57.

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Jungkook y Taehyung observaban la pantalla de la computadora atentamente, el pelinegro tenía el mouse en sus manos, y después de unos clicks más , los boletos habían sido exitosamente comprados.

Jungkook alzó la palma de su mano con una sonrisa y Taehyung lo imitó chocando la suya. 

—¡Lo hicimos! — canturreó el ojiazul alzando ambos brazos.

(...)

—¡Cuídense!— la mujer dijo agitando su mano al despedirse.

—Tengan cuidado, llámenme si algo sucede. — el hombre sonrió, y palmeó la espalda de sus dos hijos.

Taehyung acomodó la mochila sobre su hombro y agitó su brazo libre, ya que el otro lo tenía sobre los hombros del pelinegro.

—Como han crecido... — el hombre suspiró entrando a su casa de la mano de su esposa.

—Bueno, Jungkook será mayor de edad  y Taehyung celebrará su cumpleaños dentro de poco. — sonrió con ternura. — Taehyung luce muy feliz, ¿cierto? — señaló.

El hombre asintió. —Estoy orgulloso de lo que se ha convertido. —

(...)

Jungkook suspiró en cuanto se sentó en el tren que los llevaría a la costa de Busan, en la que verían el primer amanecer del año. Era 29 de diciembre y los únicos boletos disponibles que quedaban, eran los que estaban usando en ese momento, y por ese motivo tendrían que quedarse en un hotel hasta año nuevo.

En cuanto el tren se puso en marcha observó a Taehyung recostar su cabeza  contra la ventana y él imitó el acto pero recostandose en el hombro del castaño. Sintió como este despegaba la cabeza de la ventana y la pegaba con la suya, quedándose acurrucados y finalmente se durmieron.
En el tren no había mucha gente, y el silencio en la cabina lo demostraba. Incluso Taehyung pudo comer sin necesidad de ir al baño a esconderse, aunque teniendo cierta precaución de que el hombre que se encontraba unos asientos adelante no se diera cuenta. 

Jungkook tomó su celular alzandolo frente a su cara y tomó una foto, llamó la atención del castaño para tomarse una con él también, y dió un vistazo alrededor antes de besarlo en la mejilla y capturar el momento con su cámara.
Jungkook soltó una carcajada cuando Taehyung se giró hacía la ventana completamente avergonzado.

El viaje no fue demasiado largo, y sin embargo había logrado que ambos se sintieran cansados cuando bajaron del tren.

—Al fin llegamos...— Jungkook suspiró al salir de la estación de trenes, se estiró sintiendo sus huesos tronar en el acto y el castaño lo imitó. —¿A dónde deberíamos de ir? — preguntó observando al ojiazul.

Taehyung se encogió de hombros. — No lo sé, ¿Tienes hambre? —

—Cierto, vamos a comer. — el pelinegro soltó emocionado por ir a ese restaurante del que tanto hablaba su compañera de asiento en la escuela, ya que ella era de Busan.

Después de entrar al lugar, el cual estaba lleno de turistas, y esperar por más de media hora, al fin les cedieron una mesa. Jungkook observaba todo con admiración, y Taehyung solo observaba al pelinegro.

—Wow, tengo que probar la sopa de arroz de la que tanto habla Yeri, se ve deliciosa. — observó con ojos brillantes el plato frente a él, y después sacó su teléfono para fotografiarlo.

Taehyung observó con un puchero toda la comida frente a él y después observó al pelinegro atrayendo su atención.

—¿Qué ocurre? — preguntó dejando todo de lado y concentrándose únicamente en el castaño.

Vampire's Food »VKOOK«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora