- Todas las parejas -

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-¡Es tan lindo!- exclamé.

Para darle énfasis a aquella afirmación me dejé caer en cámara lenta sobre el césped en el cual me hallaba sentada y luego miré la pantalla de mi móvil con ojos soñadores. Simplemente me encantaba recibir los mensajes de Leo durante el día, incluso cuando me contaba cosas tan poco interesantes como que estaba haciendo una fila en el banco.

-Felicitaciones.- dijo Val, escueto.

-Gracias, eres un amor.- le sonreí.

-Eres terrible.- rodó los ojos.

Reí de buena gana al ver su cara de fastidio y con la intención de molestarlo un poco más me acerqué a él y comencé a mostrarle las fotos que Leo subía a sus redes sociales y a explicarle porque todas y cada una de ellas eran obras maestra. ¿Eran realmente obras maestras? Ni idea, pero eran lindas y en esos momentos me gustaba todo lo que hacía.

-Eres insoportable cuando estás enamorada.- se quejó apartándome con cuidado.

-Tengo emociones fuertes.- lo corregí.

El tiempo había avanzado con rapidez y las cosas iban bien. Mis calificaciones en la academia eran excelentes, ya tenía casi toda la documentación que necesitaba para postular a las universidad y había elegido unas cuantas que me gustaban; por otro lado mi vida social y amorosa era genial, con Leo teníamos una relación casual pero exclusiva, pues él y yo teníamos claro que el próximo año no nos veríamos. Empezar con las cosas claras había resultado ser muy bueno.

-¿Cómo está Inna?- le pregunté a Val, aprovechando que hablábamos de emociones.

-Bien.- dijo con simpleza.

Para mi sorpresa, y creo que incluso la suya, él y mi ex compañera de ballet estaban llevando su relación al plano de lo serio. Se reunían con regularidad durante la semana y al parecer sus padres y Dom ya la conocían, a pesar de que aún no la presentaba oficialmente como su novia. Me alegraba haber sido la que los había presentado, pues de alguna forma eso significaba que podía sacarle en cara a Val que su felicidad era gracias a mi.

-Me encanta la riqueza que hay en tus descripciones, eres todo un poeta.- asentí.

-Me lo dicen a menudo.- bromeó.

-Seguro que a Inna le encanta.-

-En verdad te gusta hablar de romance ¿no es así?- preguntó alzando una ceja.-Aunque en mi experiencia lo haces más cuando te gusta alguien.- apuntó pensativo.

-¿Acaso a ti no te dan ganas de hacerle saber al mundo que encontraste a alguien genial?-

-No realmente...-

-No eres nada romántico.- bufé.-No entiendo cómo nosotros...- dije apuntándolo y apuntándome un par de veces.

-No lo pienses demasiado, teníamos química.- dijo con simpleza.

-¿Puedo decirte algo personal?- le pregunté.

Val me miró de pies a cabeza con un aire evaluador, luego asintió y me animó a hablar con un ademán de la mano. Dejé escapar un suspiro aliviado ante la positiva y me acomodé en el pasto, esta vez sentándome para poder hablarle un poco más de cerca y sin tener que alzar la voz.

-La cosa es...- comencé.-Leo realmente me gusta y quiero aprovechar todo el tiempo que me queda con él, pero me pone un poco nerviosa...-

-¿Por qué?-

-No sé si pueda acostarme con él.- dije en apenas un murmullo.

Val me miró con el ceño fruncido, como si no pudiera comprender lo que le estaba diciendo; ver su reacción hizo que deseara empujarlo y salir corriendo, me sentía extraña.

Mi Último AñoWhere stories live. Discover now