capitulo 6

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Narra Sergio:

Samanta es una chica fantástica, es única y divertida es perfecta, pero sus ojos apagados me dicen que está mal y creo que es por un alguien, no solo por eso pero si tiene gran culpabilidad ese alguien, aunque si no se ha dado cuenta de la joya que tiene a su lado es un imbécil, y yo no dejare que ella sufra por él, ni por nadie, y algo me dice que va mucho más allá de eso, parece llevar una carga bastante pesada bajo sus hombros para su edad, pero no puedo preguntarle nada al respecto, porque me sentiría terrible si se pone peor por mi culpa, dije que quería ser su amigo pero creo que cada vez me gusta más, aunque no la conozco mucho, cuando la vi por primera vez me llamo la atención su mirada, su rostro, no se, algo en ella me atrajo desde el primer momento y creo que se acentúa más cada vez, y me siento muy bien al verla sonreír aunque sé que su sonrisa no es del todo real, sus ojos me dicen que en ella hay más dolor del que quiere demostrar, pero estoy feliz de hacerla reír aunque sea solo por un momento.

Narra samanta:

De repente apareció un silencio algo extraño he incomodo el solo me miraba con ese brillo singular en sus ojos, como si estuviera viendo una joya muy hermosa, no sabía que decir, me hacía sentir importante y especial con su mirada, pero de pronto.

- Sergio: ¿sabías que eres hermosa? - ¿Por qué dice esas cosas? Me puse roja como un tomate.

- Samanta: no me mientas -dije yo sonriendo.

- Sergio: no te miento es la verdad, y no dejes que nadie nunca te haga pensar lo contrario ¿eh? quien piense lo contrario está ciego ¿sabes? Incluido ese chico, ¿cómo se llama? ¡Ah sí! Abraham.

- Samanta: ¿Abraham? ¿De qué hablas? Abraham es mi amigo – no pude evitar que me doliera al decirlo- ¿porque dices eso? Además ¿Cómo lo conoces? ¿Y cómo sabes que es mi amigo?

- Sergio: no soy tonto, el primer día que te vi en el cafetín con tus amigos me di cuenta de cómo mirabas a ese Abraham, al que por cierto conocí hoy ¿recuerdas que te dije que soy bien observador?

- Samanta: si ya lo noté -dije con una risa algo nerviosa- y ¿estabas mirándome ese día?

- Sergio: si, es que eres muy hermosa en serio.

Yo solo lo mire y la sonrisa se me borro del rostro ya que no dejaba de ver en mi mente la imagen de Abraham besando a Vanessa, mi madre diciendo eso que tanto me dolió, solo quería morirme, y eso me recordó que tenía que ir a mi casa a ver con que me encontraría esta vez, no quería llegar, pero tenía que hacerlo.

- Samanta: lo siento Sergio debo ir a mi casa -dije sonriendo- gracias por traerme acá y hacerme pasar un buen rato, hacía mucho que no me olvidaba de todo un rato, cumpliste tu promesa y te lo agradezco en serio –dije con mi sonrisa más sincera.

- Sergio: perdóname samanta de verdad lo siento, no quería incomodarte creo que lo arruine -dijo con una cara de culpabilidad.

- Samanta: Sergio fue el mejor día en mucho tiempo, de verdad -le dije sonriente, pero vi en su rostro la incredulidad- y vas por muy buen camino a ganarte un puesto de amigo.

- Sergio: lo dices ¿en serio?

- Samanta: si Sergio de verdad - y note otra vez ese singular brillo en sus ojos que en tan poco tiempo ya me era familiar y me encantaba.

Sergio: ya sé que cometí un error y arruiné el lindo rato que estábamos pasando, perdóname, pero me entusiasma que me veras como tu amigo.

En ese momento salimos del restaurante justo a la moto. Y la verdad que, aunque estaba muy mal con él me desconecte un poco de todo y le agradezco ese momento. Llegamos a mi casa y nos despedimos.

- Sergio: chao samanta y perdóname otra vez por arruinar nuestro momento especial, y gracias por haberme dejado sacarte una sonrisa.

- Samanta: tonto no arruinaste nada y me regalaste un maravilloso momento que no olvidare nunca - en eso nos abrasamos.

- Sergio: ¿y cuando empezaremos con mis tutoriales?

- Samanta: mañana mismo si quieres, pero no en mi casa, mejor en el... parque de enfrente ¿te parece? –dije señalándole el parque que se veía de mi casa.

- Sergio: donde tú quieras, si tu estarás será perfecto.

Yo lo mire y me sonroje, no podía creerlo, él era muy bueno para que en realidad le interesara siquiera ser mi amigo, seguro solo necesitaba mi ayuda y por eso se intentaba ganar mi confianza, mejor que ni me involucre demasiado con él, al final todos se van. En lo que entro a mi casa veo a mi hermana en el sofá llorando.

- Samanta: ¡ey! Ana ¿qué te paso? ¿Porque lloras?

- Ana: es que ma...mama –dijo sin parar de sollozar.

- Samanta: ¿qué paso? ya me estas asustando....

- Ana: mama y papa se están peleando otra vez......y estaban gritándose muy feo y de repente papa salió furioso...y...y mama está ahí y también está furiosa me grito para que me alejara. -me dijo ella entre sollozos.

- Samanta: ya, tranquila Ana está bien voy a averiguar que paso ¿sí? sube a tu cuarto.

- Ana: está bien manita, pero ten cuidado porque mi mama está furiosa y te pude gritar a ti también.

Yo solo la mire con una sonrisa y espere a que subiera para ir a hablar con mi mamá sabía que algo malo había pasado, entre a la cocina y allí estaba mi mama y si estaba bien enojada, pero yo ya no le tenía miedo ¿qué era lo peor que podía hacerme? ¿Golpearme? Eso no es nada ya no creo que pueda hacerme más daño del que me hizo ayer, con sus palabras.

- Samanta: hola mama ya llegué ¿qué paso? Vi a Ana llorando y dijo que tú y papa pelearon.

- Isabel: ¿y tú porque llegas a esta hora?

- Samanta: emmm pues hay un chico nuevo en el cole y voy a ser algo así como su tutora mientras se pone al día, pero dime ¿qué paso?

- Isabel: bueno es que... nos quitaran la casa no tenemos para pagar la hipoteca y tu padre llega acá otra vez sin ninguna solución, estoy harta de esta situación.

- Samanta: ¿mama como así que nos quitaran la casa? ¿Dónde vamos a vivir? -eso si me alarmaba y mucho- ¿qué haremos?

- Mama: no sé, aun no sé, pero no podemos irnos muy lejos ya que mi trabajo esta acá y tu escuela también no puedes perder esa beca, no se tendré que pedir un préstamo, o algo e irnos a una casa más pequeña, y menos costosa.

- Samanta: ok mama, necesito salir volveré en un momento.

- Isabel: está bien.... -cuando ya me iba- y samanta...perdóname por lo que dije antes, de verdad perdóname tu y Ana son la bendición más grande que tengo y ustedes no tienen la culpa de nada -en eso me abrasa.

- Samanta: mama no sabes cuánto bien me hacen esas palabras, te quiero.

Salí de allí necesitaba pensar, aunque las palabras de mi mama me reconfortaron un poco sé que, si ella aguanta todo lo que tiene que aguantar de mi papa, es por nosotras y eso si era muy cierto, porque si no fuera por nosotras ella se abría divorciado hace mucho de mi papa, así que tenía que ayudar no quería que mi hermana pasara trabajo ya yo lo había pasado y ahora que todo se repetía, parecía una pesadilla, no quería que ella la viviera también.

¿porque me pasa esto a mi?Where stories live. Discover now