el autobús, tomamos juntas el desayuno y justo cuando estábamos terminando escucho la bocina del autobús, deje a mi hermana en el mismo, tome mis cosas y me fui al colegio antes de que mi mama se despertara, hoy no tenía ganas de nada solo quería estar sola, así que tome otro camino a la escuela para no encontrarme con Michael necesitaba aclararme y pensar, para no desmoronarme frente a Michael. Llegue y allí estaban Michael y María, Michael se adelantó y me dijo:

- Michael: hola chiquilla ¿qué paso ayer? me tenías preocupado

- Samanta: nada problemas en mi casa.

- Michael: pero ¿estás bien?

- Samanta: claro chiquillo estoy genial –dije sonriendo lo mejor que pude- y bueno nos vemos luego.

- Michael: pero dime ¿qué paso en tu casa?

-Samanta: lo mismo de siempre mis papas discutieron y luego ni te imaginas las cosas horribles que me dijo mi mama.

- Michael: ¡ay! Chiquilla de veras lo siento ¿hay algo que pueda hacer? y oye sé que estas mal por lo de Abraham y Vanessa ¿quieres hablar de ello?

-Samanta: a menos que puedas matarme no hay algo que puedas hacer para mejorar los problemas en mi casa, y pues no quiero hablar de eso, estoy bien de verdad Michael.

- Michael: ¡ey! Chiquilla porfa dime que te pasa cuéntame, sé que no estás bien desahógate conmigo.

-Samanta: te quiero chiquillo hablamos luego. –dije ignorando sus peticiones ya bastante estaba costándome no desmoronarme, me gire y me fui, no me gustaba dejarlo así pero no quería hablar de eso, María me saludo y yo la salude con la mano, no quería hablar con nadie. Yo solo fui al colegio para salir de mi casa, y de repente me topé con Vanessa, si la novia de Abraham.

- Vanessa: pero mira quien me acabo de encontrar ¡ja! A ¡samanta! Nada más y nada menos que ¡Samanta Medina! la estúpida y patética amiga de mi novio que esta perdidamente enamorada de él.

- Samanta: ¿qué? ¿De qué hablas? - ¿cómo lo supo?

- Vanessa: este librito es tuyo ¿no?- dijo burlándose, y me paso un cuaderno que efectivamente era mío, pero ese cuaderno era como mi diario ¿cómo lo consiguió?- lo encontré en casa de "MI NOVIO"- dijo resaltando esas dos palabras que para mí fueron como una puñalada- él no lo había leído, es más dudo que lo haya visto –sí, ahora que lo recuerdo la última vez que fui a su casa me lo lleve él quería que le mostrara un dibujo del que le había hablado y estaba en esa libreta- mira idiota tú no te comparas conmigo ¿no ves cómo eres de patética? ¿Qué te hizo pensar que tenías oportunidad con él? ¿Ni con nadie?

- Samanta: y....yo -me interrumpió.

- Vanessa: tu nada –dijo amenazante tomándome del cuello de la franela ¿pero qué rayos le pasa? - ni se te ocurra siquiera pensar que él se va a fijar en ti, nadie lo hará. Así que olvídate de él, no sé qué tontas esperanzas tenías, pero ahora él es mi novio así que olvídalo –dijo de manera arrogante.

Yo solo la mire hice que me soltara y no pude decir nada solo corrí, corrí muy fuerte y me fui a mi lugar secreto (así lo llamaba yo) era un cuarto abandonado del colegio, era mi refugio; al llegar allí tire mis cosas y me tire en el piso a llorar, me sentía terrible sobre todo porque era verdad todo lo que ella decía, ¿qué iba a ver él en mí, si soy patética?, él se merece mucho más que yo, y en eso mire algo que relucía allí y era una hojilla sentí ese mismo deseo de cortarme no quería matarme solo desahogarme, calmar mi dolor con dolor, así que la tome en mi mano y realice un pequeño corte al principio me dolió pero continué realizándome pequeños cortes en mi pierna y de repente dejo de dolerme solo sentía la sangre corriendo por mi pierna y eso no me quitaba el dolor que llevaba dentro pero al menos lo disfrazaba, me hacía pensar en otra cosa, y luego me lamente no podía creer lo que había hecho ¿que era ahora a parte de patética? ¿Suicida? ¿Me convertí en una estúpida suicida? mi hermana no podría enterarse, ni nadie yo solo quería desaparecer todo el dolor que tenía dentro y esa fue una manera.

Nota de la autora: hola discúlpenme que no había actualizado tuve problemas con el Internet y la computadora pero ya esta subiré tres capítulos, como premio por esperarme

garcias por leer.

¿porque me pasa esto a mi?Where stories live. Discover now