Capitulo 7

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     "A veces sentimos que no valemos nada, a veces sentimos que no hay salida en el tunel que nos ha tocado vivir, que nos toca avanzar a oscuras y solo caemos, que hagamos lo que hagamos nada va a cambiar o mejorar para nosostros..."

     Salí al parque que estaba cerca de mi casa, me senté en uno de los bancos y aun no sabía qué hacer ni cómo ayudar me sentía tan inútil, y en eso recordé eso que quisiera no recordar más la imagen que tanto daño me hacía de Abraham con su nueva novia, estaba desesperada y a mis ojos vino el llanto y a mi mente la desesperación, y las ganas de acabar con todo, ya ni siquiera me sentía capaz de hacer algo por mi vida, tenía miedo, otra vez ese miedo a quedarme estancada en esa situación de la que nos había costado tanto a mi familia y a mi salir, (bueno a mi madre y a mi salir, si tengo un papa pero es como si no lo tuviera, el nunca esta porque siempre tiene trabajo, pero si no fuera por mi mama no tendríamos aun, ni la casa que tenemos ni que comer, porque el trabajo de mi papa es una porquería pero por su estúpido orgullo no lo deja, por ese orgullo arruino nuestra familia, por su orgullo la poca felicidad que teníamos se fue, y mi mama solo sufre y refleja esa tristeza con enojo, el cual se cobra con mi hermanita y conmigo) y a la que estábamos regresando. Y otra vez venían a mi mente esas preguntas que tanto me atormentaban ¿porque vivo si no sirvo para nada? no puedo ayudar a mi familia, ni a la única persona a la que realmente quiero mi mama, ni a la luz de mis ojos mi hermana ¿cuál es mi futuro si no soy realmente buena en nada? ¿Cómo pretendo avanzar si todo lo que intento me sale mal? ¿Cómo puedo ser feliz si la persona que amo, esta con alguien más y ni siquiera nota cuánto daño me hace?

De repente sentí unas gotas de agua sobre mí, las cuales me hicieron regresar en mí y ver que estaba sola en el parque, ya que estaba lloviendo, en ese momento solo quería desaparecer, escapar, y saque de mi bolsillo esa hojilla que servía para hacerme escapar por un momento, ya que no había nada que me pudiera doler más que lo que sentía en ese momento, y necesitaba de verdad sacar de mi todo ese dolor, rabia odio para poder volver a mi casa, veía la sangre correr por mi pierna al mismo tiempo que caían las gotas de lluvia, siguió lloviendo por un rato más y yo solo estaba ahí sentada llorando y desahogando un mi todo el dolor y la rabia que sentía hacia lo que era, y a lo que estaba viviendo. Luego de eso volví a mi casa tenía que volver, estaba empapada y había dejado esperándome a mi hermanita. Al volver fui a limpiar mis heridas y cuando entré a su habitación ella estaba dibujando en su mesita, al verme se le iluminaron los ojos.

- Ana: manita ¿qué paso? Y ¿porque estas mojada?

- Samanta: nada, Ana -le dije con mi mejor sonrisa ella no tenía que preocuparse por nada- lo único malo es que nos cambiaremos de casa, pero no será muy lejos así que tranquila todo estará bien.

- Ana: ¿cambiarnos de casa? ¿Pero por qué? ¿Nos cambiaran de cole también?

- Samanta: es que esta casa está muy grande y a mama y papa se les hace complicado pagarla así que para ayudar a nuestros padres tenemos que mudarnos, y no nos cambiaran de colegio tranquila no nos iremos muy lejos además será divertido tendremos nueva casa ¿no te alegra?

- Ana: ¡sí! -dijo emocionada con su singular brillo en los ojos que yo amaba y haría lo que fuera para que no se extinguiera- será ¡divertido! Oye y no me dijiste ¿porque estas mojada?

- Samanta: bueno es que salí un momento y adivina lo ¿qué te traje? – dije en tono cantarín para emocionarla.

- Ana: ¿qué es? ¿Qué es? -me pregunto emocionada, en eso saque de mi bolsillo una barra de chocolate que Sergio me había regalado en la pizzería, y se alegró mucho más al verla- gracias manita.

- Samanta: de nada mi peque, me tengo que ir a bañar, sigue dibujando, mira que eres toda una artista – ella sonrió, yo hice lo mismo y salí del cuarto.

Me fui en ese instante a mi habitación seguía estando mal por todo lo que pasaba, pero no todo mundo tenía que saberlo ¿no? Cuando estaba a punto de meterme a la ducha me llamo Michael, tenía que contestarle seguro estaba preocupado.

* Llamada de Michael *

- Michael: hola ¿samanta?

- Samanta: si, si soy yo ¿qué paso?

- Michael: como que ¿qué paso? ¿Te das cuenta que no entraste a ninguna clase?

- Samanta: si, pero tranqui por una clase que pierda en todo el año no pasara nada

- Michael: samanta no es eso, me tenías muy preocupado.

- Samanta: tranquilo estoy viva y estoy bien.

- Michael: sé que no estás bien y no me has querido decir porque, aunque sé que la razón tiene nombre y empieza por a ¿no? ¿Puedo ir a tu casa y así hablamos?

- Samanta: no sé si sea del todo buena idea, en mi casa ahora no estamos pasando un buen momento.

- Michael: entonces ¿nos vemos en el parque?

- Samanta: vengo de allá.

- Michael: ¿en serio? Pero si estaba lloviendo fuertísimo

- samanta: si, eso me recuerda que estoy empapada, me tengo que ir a bañar, hablamos mañana en el cole ¿sí?

- Michael: está bien, si no tengo de otra.

*Fin de la llamada*

En eso dejé el cel en la cama y me metí a bañar necesitaba relajarme, calmarme.


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Las cosas no parecen mejorar para samanta ¿no? 

Bueno aquí les dejo otro capitulo, espero les guste, tenia mucho sin publicar pero estaba desanimada, ya volví y tratare de publicar a diario. 

¿porque me pasa esto a mi?Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon