«cuatro»

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ASTRID

Aunque los años hayan pasado, todavía me meto en problemas por el no existente filtro de mi boca y mi cerebro. Por mis ganas de huir de Joel, al parecer terminé aceptando a hablar con él después de tantos años.

¡Soy una idiota!

—¿Qué carajos voy a hacer, solnyshko? —le pregunto a mi mejor amiga, estresada por todo lo que está pasando. —¿por qué demonios acepté hablar con él? —vuelvo a ver a Montse quién me mira sin decir nada. —dime algo. —

—Pareces una loca. —se cruza de brazos.

—No eso, solnyshko. —me quejo, sentándome en su sofá de su amplio living.

—¿Por qué estás así? —me toma de las manos, acariciando estas. —te conozco musa, tu no te pondrías así al volver a ver a alguien de tu pasado. —

—Lo sé. —niego con la cabeza.

—¿Qué te pasa entonces? —acaricia mi mejilla. —habla conmigo, musa. —

—Tú sabes que él es el amor de mi vida. —digo con la voz quebrada. —y como pasaron las cosas entre él y yo me dejaron destrozada en mil pedazos. —bajo mi cabeza. —y Shea, oh Shea. —balbuceo con las lágrimas rodando por mis mejillas. —Shea es mi otra mitad. —trago el nudo que se ha formado en mi garganta. —él estuvo conmigo en las buenas, en las malas, aun cuando solo éramos mejores amigos y siento que el solo hecho de hablar con él deshonra su memoria. —limpio mis lágrimas.

—Musa. —ella me abraza, enterrando mi rostro en su pecho. —Shea va a estar bien, y de hecho. —me hace que la vuelva a ver. —Shea va a querer que seas feliz con alguien más. —me limpia las lágrimas. —y aunque esa persona no sea Joel, tienes que hacerte a la idea que ese corazón tuyo se enamorará de nuevo y que no le estarás faltando el respeto a la memoria de tu otra mitad. —me acaricia la mejilla. —y Shea estará feliz por ti, musa. —me asegura.

—¿Por qué se tuvo que ir? —pregunto y no espero recibir una respuesta.

—Nadie te podrá dar una respuesta coherente a eso, pero tienes que seguir adelante por tu hija, pero mas que todo por ti. —me da un beso en la sien. —ahora anda, y ve si las cosas se van a arreglar entre ustedes. —

—¿Qué? —

—Será una cosa menos que estará mal en tu vida. —dice y se que no lo quiso decir como sonó, pero mi mente no sabe diferenciar eso.

—Gracias. —digo en tono sarcástico.

—Tú sabes que no lo quise decir así. —me da un golpe en la frente.

—Lo sé. —le doy una sonrisa. —gracias por cuidar a Ezrha. —

—Sabes que siempre estoy aquí para ti y para ella. —

—Mami. —Ezrha entra por la puerta trasera, mojada de pies a cabeza porque ha pasado la tarde en la piscina con los niños y Christopher.

—Ezi. —la llamo para que venga a mi. —te quedarás a dormir con Aisha. —

—Una pijamada. —aplaude repetitivamente.

—Si amor, yo tengo unas cosas que hacer, pero estaré aquí para tener una noche de películas con ustedes. —le doy un beso en su frente.

—Te amo mami. —pone sus manitos en mis mejillas y me da un beso en los labios.

—Te amo mas mi solecito. —le doy una sonrisa.

—Ezi, vamos con tus primitos y Christopher de regreso a la piscina. —Montse la agarra de la mano y se van.

Tomo mi cartera y tomo unas respiraciones profundas mientras camino para mi auto. Después de terminar nuestras horas comunitarias me volvió a hablar y quedamos de vernos en un café. Aunque un café es muy público, así que quedamos de vernos en su casa. Y si, estoy pensando demasiado esa decisión. Ya no vive en el mismo apartamento que antes, y no se si estoy lista para ver como es su vida después de mi. A veces deseé que fuera miserable igual que yo, que sufriera todo lo que yo sufrí, pero un día me di cuenta que pensar así me hacia mas amargada, y no seguiría adelante con mi vida.

Overtime +18 Joel Pimentel - Christopher VélezWo Geschichten leben. Entdecke jetzt