-Ideales y expectativas -

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Como todos los años los preparativos para mi fiesta de cumpleaños quedaba en manos de Antony, el director de eventos del hotel. El proceso era llevado como cualquier otra petición de evento que se realizaba en el hotel, es decir, había una reunión con los organizadores y el cliente para reunir ideas, las cuales eran revisadas unas cuantas veces más para asegurarse de que todo se estaba llevando a cabo como el cliente lo deseaba.

Acababa de salir de mi tercera reunión con el equipo de Antony, pues claramente mi fiesta no sería organizada a último minuto. Todos los presentes habían escuchado mis ideas con atención, tomando nota y haciendo varias preguntas para que mi visión fuera más clara. Este año quería una fiesta elegante y muy exclusiva, después de todo celebraba mis dieciocho y eso era bastante importante si me lo preguntaban.

Tendría de todo lo posible, desde karaoke hasta una de las piletas habilitadas para que la visitaran los invitados; tendría candelabros de cristal luminiscentes y cortinaje de seda, regalos para quienes asistieran y la oportunidad de que alguno se ganara unos días de estadía en cualquiera de los hoteles de mamá. Quizás me había pasado un poco con todo el asunto, pero quería que fuera una fiesta memorable.

-Creo que este año tu fiesta será espectacular.- comentó mamá, dejando caer su bolso sobre el sillón de su oficina.

-Lo será.- concordé emocionada.-Me gustaría que Derek viniera, pero ya sabes cómo es...- rodé los ojos.

-Está ocupado con la universidad.- lo excusó.-Y es igual de estirado que Eric, así que no le pidas más de lo que puede dar.- agregó luego, con una sonrisa maliciosa.

Dejé escapar una risa ante su comentario. Mi hermano no disfrutaba demasiado de las fiestas, principalmente porque era un tipo que no apreciaba la socialización superficial y corta que entregaban ese tipo de reuniones sociales. Si me preguntaban a mí era un tonto, pero no podía juzgarlo por tener el sentido de la diversión de un ermitaño; no todos hallábamos agradables los mismos ambientes.

-De todas formas ya lo veré cuando vuelva por el receso de medio año.- dije despreocupada.

Me interesaba saber cómo estaba, después de su ruptura con su ex las cosas se habían vuelto complejas y me daba curiosidad saber si es que ya se sentía mejor o no. Si fuera más como yo probablemente lo habría superado en unos meses luego de lloriquear y encontrarse a alguien nuevo; pero me daba la impresión de que su relación con Alice había sido más profunda que cualquiera de mis novios de medio tiempo.

-Lo que me recuerda...- dijo dándose unas palmaditas en la barbilla con un dedo.-Necesito un masaje, vamos al Spa.-

El rostro de Elías se vino a mi cabeza al instante y sin poder evitarlo una mueca de desagrado se extendió por mi rostro. No era que le tuviera rencor ni nada, pero aún me sentía algo sensible cuando me lo mencionaban o cuando me lo topaba en la academia. Había escondido mis reacciones tras sonrisas y excusas para no verlo, pero fingir era agotador.

Vi que los ojos verdes de mamá me escaneaban con intensidad, había fruncido en ceño y no miraba nada más que mi rostro. Se me acercó de brazos cruzados, pero cuando estuvo cerca posó ambas manos sobre mis hombros y me miró directo a los ojos.

-Ya, ¿cuál es el problema?- preguntó.

-Elías trabaja en el Spa.- le recordé.

-Oh, cierto.- asintió.

Obviamente le había contado toda la historia a ella y a papá luego de que Henry me diera su bendición, por lo que ambos estaban al tanto de cada pequeño detalle en torno a mi última decepción amorosa. Lo único que no les había contado fue mi noche de consuelo con Val, pero ese algo que probablemente era mejor omitir.

Mi Último AñoWhere stories live. Discover now