«dos»

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JOEL

Entrecierro mis ojos por el brillo de la pantalla de mi teléfono. Vuelvo a leer el título del artículo, y mi corazón se cae a mi estómago.

Shea Theodore ha muerto.

Desde que supe que se acercó a Astrid de nuevo he estado vigilando al hombre de cerca.

Se que fui un idiota al dejarla al final de mi temporada de novato, pero no podía estar con ella. No como habían pasado los últimos meses. Ella se convirtió en mi prioridad, en todo el sentido de la palabra, y eso no podía seguir. Se que si ella me hubiera pedido matar a alguien en ese entonces lo hubiera hecho sin pensarlo dos veces. Ella era mi mundo. Era el amor de mi vida, mi alma gemela, mi otra mitad. Aunque han pasado tantos años lo sigue siendo.

El famoso fisioterapeuta de equipos deportivos murió a sus 33 años en un accidente de auto, dejando a su esposa Astrid Theodore, y su pequeña de tan solo 5 años, Ezrha Theodore.

Amplio la imagen de Astrid con su hija en brazos. La pequeña está idéntica a Shea, el mismo cabello castaño, piel blanquecina y pecosa, y ojos pardos grandes y expresivos. Mi corazón se llena de nostalgia al darme cuenta que si ella y yo nos hubiéramos quedado juntos esa niña sería nuestra.

"No puedes pensar en eso Joel." mi conciencia es rápida en decir, y le doy toda la razón.

No puedo pensar en eso, no puedo cogerme pena a mi mismo sabiendo que fui yo quién decidió irse y dejarla sola.

"Shea estuvo ahí para ella, tu no." ese pensamiento me golpea como una cubeta de agua fría.

Shea estuvo ahí para Astrid cuando yo la dejé en pedazos, y nunca la apresuró a nada. Ellos empezaron a salir después de varios años, al mismo tiempo en que yo tenía éxito como jugador de hockey, y estaba en una "relación estable" con Danna.

La familia no se ha prestado para comentarios, pero el representante legal de ellos ha pedido que les den privacidad para guardar luto al fallecido esposo.

Mis ojos se llenan de lágrimas al darme cuenta que se volvió a quedar sola. Y a mi me duele el doble verla así. Tengo la necesidad de hacer que todos sus problemas desaparezcan y hacer que el dolor se vaya. Justo como lo hacía cuando estaba con ella. El amor y la necesidad de protegerla están ahí, ardiendo fervientemente como el primer día. Y no mentiré, eso me aterra, me aterra demasiado.

Vuelvo a subir a la parte dónde está su foto y sonrío. Examino sus facciones, notando que no ha cambiado nada. Sigue siendo la chica hermosa de la que me enamoré, la chica que nunca trató de impresionarme por ser el novato sensación de los Golden Knights. La chica a la cuál le brillaban los ojos al hablar de MARVEL, o de sus libros favoritos. Seco mis lágrimas, sorbiendo por la nariz.

Veo toda la foto y me doy cuenta que esa foto fue tomada un mes atrás, en una gala de beneficencia que asistió con su familia. La nostalgia se vuelve a apoderar de mi, mi corazón traidor me ha puesto la vaga idea de cómo seria nuestra familia.

—Papi, ¿estás bien? —la vocecita de mi hijo de 5 años me saca de mis pensamientos.

—Hola campeón. —me seco mis lágrimas rápidamente. —¿quieres cenar ya? —pongo una sonrisa, se que a él le encanta comer y hoy cenaremos mac and cheese, su comida favorita.

—Porque lloras. —insiste, al parecer no lo he podido distraer con la comida como usualmente pasa.

—Jaiden. —lo coloco en mis piernas, acariciándole el cabello. —recuerdos del pasado. —le doy una leve sonrisa.

—Esos son malos. —dice en un susurro, bajando su cabecita.

—No todos los son. —le hago cosquillas, tratando de animarlo. —vamos campeón. —me pongo de pie, tomándolo de los pies dejándolo de cabeza hacia abajo.

—¡Ah! —mi pequeño canturrea, riéndose como un loquillo.

Jaiden es lo único bueno que me ha pasado en los últimos años. Tuve una relación con Danna por algunos años antes que tuviéramos a Jaiden. Nunca me casé con ella, ni siquiera me comprometí con ella. Danna estaba bien con eso, siempre y cuando yo le fuera fiel , o por lo menos que lo mantuviera fuera de los medios, y todo el mundo la tuviera como mi perfecta y querida WAG.

Cuando quedó embarazada fue todo un drama. Ella se quería casar conmigo a pesar de que no estaba enamorada de mi. Ella solo estaba detrás de el estatus social y un niño no venia incluido en ese paquete. Danna no fue la que me dijo del embarazo, me di cuenta porque llegué a la casa que compartíamos antes de lo previsto y encontré una prueba de embarazo.

"No es nada", ella dijo cuando le pregunte. No hace falta decir que tuvimos una discusión después de eso.

Se quejaba todo el tiempo que había engordado 5 libras por día, pero yo no lo notaba. Lo único que crecía era su estomago. Tuvo una cesaría, ya que no dejaría que un parto natural le arruinara su cuerpo. Cuando salió del hospital tomo sus cosas y se fue, sin explicaciones o sin importarle nada.

—Papi. —Jaiden me mira con una expresión confundida en su rostro. —se enfriará. —apunta a mi plato de comida.

—Me lo comeré ahora. —tomo el tenedor y empiezo a comer mac and cheese.

De vez en cuando vuelvo a ver a Jaiden, y le agradezco a dios por habérmelo dado, no se dónde estaría sin esta hermosa criatura.

Overtime +18 Joel Pimentel - Christopher VélezWhere stories live. Discover now