Capítulo 29

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[Lunes 15 de Noviembre de 2027]

-Emilio Osorio.

Realmente en ningún momento pensé que tener mi casa hecha un completo lío, me haría sentir tan feliz.

Alex y Joaquín al final se han quedado en mi casa pues tuvieron un problema con el departamento. A pesar de que Joaquín tenía planeado irse y ocupar el departamento hoy, no pudieron hacerlo ya que justo cuando estábamos subiendo ambas maletas al auto, el encargado del edificio lo llamó para avisarle que había una fuga en una de las llaves y todo el departamento estaba lleno de agua. Alex se pusó feliz al saber aquello y de inmediato bajó su maleta para regresar nuevamente a la casa, mientras pero Joaquín si se molestó un poco. No por tener que quedarse, si no por el hecho de que un día antes le hubieran dicho que todas las instalaciones estaban en perfecto estado y al día siguiente lo llamaran para decirle que tenía una fuga y debían de revisar todas las tuberías para saber si alguna otra necesitaba ser reparada o cambiada.

Básicamente se molesto mucho por haber sido engañado.

Regresando al día de hoy...

A pesar de que son apenas las ocho de la mañana, ya hay demasiada actividad en mi casa a comparación de los días en los que estoy solo con el personal.

Alex tiene un desastre en la sala pero parece no importarle que Joaquín lo este reprendiendo pues él está más concentrado en tratar de descubrir como armar el juguete que mi mamá le trajo que en recoger todos los envoltorios y cajas que están tirados a mitad de la sala. El día anterior, mi madre y mi hermana habían venido a darle unos regalos a Alex y también habían traído a mis sobrinos para que jugarán con él. Mi hijo se había mantenido ocupado haciendo travesuras con sus primos que al final terminó rendido por el sueño y se olvidó de los regalos que su abuela le había traído. Puedo pensar que ha de haber soñado con ellos pues apenas despertó le pregunto a Joaquín dónde los había dejado. Como buen padre, Joaquín le había dicho que no se los daría hasta que desayunara y se arreglara además de que debería levantar la basura que generara si no quería que se los quitara.

Aunque al parecer a Alex se le olvidó esa advertencia.

Joaco: Te dije que recogieras la basura y no lo hiciste —regaña viendo a nuestro hijo—

Alex: Te prometo que ahorita la recojo —mira a Joaquín con ojos de cachorro haciendo que este sólo suspire y se disponga a levantar por si mismo la basura—

Joaco: Voy a recogerla yo, pero sólo por esta vez, Alex. Sabes que debes hacerte responsable de los desastres que haces.

Emilio: Déjalo ahí, ahorita pueden limpiar las personas del servicio.

Joaco: Yo también puedo levantarlas, no hay necesidad de darles más trabajo cuando uno también puede hacerlo, además ellas están limpiando la cocina y los trastes que se usaron en el desayuno.

Emilio: Bien tienes razón —digo antes de verlo salir de la casa con la bolsa de basura dónde lleva todos los envoltorios de los regalos—

Alex: Papá no puedo armarlo —chilla dejado el juguete de lado con frustración. De inmediato se levanta del suelo para venir a sollozar en mi regazo— ¿por qué es tan difícil? —pregunta sin levantar la vista—

Ante su cuestionamiento, cierro mi laptop para concentrarme totalmente en él. Instintivamente lo cargo para después sentarlo sobre mi regazo y acariciar sus cabellos como una forma de hacer que se calme. Él se abraza a mi cuello y al paso de unos minutos ya se ha calmado por completo, ya no solloza pero aún suelta algunos hipídos los cuales no son más que simples espasmos ocasionados por el anterior llanto.

Última OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora