- Algunas conclusiones -

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El auditorio de la Academia Bonet era amplio y ovalado, escalonado, con segundo piso y unos balcones en las paredes laterales; los asientos eran de un rojo clásico e incluso estaban numerados. Varios focos iluminaban el escenario y el podio que se encontraba en una de las esquinas, el resto del escenario era ocupado por los candidatos a los diferentes cargos del Centro de Estudiantes. Eran tres candidatos por puesto; presidencia, cuyo vicepresidente sería el segundo con más votos, secretaría, tesorería y comunicaciones.

Henry se veía confiado y tranquilo, su postura y su mirada transmitían el aura de liderazgo que cautivaba a la gente; era casi inimaginable pensar que diez minutos antes de subir al escenario había tenido una crisis de ansiedad. Alan le tuvo que recitar el discurso que tenía preparado para ayudarlo a calmarse y yo le ofrecí un poco de agua sabor limón, dos cosas que al parecer surtieron un efecto maravilloso.

El rector estaba en el podio dando un discurso acerca de la importancia de la educación cívica, la participación en democracia y los procesos institucionales de elección de representantes, no era un discurso malo, pero la verdad era que estaba mucho más interesada en escuchar los resultados de la votación.

Las horas de clase habían sido modificadas para que todo el estudiantado asistiera a esa instancia, pero veía en las caras de mis compañeros que menos de la mitad estaba interesado en todo el proceso. Me removí inquieta en mi asiento de la primera planta y miré curiosa a mi alrededor, encontrándome con los rostros de mis compañeros de salón.

Alan estaba sentado a mi lado, junto a él estaba Lara y unos asientos más allá se encontraba Elías. Tan sólo verlo hizo que me doliera el estomago y que deseara echarme a llorar en miseria por unos minutos, estaba comenzando a aceptar que simplemente no estaba interesado en mí. Era terrible, doloroso, angustiante, irritante, desesperanzador...

-Ahora, me enorgullece dar paso a los resultados de este relevante proceso democrático...- escuché decir al rector.

-Va a ganar.- me susurró Alan.

-Tiene que ganar.- le respondí., sabiendo que siempre anunciaban la presidente al final.

-Si no gana...- dijo y aplaudió siguiendo al resto del auditorio.

-Si no gana va a deprimirse y tendremos que hacer algo.- dije sacudiendo la cabeza.

-Lanzarle una fiesta.- propuso Alan.

-También le haremos una si gana...- le recordé.

-Le gustan las fiestas.-

Alcé los hombros en concordancia, Henry no era difícil de complacer, le gustaba divertirse y hacer vida social, las fiestas eran lo suyo. Pero no quería imaginármelo deprimido, no sabría cómo subirle el ánimo si resultaba que no estaba con ganas de festejar.

-Finalmente, el presidente del Centro de Estudiantes de este año...-

-Ya viene...- dijo Alan, inclinándose hacia adelante.

-Henry Stahl.- anunció el rector.

Porque soy una amiga comprometida con las causas de mis amigos me puse de pie y aplaudí muy con entusiasmo, también le di un pisotón a Alan y él hizo lo mismo. No fue difícil que el resto de nuestros compañeros se unieran a la ronda de aplausos y gritos, porque como ya había dicho varias veces, todos aman a Henry.

Henry aceptó la ovación con la humildad que se esperaba de un buen ganador, le estrechó la mano a sus contendientes y felicitó al vicepresidente; le agradeció al resto de los candidatos por participar y procedió a aceptar el cargo con un corto pero justo discurso. Se le notaba en la sonrisa que no cabía de emoción, lo que en verdad era muy lindo de ver.

Mi Último AñoWhere stories live. Discover now