«siete»

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ASTRID

Me he despertado hace una hora, y me quedé dormida hace dos. Todo lo que hago en la noche es dar vueltas en mi cama, rogándole a mi cuerpo que se quede dormido. Pero estoy acostumbrada a dormir con los brazos de alguien alrededor mío, los brazos de Shea para ser específica. Todas las noches son iguales, solo duermo una hora y en esa bendita hora siempre sueño con él.

—Mami. —Ezhra está a mi lado, y apenas está despertando. Anoche se quedó a dormir conmigo ya que extraña a su padre tanto como yo.

—Buenos días bebé. —le acaricio la mejilla. —¿panqueques para el desayuno? —le pregunto, sabiendo que no me dirá que no.

—Si. —asiente feliz. —¿puede Jaiden venir a jugar conmigo hoy? —pregunta haciendo un tierno puchero.

La miro con los ojos entrecerrados por unos segundos para hacerla creer que esos ojos no me convencerán, pero mi niña me conoce y estira más su labio y no puedo seguir fingiendo.

—Solo si su papá le da permiso. —me muerdo mi cachete por dentro.

Mi hija se baja de la cama, veo su cabecita castaña pasearse por todo el cuarto y jadea ruidosamente cuando encuentra lo que andaba buscando.

—Aquí. —me da mi teléfono con una gran sonrisa en sus labios. —llámalo. —

—Es muy temprano. —trato de excusarme. —vamos a comer el desayuno tú y yo y después les llamaremos y veremos si pueden ir al parque contigo. —sonrío. —podemos invitar a Aisha también. —agrego y ella sonríe.

Dejo mi teléfono de regreso en mi mesita de noche y me levanto de la cama. Me agacho enfrente de Ezrha para que se suba a mi espalda y nos vamos al baño. Shea y ella solían hacer eso todas las mañanas al despertar, y no quiero que eso cambie. La siento en el lavado de mi baño privado y nos cepillamos los dientes juntas. Los ojos se me llenan de lágrimas al escucharla tararear la canción con la que su padre le enseñó a lavarse los dientes.

—Déjame ver. —digo cuándo ya ha terminado.

Mi nena me muestra todos sus dientecitos y chocamos las 5 al ver que se los ha lavado bien. Salimos del baño y vamos hacia la cocina. Siento a Ezhra en la encimera de la cocina y saco los utensilios para hacer los panqueques.

—¿Con frambuesas o fresas? —le pregunto y ella se toma unos minutos para contestar.

—Fresas. —se quita unos mechones de la cara.

Pongo todos los ingredientes a su lado y mezclo todo en la licuadora. Desde pequeña le he dado panqueques "saludables" y a ella le gustan, y no nota la diferencia. Pasamos media hora haciendo panqueques y cuando todo está listo la siento en la mesa. Ambas miramos al asiento de Shea y veo que se pone triste. Tomo la mermelada y la dejo caer en sus panqueques, formando una carita feliz.

—Gracias mami. —me da una sonrisa de lado y empieza a comer sus panqueques.

Hago lo mismo mientras veo que corta la comida en pequeños trozos.

—¿Todo en la escuela está bien? —pregunto cómo lo hago todos los días desde hace un mes.

—Si. —asienta con la cabeza. —Jaiden y los profesores no dejan que nadie me moleste porque papá no está. —

Me da rabia escucharla decir eso, mi niña no debería estar lidiando con esto mientras está de luto por la muerte de su padre.

—Papá cuida de ti, amor. —

Asiente con la cabeza mientras sigue comiendo. Terminamos de desayunar y lavamos todo lo que usamos. Al acabar Ezrha corre para mi habitación y se que va a ir a traer el teléfono. Veo a mi alrededor y noto que ya son las 10 de la mañana.

Overtime +18 Joel Pimentel - Christopher VélezWhere stories live. Discover now