Capítulo cinco

2.8K 351 82
                                    

El Tren
____________________

Ya era de noche. Ginny y Luna fueron acurrucadas en un mismo sillón en la Madriguera. Lovegood se mostró reacio a dejar a su hija después de enterarse de la desaparición de Ron, ya que no quería molestar, pero la Sra. Weasley insistió en que las dos niñas serían una buena compañía la una a la otra. Así que luego lo dejaron sentarse junto a su esposa que aún estaba inconsciente pero estable. Ginny sostenía a su querido hipogrifo de juguete que su hermano había dejado con ella en una mano y la mano de Luna en la otra. Luna todavía estaba un poco atontada por el calmante que le habían dado en San Mungo, pero los curanderos dijeron que pronto volvería a su estado normal.

Las dos niñas estaban muy quietas. Ginny estaba demasiado preocupada para hablar y Luna todavía estaba en estado de shock. La pequeña rubia miró alrededor de la habitación con indiferencia. Sus ojos se encontraron con el pequeño reloj que su madre siempre había admirado, el cual tenía a los nueve miembros de la familia Weasley en el.

Luna observó la manecilla que albergaba la foto de Ron que actualmente declaró que estaba viajando, pero mientras lo observaba, comenzó a moverse. Luna miro como la manecilla del reloj se acomodaba en un nuevo destino. Abrió la boca, pero no pudo encontrar las palabras para explicar lo que estaba viendo, así que empujó con su codo a Ginny y señaló el reloj.

Ginny levantó la vista y su boca también se abrió, pero al igual que Luna, no pudo explicar la sensación ominosa que estaba sintiendo. Entonces, en lugar de hablar, abrió la boca lo más que pudo y dejó escapar un grito de horror.

Bill, Charlie, Molly y Arthur entraron corriendo a la habitación, y vieron a Ginny llorando y señalando el reloj. La sangre desapareció del rostro de Molly en el momento en que vio la manecilla de su hijo en la posición de "Peligro Mortal", Bill a su lado tuvo que sostenerla con el brazo para evitar que se derrumbara mientras que Arthur tuvo que estabilizarse colocando su mano sobre el hombro de Charlie.

Charlie intercambió miradas con su hermano. Esto estaba mal, muy, muy mal.

—¡Vamos, Harry! —chillaba Ron mientras los dos corrían por la estación de tren. Los niños habían pasado horas tratando de encontrar el lugar y la temperatura había bajado unos quince grados, dejando a los dos temblando. Ya habían comido toda la comida que Ron había traído y el sol comenzaba a ponerse.

Harry alcanzó a su nuevo amigo fácilmente, luego los dos se detuvieron cerca de un guardia del tren.

—Hola, ¿en qué plataforma está el próximo tren a Londres? —Ron le preguntó al hombre.

Él los miró sospechosamente.

—¿Por qué preguntas, dónde están tus padres? —demandó. El hombre mayor había tratado con una gran cantidad de fugitivos antes y sus ojos fríos escanearon al par sospechosamente.

Ron se tambaleó por un segundo; cuando los dos se detuvieron en las otras estaciones de servicio para pedir instrucciones a este lugar, afirmaron que sus padres estaban esperando en el automóvil, pero esa excusa no funcionaría esta vez.

—Íbamos a despedir a mi tía porque se va de viaje —habló Harry inocentemente—. Pero yo necesitaba usar el baño y mi primo me llevó —continúo mientras señalaba a Ron— y ahora no podemos recordar cómo volver con mi tía y mi tío.

La dura mirada del hombre disminuyó y su tono se volvió un poco más amable.

—Oh bueno, estarán en la plataforma cinco, se irá en aproximadamente media hora.

—¡Gracias! —sonrió Harry y al segundo los dos niños salieron disparados.

—¡Pasen por la taquilla si se vuelven a perder! —el hombre gritó.

¡Ya he tenido suficiente!Where stories live. Discover now