Capítulo 21

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Esta mañana me duele la espalda baja. Probablemente fue porque Zein me amarró a los pilares de la estancia para recorrerme, no podía negarlo, estaba colada por el sexo de este tipo tan puñetero y maldito.

—Angélica, ¿Piensas quedarte toda la mañana acostada? Te recuerdo que mi esposa llega hoy y probablemente dentro de un par de días tenga ya un problema más. —Zein ha suspirado y se ha acercado a mí mientras se abotonaba su camisa— Cuando ella llegue vamos a tener que detenernos por un momento, necesito ocuparme y parecer papá, después de todo pienso heredar los millones con algo de dignidad. —Se burló esta vez.

— ¿Por qué no te separas si no la quieres? —Indagué levantándome.

— No tengo motivos, es una buena esposa y es tan sumisa que sería yo el malo de la historia, no permitirán repudiarla si no hay motivos ni mucho menos testigos.

—Ya veo... entonces ustedes los marroquí, necesitan motivos...

Me he volteado para tomar mi vestido y recogiendo la cadena que Agatha me hizo añicos ayer pensé: "¿Y si le doy motivos para que la deje?, al final de todo no le soy indiferente. Me lo ha dejado claro con sus atenciones"

—Zein, ¿entonces estarás en el aeropuerto hoy?

—Obviamente. Te enviaré un mensaje en caso de que me logre escapar después de dejarla aquí.

—Vale —Me acerqué dejándole un beso bastante efusivo, le guiñe y me escapé de su habitación en casa de su padre.

Mientras bajaba las espaciosas escaleras me he fijado en los retratos, ¿Esta sería la mamá de Zein?, vamos... era una mujer sin chiste pero con una sonrisa encantadora. Escalones más abajo lo confirmé cuando vi una fotografía de Mohammed, la mujer, y Zein bebé. ¡Qué chulada!

No me era nada indiferente, en este lugar había cosas caras. Esos jarrones debían de valer una fortuna... el ostentoso sofá y nada, un jardín impresionante. Todo aquí era impresionante la verdad.

Cuando estuve fuera me puse en plan. Fui a casa a ducharme y vestirme, un short deportivo y una camiseta con escote, mis converse y vamos... que esto no se quedará así. Me pagará por la vergüenza de anoche.

He llegado a la joyería, aquí estaba Agatha haciendo inventario de las vitrinas.

Y más allá, estaba Mohammed, ordenando unas cajas. ¿Qué eran esas sonrisitas de estúpidos?

—Agatha... —La llamé con algo de pena. (Obviamente que nada de pena le tenía ahora a esta loca.)

— ¿Hola?

—Quiero hablar contigo, ¿Puedo? —La he pillado. Está nerviosa y se tambalea de un lado a otro pensando.

—Bueno...

—Agatha tengo que pedirte disculpas por lo de anoche, estaba muy desencajada, siento que la lié feo porque después de todo fuiste la primera en adquirir un compromiso... y ya sabes, siempre pensábamos que era yo quien iría primero...

—Sí, lo sé... ¿Por qué estás tan triste?, ya está hecho Angélica.

—Es que no quiero dejar de ser tu amiga, no puedo dejarte ir por una estupidez mía.

—No me he ido, para nada... De hecho esperaba que pudiéramos hablarlo...

—Por favor perdóname, supongo que te he decepcionado...

"Todo de ti"©  (#2 De la trilogía En el tiempo equivocado)Where stories live. Discover now